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Hoy tenemos una jornada completita, inasumible en su alcance y complejidad: es el Día Internacional de la Conciencia Global en el Mundo

Es escritora. Desde 1995, fecha de publicación de 'El frío', ha escrito narrativa, poesía y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos últimos títulos son 'pequeñas mujeres rojas' y 'Parte de mí'. Colabora con EL PAÍS, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.

Hoy tenemos una jornada completita, inasumible en su alcance y complejidad: es el Día Internacional de la Conciencia Global en el Mundo

Adverbios y metafísica están haciendo mucho daño a la política española

El perfeccionado eslogan “Comunismo o libertad” ha tenido un impacto imprevisible. “No damos abasto”, confiesa a todo correr una militante que exuda felicidad

En este país, en el que hijas e hijos de la clase obrera ya han ido en muchos casos a la universidad, volvemos a arengar la muerte de la inteligencia

Quedan motivos para que el 8 de marzo no sea solo celebración

Maggie O’Farrell trasciende en ‘Hamnet’ el componente legendario de la biografía de los grandes escritores poniendo en primer plano a la esposa de Shakespeare

Vaticino conflictos familiares entre un alumnado que confía más en lo que dice el móvil que en el arcaico y falible conocimiento de papá o mamá

Veo, aun sin bola, un futuro difícil que pasa por un presente mejor que un pasado dictatorial y tremebundo, pero que dista mucho de ser redondo

Spotify me conoce mejor que yo misma

En el nuevo libro de Selva Almada resuenan voces de esa magnífica tradición literaria que funde el Romanticismo tardío con un realismo de hablas y costumbres

A veces los emporios del azúcar adictivo y otros edulcorantes se ven obligados a pinchar sus refrescantes burbujas y despedir a gente

En ‘Como la perra’ se catalogan exhaustivamente sombras y dolores de una feminidad reducida a estigma. Pero sin espacio para el claroscuro

Consumiremos fármacos que nos costarán un riñón porque queremos vivir, y nuestra ansía de vida enriquecerá a quienes nuestra vida les importa más bien poco

La gente es buena, arrima el hombro y todo es precioso, pero después, cuando enfermemos y vayamos a los hospitales públicos y no nos atiendan porque estén devastados, pensamos si no habría sido mejor que se nos comieran la nieve y la mierda

Esto que nos pasa no puede estar pasándonos. Sin embargo, nos pasa y, a todas luces, es inmoral

Clara Obligado reflexiona en ‘Una casa lejos de casa’ sobre su experiencia como escritora argentina exiliada en España

Feministas y allegadas no somos ‘lesboterroristas’ que roban huevos de nidos para cascarlos con picos de pájaras. Nosotras somos la alegría.

La ciudad reconvertida en anuncio también me lleva al límite entre la realidad y la ficción, y a cómo ese límite afecta al concepto de verdad

Elmer Franklin Brannigan y Alicia Gómez Pinillos hablan de leyendas navideñas y ríen, preventivamente enmascarados, cuando reparan en que a veces la leyenda adquiere un tinte supersticioso y homogeneizador

Las buenas familias colocan lazos naranjas para perpetuar desigualdades nacionalcatólicas y bancarias, mientras que las familias buenas educamos a nuestra infancia en el hedonismo del baile, el laicismo y la poesía

Hay mujeres que deben ser nombradas más allá de toda condescendencia. Otras, también más allá de una condescendencia misógina, merecen un toque

A la vista de los comentarios del general retirado que higienizaría el país fusilando a veintiséis millones de españoles y de españolísimas como yo, esta columna bien podría titularse ‘Antígona’

Me ha llegado un pelín tarde el momento de asistir a la destrucción de las rancias tradiciones. Pero ha llegado y le doy gracias a Dios porque, pese a mi escucha atenta de Radio María, el socialcomunismo me ha abducido

Una cosa es que tu intimidad parisina, existencialista y literaria, se haga pública, y otra cosa es que archiven los aspectos menos fascinantes de tu vida

Me ha dado mucha tristeza pensar en el país que se nos quedaría sin todas las que nos tenemos que ir a nuestro país

Pediría a las fuerzas de seguridad que, desde esa lucidez de clase, no desplegaran actitudes más represivas en las concentraciones de perroflautas que en las de ‘cayetaners’
La poesía de Nona Fernández en ‘Mapocho’ no hermosea la catástrofe, sino que la hace visible entre el humo de la demolición

¿Por qué no volver a tener confianza en los metarrelatos emancipadores, en la poesía después de Auschwitz, en la verdad como horizonte de la filosofía y en el optimismo cognoscitivo?
Hoy esta columna quiere acordarse de esos seres humanos que de manera altruista nos prestan su organismo para experimentar en él vacunas y medicinas

Un clima de mal sueño impera en los relatos y los poemas de estos dos libros, en los que Mónica Ojeda expresa una dañada vivencia de mujer a través de la exploración lingüística

Me esfuerzo para que el europeísmo y la democracia me sigan pareciendo importantes, pero ya no somos clase media y, en ocasiones, sueño con colas del hambre y respiradores

Reniego del patrioterismo, me esfuerzo por ponerme en el lugar del otro y me enervo cuando alguien es injustamente tratado por haber nacido en un determinado país

Me preocupa que la única caja de resonancia de nuestro cerebro sean los contenidos ofrecidos por plataformas digitales y empresas de telefonía

Para la felicidad de nuestros sueños, sexualidades y vigilias, quizá no deberíamos usar tanto la tele —abreviatura cariñosa— como aparato consolador

En 'Una mujer', la escritora describe cómo la fuerza y la luz de su madre se demacran poco a poco con la demencia en un relato biográfico y de reflexión

No se trata de sacar pistolas. Se trata, tanto en sentido recto como figurado, de salvaguardar la salud pública

La pandemia ha subrayado un concepto de cultura como accesorio que conduce a despreocuparse económicamente de ella

Edith Wharton nos hace pensar en la prudencia de atarse la mano a la espalda para no escribirlo todo, los excesos de sinceridad erótica y los regalos envenenados

A corto plazo la acción política pasa por reforzar un sentido de la solidaridad y en contratación de rastreadores y personal sanitario, aprovechamiento de infraestructuras públicas, reforzamiento de atención primaria...

Solo podemos sentir tristeza, por muy mal visto que este sentimiento esté, ante lo que están viviendo muchos niños en esta pandemia