Cristina Kirchner desafía a la Corte Suprema: “Estar presa es un certificado de dignidad”
El peronismo cierra filas con la expresidenta ante la posibilidad de que el máximo tribunal confirme su condena por corrupción antes de las elecciones

La política argentina está más pendiente que nunca de la Corte Suprema. La anunciada candidatura de Cristina Kirchner como diputada bonaerense depende de si el máximo tribunal se expide en breve o no sobre la condena a seis años de cárcel por corrupción contra la expresidenta argentina dictada por tribunales inferiores. De confirmar la condena antes del 19 de julio, la fecha límite para inscribir listas electorales, Kirchner será detenida e inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos. Si la Corte Suprema se mantiene en silencio hasta entonces, admite a trámite alguno de los recursos presentados o la absuelve, la expresidenta tendrá la puerta abierta para volver a la política activa. Ante ese escenario incierto, el peronismo ha cerrado filas detrás de su líder histórica y desafía al tribunal a condenarla. “Estar presa es un certificado de dignidad”, dijo Kirchner arropada por la plana mayor del peronismo dentro de la sede del Partido Justicialista (PJ) y cientos de militantes en el exterior.
El ambiente de este lunes en las calles era festivo. Las bases peronistas celebran el cese temporal de las hostilidades entre las diferentes facciones del movimiento para hacer frente común ante lo que definen como una persecución judicial contra Kirchner. Hasta su máximo rival interno, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, estuvo presente en el acto. “La casualidad no es una categoría política”, dijo al inicio del discurso la expresidenta. “Bastó que hace una semana anunciáramos una candidatura para que se desataran los demonios”, subrayó antes de atacar a la Justicia. La dirigente peronista alentó a los militantes a movilizarse ante un posible fallo adverso que desencadene su detención.
En noviembre de 2024, la Cámara de Casación confirmó la condena a seis años de cárcel e inhabilitación perpetua contra Kirchner en la conocida como Causa Vialidad. Los jueces consideraron probada la administración fraudulenta de la expresidenta en perjuicio del Estado argentino al beneficiar a un empresario amigo, Lázaro Báez, con medio centenar de obras públicas en la provincia de Santa Cruz, cuna de su movimiento político. Según el tribunal de segunda instancia, Báez retribuía “los beneficios indebidamente obtenidos” mediante negocios espurios con “las empresas familiares de la expresidenta”. La Corte Suprema debe decidir ahora si ratifica el fallo de la Cámara o lo revisa.
Sin plazos para un fallo
El máximo tribunal argentino no tiene plazos para fallar, aunque suele evitar fallos de alto impacto político durante los procesos electorales. Sin embargo, el funcionamiento actual de la Corte es inédito, con sólo tres de sus cinco integrantes, y los medios locales anuncian desde hace días que la decisión es cuestión de semanas. Por su edad, 72 años, si la condena quedara firme, la expresidenta cumpliría arresto domiciliario.
Kirchner busca anticiparse al fallo y ha elevado su perfil político. A lo largo de todo el fin de semana lanzó mensajes que parecen dirigidos a los jueces y a aquellos que quieren verla presa. “Si estoy tan acorralada o acabada políticamente, ¿por qué no me dejan competir y me ganan en las urnas?”, lanzó la dirigente durante un acto en la provincia de Corrientes, en el norte de Argentina. “Mirá cómo tiemblo”, escribió poco después en sus redes acompañado de una foto en la que se la ve sonriente.
Este lunes, la presidenta del PJ mantuvo el tono provocador. El acto se celebró el Día de la resistencia peronista con el que se recuerda el período de 18 años en los que el expresidente Juan Domingo Perón estuvo proscrito en Argentina, entre 1955 y 1973. Kirchner asegura que buscan prohibirla también a ella.
Este día conmemora el fusilamiento de un grupo de militantes peronistas en un basural ordenado por la dictadura de Pedro Aramburu el 9 de junio de 1956. Su historia se dio a conocer por la investigación periodística que Rodolfo Walsh convirtió en el libro de no ficción Operación Masacre en 1957. Kirchner recordó el fallido intento de asesinarla que sufrió el 1 de septiembre de 2022 para hacer un guiño a la frase más famosa del libro —“Hay un fusilado que vive”— dirigida a Walsh por un desconocido en un café de la ciudad de La Plata donde se jugaba al ajedrez. “Soy una fusilada que vive y no me va a alcanzar la vida para agradecerle a Dios esto de estar viva”, dijo Kirchner al final de su discurso.
Al terminar, salió a la calle y reforzó su mensaje frente a una multitud que la vitoreaba entre aplausos y cánticos. “Dale, meteme presa, ¿la gente va a empezar a ganar más plata? ¿Van a pagar los intereses de deuda? ¿van a hacer obra pública?“, lanzó hacia el Gobierno. “Yo estaré presa pero la gente va a estar cada día peor. No hay solución para el país con esta política”, agregó.
Una campaña polarizada
La candidatura de Kirchner permite que Milei polarice la elección bonaerense contra una figura archiconocida que divide aguas. El 45% de los electores asegura que nunca la votará, el 30% anticipa que votará por ella y hay un 20% que podría votarla, según un sondeo de CB Consultora Pública publicado en Clarín. El Gobierno y sus aliados del Pro, el partido del expresidente Mauricio Macri, acusan a la expresidenta de postularse para obtener fueros que impedirían su detención.
El líder ultra derrotó al Pro en su feudo, la capital argentina, el mes pasado y sueña con repetir la hazaña contra la expresidenta en la provincia de Buenos Aires en las elecciones del 7 de septiembre. Una victoria, sostiene, significaría “poner el último clavo en el cajón del kirchnerismo” tras dos décadas de hegemonía política. La inhabilitación de la expresidenta, por el contrario, forzaría a todos los partidos en liza a un cambio de estrategia de última hora y abriría un escenario con muchos más interrogantes.
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