La tecnología y la cocina, la herramienta para reencontrarse en la distancia con mamá
Una relación a distancia con mamá es inquebrantable gracias al uso de dispositivos que generan una cercanía que va más allá de la distancia física


Nicolás se mudó de casa hace tres años. Desde entonces, ha vivido a más de 3.000 kilómetros de su madre. No ha podido visitarla este año: la universidad y el trabajo en Oregon le absorben casi todo el tiempo. Con el Día de las Madres acercándose, el peso de la distancia se hizo más evidente.
Una tarde, durante una caminata entre clases, tareas y turnos mal pagados, pensó en ella. En sus recetas improvisadas, en los domingos con olor a guiso, en las conversaciones suspendidas. Le dolía no haberle escrito más seguido. Le dolía, sobre todo, el silencio.
Fue entonces cuando se le ocurrió una idea sencilla: cocinar juntos. A la distancia, claro, pero en tiempo real. Una forma de volver sin volver. Le propuso conectarse ese domingo y ella aceptó con entusiasmo. Pero había un problema: la pantalla del móvil de Nicolás estaba rota y las videollamadas solían cortarse en los momentos menos oportunos. Si iban a compartir una receta, necesitaban algo mejor.

Entonces, adquirió un Google Nest Hub Max, el asistente diseñado para eso: una pantalla inteligente que permite hacer videollamadas sin usar las manos, que sigue el rostro mientras uno se mueve por la cocina, que reacciona a comandos de voz y que, de paso, reproduce música y recetas paso a paso. No buscaba tanto la tecnología como la experiencia. Quería sentir que estaba allí, aunque fuera solo por un rato.
El domingo cocinaron una sopa. Nicolás desde su pequeño apartamento con más libros que utensilios, su madre desde la amplia cocina de San Antonio. Se rieron, picaron, probaron. Hablaron más de lo que habían hablado en meses. La imagen era nítida y el sonido fluía. Fue para él lo más parecido a estar de vuelta.
A veces, la tecnología no soluciona nada. Pero otras veces, logra lo improbable: acortar distancias emocionales, devolver rutinas compartidas, ofrecer una versión distinta del tiempo. Nicolás no encontró una respuesta. Solo una ventana. Una forma de estar presente, al menos un poco.
El dispositivo, por cierto, lo adquirió en la tienda de Verizon. No fue una compra planificada, sino un hallazgo. Como esas recetas familiares que uno no sabe muy bien de dónde vienen, pero que terminan salvando la tarde.