En Berlín, el vecino puede chivarse de tu Airbnb
Un juez avala la norma sobre denuncias anónimas contra los alquileres turísticos


¿Problemas con el piso de al lado, al que no paran de llegar gritones turistas con sus ruidosas maletas de ruedas? ¿Cansado de que cada dos por tres jóvenes de idiomas irreconocibles monten una fiesta de madrugada? ¿Temeroso de que el efecto Airbnb vaya a encarecer aún más los alquileres de su barrio? Si usted vive en Berlín, desde el pasado mes de mayo tiene a su disposición un mecanismo para evitar todos estos perjuicios. Sin salir de casa. Lo único que tiene que hacer es entrar en su ordenador y denunciar al propietario que ofrece su casa como alquiler para vacaciones. No tema, no habrá consecuencias: puede hacerlo de forma anónima.
La norma con la que la ciudad-Estado de Berlín pretende limitar los alquileres de pocos días —y hacer frente así a la archifamosa Airbnb y web similares— superó la semana pasada su primera gran prueba. Olaf Bölter, propietario de un piso en el barrio de Schöneberg, la llevó a los tribunales por considerar que atentaba contra sus derechos. El juez rechazó el recurso. “Es un día negro para Berlín”, respondió el representante legal de Wimdu, otra de las páginas que conectan a arrendadores y arrendatarios.
El Gobierno de Berlín bautizó la norma con la que pretende luchar contra la falta y carestía de viviendas con una de esas palabras kilométricas que hacen las delicias de los legisladores alemanes: Zweckentfremdungsverbot, algo así como prohibición de desnaturalizar o de desproveer a algo de su sentido. En sus cinco semanas en vigor, 1.871 personas ya han denunciado a sus vecinos por alquilar un piso sin el permiso preceptivo. Las autoridades defienden la iniciativa con el argumento de que así saldrán a la luz unas 15.000 viviendas vacacionales muy necesarias para paliar el déficit habitacional que arrastra la capital alemana. Es posible. Pero será difícil evitar que la normativa prusiana deje, sobre todo a aquellos educados en la educación católica, el regusto amargo de convertirse en el chivato de clase.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Noche crítica en las Urgencias de Madrid: camas improvisadas en salas de espera, personal al límite y hasta pacientes con cáncer sin médico
El villancico de Mariah Carey rompe nuevo récord al mantenerse 20 semanas en el número uno
73.500 personas han perdido la vida en los últimos 25 años en las carreteras españolas, según un estudio de Stop Accidentes
El Congreso abre expediente al agitador Vito Quiles
Lo más visto
- Un trabajador de Acciona asegura que fue el exdirector de Construcción quien le sugirió colaborar con Servinabar, la empresa a la que la UCO vincula con Cerdán
- Eurovisión 2026 cierra la lista de sus países participantes, la cifra más baja desde 2004
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- La UE eleva la presión sobre Venezuela al prorrogar las sanciones al círculo de Maduro en plena escalada de Estados Unidos
- Sánchez se mueve para seguir: pacta una cita con Junqueras, anuncia un abono único y descarta tocar el Gobierno




























































