‘Lo demás es aire’, crónica de un lugar llamado tiempo
Juan Gómez Bárcena, investigador y cronista del pasado, convierte el pueblo cántabro de Toñanes en la honda y terrible representación de la memoria humana

Toñanes se está desvaneciendo, es un pueblo a 38 kilómetros de Santander casi sin habitantes donde, por no haber, ni siquiera hay bar. Pero es también la patria que Juan Gómez Bárcena ha adoptado como propia porque allí están sus raíces y allí ha veraneado desde que nació. Gracias a Lo demás es aire, Toñanes es desde ahora una de las metáforas más minuciosas y hermosas de la indefectible perduración y reiteración, de la mudanza y disolución de todos los afanes humanos, de los eternos gozos y congojas. Puede parecer una novela locativa, consagrada a un paisaje concreto asociado a la biografía sentimental del autor, pero, sin dejar de ser eso, se agiganta hasta convertirse en una honda y terrible representación del tiempo.
Ya en la novela anterior, Ni siquiera los muertos (2020), Gómez Bárcena había recorrido épocas diversas (desde el siglo XVI hasta ahora) a través del perseguidor Juan Toñanes que andaba a la caza del Padre, culpable de haber traducido la Biblia al castellano. Pero ahora la gestión de la temporalidad narrativa ha cobrado una audacia y una complejidad sin precedentes, porque el relato salta hacia atrás años y siglos y regresa al 2021 pandémico o al 2019 en que prestan testimonio los últimos lugareños de Toñanes. El vaivén alcanza su frenesí en algunos capítulos de carácter enumerativo en los que lo narrado pasa de una línea a la otra —y a veces en la misma frase— de 2016 a 1858, a 1992, a 1690, a 1708, a 1315, a 2003, a 1776 o al 13599 antes de Cristo. Son capítulos aglutinados por un asunto (la lluvia, los olores, la fruición sexual, el miedo a perder un hijo…) y que resultan tan vertiginosos como eficaces al subrayar, en el sincopado viaje entre tiempos, la esencial invariabilidad de la existencia humana: los mismos terrores y anhelos, idénticas miserias y virtudes, parecidos consuelos y esperanzas, gozos y duelos. Otros capítulos se encargan de recordar que ese trayecto básico concluye siempre igual: con la muerte y el olvido. Todos los vecinos, reducidos a lo sumo a una acción o un atributo, van a parar a un lacónico “murió, fue enterrado”.
Para mitigar la desorientación del lector, Gómez Bárcena indica en los márgenes —como se hacía en los registros diocesanos que consultó y que cita— las fechas, pero lo que fortalece la cohesión de la obra no es ese recurso (que por cierto se empleó en una novela gráfica extraordinaria, Aquí, de Richard McGuire, traducida en 2015 por Salamandra), sino la singularización de algunos personajes a lo largo de los siglos. Son muchos, como Luis y Teresa en 1947, que tras un baile se separan sin darse el nombre, o Antonio Collado, que zozobró en 1819 en la Antártida cuando navegaba para combatir a los sublevados criollos, o la conmovedora pareja de Juan y Juliana en 1640. O, en fin, Mercedes y Emilio, que compran en 1984 una casa en Toñanes y van a ser los padres de un niño apasionado por los vestigios del pasado, por los dinosaurios y los amonites.
Este niño es, previsiblemente, Juan Gómez Bárcena, lo que se hace evidente de manera gradual, cuando se le presenta como investigador del pasado, compilador de testimonios, visitante del Archivo Diocesano y, en definitiva, autor del libro sobre Toñanes que los viejos del lugar esperan poder ver publicado. Y aquí está. En él encontrarán los rincones familiares, como los acantilados de El Bolao o la cueva de Novales, y hasta los cuentos tradicionales de ojáncanos y anjanas en boca de Pascuala (en 1904), pero no deben engañarse, porque el libro no trata del pueblo, sino de los destinos ineluctables de hombres y mujeres en todo tiempo y lugar. Toñanes es ya una metáfora de la memoria humana.

Lo demás es aire
Autor: Juan Gómez Bárcena.
Editorial: Seix Barral, 2022.
Formato: tapa blanda (536 páginas. 21,90 euros) y e-book (euros).
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Más información
Archivado En
Últimas noticias
El cambio radical de Sophie Alisch, de boxeadora invencible a ciclista profesional: “Voy a demostrar que no me he equivocado”
Francia llora la muerte de Brigitte Bardot, la ‘Marianne’ animalista
Las 10 mejores películas de Brigitte Bardot: de ‘Y Dios creó a la mujer’ a ‘La verdad’ y ‘¡Viva María!’
Parecen inocentadas: las 10 noticias reales más surrealistas de la última década
Lo más visto
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- El alpinista Simone Moro sobrevive a un infarto a 5.000 metros y anuncia la creación de un servicio de rescate aéreo en el Karakoram de Pakistán
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo






























































