Conviene distinguir dos esferas distintas respecto de las cuales se suele proyectar la idea del deportista como referente: su comportamiento en el terreno de juego y su conducta en su vida privada
Hoy el acceso al estadio se mide por el poder adquisitivo, no por la pasión. Se reemplaza la horizontalidad de la hinchada por la jerarquía del palco, y la comunidad futbolera por nichos de mercado
Hay individuos dispuestos a realizar acciones en provecho propio que entran en contradicción con las normas legales o de la ética sin que ello suponga que su imagen de persona honesta se vea comprometida
El proyecto de ‘ley trans’ crea el riesgo de que en determinadas disciplinas las deportistas trans tengan una ventaja competitiva imposible de salvar por parte del resto de mujeres
Si ya no funciona el argumento de la salud, ni el de la pureza del cuerpo y todo deportista tiene acceso a los tratamientos mejoradores ¿por qué sancionar?