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¿Es Ozempic el fin del ‘body positive’?

La diversidad de figuras en espacios mediáticos parece estar revirtiéndose a una tendencia que vincula la delgadez a “hábitos más saludables”

Una persona sujetando la caja de Ozempic en Madrid, España.
Ana Rojas

En el presente, es difícil no saber lo que es Ozempic, a no ser que vivas debajo de una piedra. Y es que se trata del fármaco más trendy entre las celebrities y, sin duda, ha estado en boca de todos en Hollywood en los últimos meses, ¿pero por qué?

El principio activo de Ozempic, así como de los otros dos fármacos más conocidos en este campo, Wegovy y Rybelsus (todos fabricados por la farmacéutica danesa Novo Nordisk), es la semaglutida. En el caso concreto de Ozempic, está principalmente orientado al tratamiento de la diabetes tipo 2. Sin embargo, se ha popularizado su vinculación a la pérdida de peso.

¿Y cómo funciona? Básicamente, una vez inyectado (aunque la forma de administración depende del medicamento), la semaglutida envía señales al cerebro para reducir el apetito, aumenta la sensación de saciedad y disminuye la velocidad del vaciado gástrico. En definitiva, hace que las personas se sientan llenas por más tiempo y coman menos.

Con la aprobación de Wegovy (el único de los tres específicamente aprobado para la pérdida de peso) por la FDA (Food and Drug Administration) en 2021, se disparó el interés en estas alternativas no quirúrgicas para la pérdida de peso. Este fármaco contiene una dosis más alta de semaglutida, y por lo tanto, más efectividad y más efectos secundarios (generalmente náuseas, vómitos y diarrea). Mounjaro, un fármaco similar, pero que contiene tirzepatida, también ha ganado un gran reconocimiento gracias a figuras como Elon Musk o Whoopi Goldberg.

La popularización de estas alternativas para la pérdida de peso “milagrosa”, extendida rápidamente entre figuras mediáticas, ha provocado dos consecuencias principales: la primera, la escasez de fármacos para las personas que necesitan Ozempic (aunque ya se está dando respuesta a su demanda) en el tratamiento de la diabetes, ya que el número de prescripciones mensuales aumentó un 442% en Estados Unidos de enero de 2021 a diciembre de 2023 (de 481.876 a 2,5 millones). La segunda, un parón evidente en los discursos públicos de autoaceptación corporal, lo que revierte la tendencia body positive de la que hemos sido testigos en los últimos años.

¿Ozempic vs. ‘body positivity’?

En el final de la última década hemos vivido una mayor inclusión de figuras con cuerpos que diferían de la tradicional delgadez femenina en espacios mediáticos. Rihanna, a través de su marca Savage Fenty fue una de las máximas impulsoras de la inclusividad corporal en el mundo de la moda, uno de los más hostiles para las mujeres.

Ashley Graham, las mismísimas Kardashians o Lizzo representaban nuevos referentes corporales, acompañados de un discurso de aceptación que se ha ido evaporando con el tiempo. Recientemente, también hemos podido ver a varias de estas figuras experimentar una destacada pérdida de peso en poco tiempo. Prácticamente, ninguna ha reconocido que esto se deba a Ozempic, lo atribuyen más bien al déficit calórico y la adaptación de hábitos saludables. Sin embargo, las cifras de uso de estos fármacos sigue creciendo: la Self-love era parece haber sido sustituida por la self-injection era: cada vez más y más personas acuden a la consulta en busca de estos fármacos.

En torno a este hecho hay cabida para varias reflexiones. La primera es quizá la vuelta de la delgadez como tendencia tras una década donde la industria ha apostado por una mayor representatividad de figuras. La segunda, es el espectacular volumen de críticas que reciben las mujeres cada vez que experimentan cambios en su cuerpo. La última, el aluvión de críticas que ha viralizado el último vídeo de Demi Lovato esta semana, donde también se le acusa de estar usando Ozempic.

En todo caso, parece que el debate en torno a la representatividad y el hecho de merecer peor o mejor trato dependiendo del cuerpo que tengas sigue librándose casi exclusivamente en terreno femenino.

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Sobre la firma

Ana Rojas
Es periodista y cubre temas de música, cultura y sociedad. Forma parte del equipo de LOS40 y coordina LOS40 USA, el proyecto en Estados Unidos de la emisora. Ha participado en investigaciones internacionales con entidades como la Fundación Por Causa y Lighthouse Reports. Ha trabajado también con The New York Times y The Guardian.
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