"Los recortes por sí mismos no van a cambiar el sistema"

La Red de Institutos Tecnológicos (Redit) representa el 25% del Sistema Español de Innovación, en ingreso y en número de institutos con 14 en total. Su trabajo está orientado a generar productos con valor añadido en el sector de la construcción, mueble, juguete, metal mecánico, plástico, agroalimentación, textil, biomecánica, calzado y cuero, cerámica, energía, transporte y logística y Tecnologías de la Información (TIC).

“En los últimos tres ejercicios ha captado 217 millones”, señala su directora Cristina del Campo. “El 45% ingresos es por captación de fondos públicos competitivos a nivel regional, estatal y europeo y el 55% de facturación a empresas por proyectos y servicios de I+D+i”, explica en entrevista.

En siete años, entre 2003 y 2009, los institutos tecnológicos valencianos han generado 11.993 puestos de trabajo. “1.670 puestos de trabajo al año”.

“Por cada euro que las empresas invierten en los institutos de Redit, su facturación cree unos 3 euros en el plazo de entre cuatro y seis años”, defiende del Campo, al frente de una red que emplea a 1.732 profesionales, de los cuales más de 1.218 son investigadores y tecnólogos dedicados a la generación de una media de 1.260 proyectos de I+D+i al año. Del Campo destaca que los institutos de Redit “son casi tres veces más eficientes en la generación de empleo que la media española”.

Redit emplea a 1.218

Los 100 laboratorios de Redit, 20 observatorios tecnológicos, de mercado y de tendencias permiten captar “una media anual de 70 millones de euros que, de otra manera, se hubieran ido a otras regiones españolas o europeas, como Sajonia”, señala.

Atribuye el retraso en el pago de las ayudas que la Generalitat adelantaba a Redit para proyectos de I+D+i ejecutados a la “tensión de tesorería” del Consell.

Redit se plantea una “reorganización” para “obtener mayor eficacia” de sus institutos y evitar el riesgo de expedientes de regulación de empleo (ERE).

“Los recortes presupuestarios por sí mismos no va a cambiar el sistema”, reflexiona. “La sostenibilidad de nuestro sistema de bienestar depende de la capacidad del país para generar riqueza y empleo”, sostiene Del Campo, “y debemos convencernos del papel fundamental que en ello juega la innovación. Por eso es más necesario que nunca redoblar los esfuerzos en el apoyo a la I+D+i, tanto desde el sector privado como desde la administración pública”.