Jorge Ilegales, la música a cabezazos
Sus conversaciones eran pura poesía, tenían la seducción del Nietzsche de ‘Así habló Zaratrusta’, las evocaciones cultas a lo Borges y el tono epigramático de Quevedo. Todo lo mezclaba, todo le servía
Sus conversaciones eran pura poesía, tenían la seducción del Nietzsche de ‘Así habló Zaratrusta’, las evocaciones cultas a lo Borges y el tono epigramático de Quevedo. Todo lo mezclaba, todo le servía