Las críticas de teatro de la semana: la banalidad del mal pasada y presente y la amistad de Picasso con su peluquero
Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados

Todo el horror de los campos de concentración nazis está en la obra Blaubeeren pero no de forma explícita, sino retratado en la vida cotidiana de los gerifaltes alemanes, del mismo modo que les debió parecer a los espectadores de la película La zona de interés Jonathan Glazer o los lectores del libro homónimo de Martin Amis que le dio origen. Y para llevar a escena este texto finalista al Pulitzer, escrito en Estados Unidos por Moisés Kaufman y Amanda Gronich, Sergio Peris-Mencheta se ha apoyado en unas imágenes descubiertas relativamente hace poco, en 2007, las del álbum de Karl Höcker, asistente de otro comandante de Auschwitz. Así, imágenes y actores interpelan ”al espectador actual: ¿qué pasa con las imágenes que muestran los horrores de hoy, algunos perpetrados por los que entonces fueron víctimas?“, nos pregunta Raquel Vidales en su reseña de Blaubeeren.
Por su parte, Javier Vallejo ha asistido en el Teatro Español de Madrid al montaje de El barbero de Picasso, una obra de Borja Ortiz de Gondra puesta en escena por Chiqui Carabante que retrata una amistad improbable, la que mantuvieron durante casi tres décadas el pintor Pablo Picasso y su peluquero, Eugenio Arias, que antes de conocerse había combatido en la defensa de Madrid durante la Guerra Civil, en la batalla del Ebro, en la Resistencia Francesa y en la invasión guerrillera del Valle de Arán. En su crítica, Vallejo cuestiona que en este montaje "no existen las acusadas diferencias de edad que hay entre los personajes reales [28 años]: el Picasso de Pepe Viyuela y el Arias de [Antonio] Molero pertenecen al mismo grupo etario". Y lo mismo se aplica a la Jacqueline Roque que interpreta Mar Calvo —que no aparenta tener 44 años menos que Viyuela—, que se casó con el artista en 1961, época en la que se ubica la obra. Una disonancia que coloca a los personajes en tiempos vitales diferentes a las de los personajes que se intenta retratar.

‘Blaubeeren’: Peris-Mencheta desmenuza la banalidad del mal con precisión puntillista

‘El barbero de Picasso’: La amistad entre dispares

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