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Argentina clama justicia por el triple feminicido narco de Lara, Brenda y Morena

La Policía busca al capo narco Pequeño J como presunto autor intelectual de la tortura y el asesinato de las tres mujeres

Mar Centenera

Un desgarrador grito de “jus-ti-cia” recorrió este sábado todas las grandes ciudades de Argentina. Miles de personas salieron a las calles para repudiar el triple feminicidio de Lara Gutiérrez, de 15 años, y las primas Brenda del Castillo y Morena Verri, de 20 años, y exigir que todos los responsables vayan presos. Argentina no está acostumbrada a crímenes perpetrados con tanta saña como el que puso fin a las vidas de estas tres jóvenes. El pasado 19 de septiembre fueron torturadas a golpes y cuchillazos hasta la muerte. Todo fue grabado y transmitido en vivo a más de 40 integrantes de la presunta banda narco que está acusada de haber perpetrado los asesinatos.

Los familiares de las víctimas encabezaron una marcha en la que se respiraba un clima de tristeza y desconcierto. “Necesito saber la verdad. Necesito una verdad para mi hijo, para mi nuera, para mi otra hija”, dijo ante las cámaras Antonio, el abuelo de Brenda y Morena. “Morena era una chispita y Brenda era muy cariñosa”, las recordó frente al Congreso argentino. Antonio aseguró que “el país entero está shockeado con lo que pasó” y agradeció el apoyo de las miles de personas que marcharon de la Plaza de Mayo hasta el edificio legislativo.

“Agradezco a todos ustedes, a todo el barrio, a todos nuestros vecinos que hoy están presentes”, dijo otra familiar antes de tener que interrumpir el discurso por la emoción. “No están solos, estamos con ustedes. Fuerza”, los alentaron los manifestantes.

Lara, Brenda y Morena salieron de sus casas el viernes por la noche rumbo a una supuesta fiesta que en realidad era una trampa. Subieron engañadas a una furgoneta que las llevó hasta una casa de Florencio Varela, en la periferia sur de Buenos Aires, de la que no salieron con vida. Tras cinco días de búsqueda, la Policía halló sus cuerpos enterrados en el jardín, con múltiples signos de golpes y cortes. A Lara le cortaron los cinco dedos de una mano y parte de la oreja antes de degollarla. A Brenda la asesinaron de un fuerte golpe en la cabeza y antes la torturaron hundiéndole un cuchillo repetidas veces en el cuerpo. A Morena la molieron a golpes en la cara antes de romperle el cuello. Los resultados preliminares de las autopsias mostraron que gran parte de las lesiones se las provocaron en vida.

Pedido de captura internacional

Hasta el momento hay 12 detenidos por el triple feminicidio. Cuatro fueron arrestados el miércoles por su relación con la casa donde se cometió el crimen. Se trata de Andrés Parra, Miguel Villanueva Silva, Celeste González Guerrero y Daniela Ibarra, que están imputados por “homicidio calificado por haber sido cometido con el concurso premeditado de dos o más personas, por ser cometido por alevosía y ensañamiento y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediante violencia de género”. Uno de ellos dijo a la policía que las asesinaron porque una de ellas había robado cinco kilos de cocaína a un capo narco, una hipótesis a confirmar.

Los otros ocho detenidos fueron arrestados en una villa miseria de Buenos Aires, acusados de integrar la organización que cometió los crímenes. La Policía busca al presunto autor intelectual, un narcotraficante peruano conocido como Pequeño J y sobre el que pesa una orden de captura internacional, y a dos sicarios.

Bandas narcocriminales en Buenos Aires

El triple feminicidio ha mostrado la crueldad con la que actúan las organizaciones narcocriminales y cómo han echado ya raíces en Buenos Aires y su área metropolitana. Para Esteban Rodríguez Alzueta, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, se trata de “nuevas bandas más rústicas, con otra prepotencia y otras expectativas, que se hacen ver y sentir a través de un uso desmesurado de violencia”. Según Rodríguez Alzueta, estas bandas usan la violencia “para mandar un mensaje a la comunidad de vecinos donde se asientan o a los otros grupos con los cuales pueden tener alguna rivalidad; o para inspirar temor o divertirse un rato”. Escenas que sólo se habían visto en la ciudad de Rosario, irrumpen ahora en el área más poblada del país.

Uno de los cánticos más escuchados en la marcha de este sábado acusaba a policías y jueces de ser cómplices de los criminales. “Los barrios más humildes hoy los maneja el narcotráfico con la complicidad policial, es así”, dice Vanina, dueña de un comedor popular en la ciudad bonaerense de Moreno que prefiere no dar su apellido. “Quieren estigmatizar a las víctimas diciendo que querían plata fácil o que eran prostitutas como si por eso estuviese bien que las matasen, sin siquiera saber cómo es la vida en nuestros barrios, las escasas opciones que se les dan a las pibas para vivir, para sobrevivir”, agrega Vanina.

Rodríguez Alzueta advierte que “si el Estado quiere evitar que la violencia se desmadre se necesita algún tipo de regulación”. Este investigador, autor del podcast Mundo transa, señala que a día de hoy la policía es “la mano invisible de las economías criminales", pero existe el riesgo de que estas crezcan demasiado, o, por el contrario, se atomicen y la violencia se dispare.

Los familiares de las víctimas reclaman que la causa pase al fuero federal por tratarse de un delito que apunta a una red narcocriminal. “Están queriendo encubrir a alguien”, insinuó el padre de Brenda este sábado ante la falta de respuesta a ese pedido.

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Sobre la firma

Mar Centenera
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Antes trabajó en la sección Internacional de Público, fue enviada especial en Afganistán y Filipinas, y corresponsal de la Agencia Efe en Yakarta y Buenos Aires. Es licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
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