Magnus Carlsen insinúa su retirada del ajedrez clásico tras ganar a Hikaru Nakamura en la ‘muerte súbita’
El noruego, escocido por la muy dolorosa derrota en la víspera ante Gukesh, se desquita con el estadounidense, quien le ganó en la primera vuelta


Puede ser una rabieta pasajera, pero cuando, en 2022, Magnus Carlsen dijo que pensaba en renunciar al título mundial de ajedrez clásico, lo hizo. Ahora afirma que el torneo Norway Chess, cuya última ronda será el viernes en Stavanger (Noruega), puede ser el último que juegue en esa modalidad. Un día después de sufrir la derrota quizá más dolorosa de su carrera, ante el indio Dommaraju Gukesh, vigente campeón del mundo, el noruego, de 34 años, número uno indiscutible, batió al estadounidense Hikaru Nakamura, 2º del escalafón, en la muerte súbita tras empatar sin lucha la partida lenta.
Contrariamente a la furia que expresó el domingo cuando, tras perder en posición ganadora una partida magníficamente jugada contra Gukesh, Carlsen dio un tremendo golpe en la mesa, felicitó a su verdugo y se marchó como alma que lleva el diablo, el escandinavo se paró esta vez ante los periodistas. Y comenzó con su sinceridad habitual: “Ganar el Armagedón [o muerte súbita] era lo máximo a lo que podía esperar porque hoy porque no estaba para jugar ajedrez clásico después de lo que me pasó ayer”.
Como, poco antes, Nakamura había aventurado que la partida que acababa de empatar con Carlsen tras una veintena de lances sin interés alguno podría ser la última entre ambos en la modalidad clásica, el noruego fue preguntado al respecto: “Cuando acabe este torneo debo pensar si jugaré la próxima edición del Norway Chess en 2026 o cualquier otro de ajedrez clásico. Lo cierto es que cada vez me motiva menos”. Y se marchó sin dar pie a más aclaraciones.
Es bien sabido que, desde hace años, al número uno le motivan mucho más las modalidades rápidas y el freestyle (la posición inicial de las piezas en la primera fila se sortea minutos antes de cada partida, y hay 959 maneras distintas de colocarlas, lo que obliga a pensar profundamente desde el minuto uno). Pero no es menos cierto que, sólo dos días antes, tras tumbar al estadounidense Fabiano Caruana, 3º del mundo, en la muerte súbita (10 minutos para las blancas, obligadas a ganar, y 7 para las negras), Carlsen habló en la dirección opuesta: “Me gusta mucho la muerte súbita, pero también el ritmo al que jugamos aquí la partida clásica porque no recibimos minutos extra después del control de la jugada 40, sólo diez segundos por movimiento, y eso crea una presión tremenda, mucho más exigente que en los torneos convencionales”.

Es decir, no se debe descartar en buena lógica que sus manifestaciones de este lunes sean fruto del berrinche del domingo. De hecho, está surgiendo el debate sobre si el formato del Norway Chess (tres puntos por victoria, como en el fútbol, y todos los empates son seguidos de una muerte súbita) puede marcar el futuro del ajedrez como una solución intermedia entre el conservadurismo a ultranza del ajedrez más clásico (partidas de cinco o seis horas, con muchos empates) y la ruptura radical del freestyle. Además, falta por saber si el mucho dinero invertido desde 2024 en el circuito freestyle por el mecenas alemán Jan Henrik Buettner cristaliza en un patrocinio sólido de firmas comerciales o se desvanece como una tormenta de verano. En este último caso, a Carlsen sólo le quedarían las partidas rápidas; por sí solas, no parecen un estímulo satisfactorio para él.
Muy probablemente, en la cabeza de Carlsen hay otro elemento que puede influir mucho: si se retira, nadie podrá decir con rigor que es el mejor ajedrecista de la historia porque le habrán faltado al menos cinco años para batir la marca más impresionante de Gari Kaspárov: ser el número uno durante veinte consecutivos (1985-2005). En la entrevista con EL PAÍS de noviembre de 2021 en Dubái, Carlsen dejó claro que esa hazaña estaba en su cabeza: “(…) Mi intención es seguir jugando al ajedrez muchos años más, incluso aunque no sea campeón del mundo. En ese caso, mantener el número uno sería el objetivo fundamental (…)”.
Resultados de la séptima ronda:Gukesh – Erigaisi, 3-0; Carlsen – Nakamura, tablas, ganan blancas; Caruana – Yi Wei, 3-0. Torneo femenino: Wenjun Ju – Khadem, 3-0; Tingjie Lei – Vaishali, 3-0; Koneru – Anna Muzychuk, tablas, tablas.
Clasificaciones: 1º Caruana 12,5 puntos; 2º Gukesh 11,5; 3º Carlsen 11; 4º Nakamura 8,5; 5º Erigaisi 7,5; 6º Yi Wei 6,5. Torneo femenino: 1ª Ju 11,5; 2ª Anna Muzychuk 11; 3ª Koneru 10,5; 4ª Lei 9; 5ª Vaishali 8; 6º Khadem 6.
Octava ronda (martes, 17.00, retransmitida en directo en el portal oficial): Erigaisi – Caruana;Yi Wei – Carlsen; Nakamura – Gukesh. Khadem - Koneru; Muzychuk – Tingjie Lei; Vaishali – Wenjun Ju.
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