‘La familia de la tele’: no estamos todas, falta ‘la Jose’
Les confieso que no sé muy bien qué busco en una televisión pública, pero sí sé que desde que se anunció el programa ha llegado a empacharme el mantra machacón de la inclusividad y la pluralidad


“El primer programa nunca es el mejor”, me dijo hace días un colega cuando le conté que me tocaba escribir este artículo. “Esto parece un accidente a cámara lenta”, me ha escrito en la tarde de este martes otra colega mientras las dos veíamos el arranque de La familia de la tele. Faltan semanas, quizá meses, para que veamos en qué consiste en realidad la nueva apuesta de Televisión Española para sus tardes. Pero lo de este martes, siguiendo un poco el rastro de lo de ayer, me sigue oliendo un poco a lo mismo: no hay cama pa’ tanta gente. Ni pa’ tanta audiencia.
Les confieso que no sé muy bien qué busco en una televisión pública, pero sí sé que desde que se anunció el programa ha llegado a empacharme el mantra machacón de la inclusividad y la pluralidad. Oliviero Toscani, que estás en los cielos, el daño que has hecho. Porque hay familias plurales, claro, pero muchas son como pueden y como tocan, y las hay tan endogámicas que votan y visten igual. A ver si ahora vamos a tener que contratar figurantes para cumplir con todos los preceptos. A ver si vamos a descubrir que en 2025 hay gais y mujeres con caderas anchas en la tele. ¿En serio?
Lo que quiero decir es que no hace falta que me vendan valores cada cinco minutos para justificar que el dinero sale de mis impuestos, o que me recuerden las bondades de lo diverso, porque ya vengo convencida de casa. Si me quieres divertir, suéltate el pelo y quema el sujetador. Pero si lo que buscas es empezar de cero, otra cosa radicalmente distinta, cámbiame las caras, esas a las que quiero más que a algunos con los que comparto apellidos.
No puedes gustarle a todo el mundo, no te empeñes, que te estrellas.

Miénteme, pero no le pidas a Lydia Lozano que me hable de la importancia de la tensión arterial, cuando lo que quiero es que llore, baile el chuminero y siga coronada como la cara más autobronceada del reino. Cocíname entera, Belén, pero mientras se hace el sofrito no me hables de la importancia de pagar impuestos, porque cuando más me gustas es cuando hablas de la Jose. Para los no iniciados, se trata de Maria José Campanario, esposa de Jesús Janeiro Bazán.
Lo de hoy empezó con Camela cantando en playback la sintonía del programa. Habiéndome educado o con Mª Ángeles y Dioni y los coches de choque, digamos que mi fase actual se parece más a Cuando zarpa el amor, pero cantada por Amaia Romero.
Larga vida a la @familiadelatele @rtve! Nos enorgullece formar parte de esta gran familia, aportando nuestro pequeño granito de arena: la sintonía del programa! 🎶#LaFamiliaDeLaTele pic.twitter.com/VtWMJVYkOd
— Camela (@camelaoficial) May 6, 2025
María Patiño, que ya sabe lo que es presentar un programa, permaneció con los ojos muy abiertos en el sentido literal y figurado del término, como si no supiera de dónde le va a venir el susto o la muerte. “La vida está llena de privilegios, no somos todos iguales”, dijo. Y aquello sonó como con segundas, cuando lo que quería era mostrarnos el nuevo pisito, que es un pisazo, porque para eso ahora hay dinero. “Damos la bienvenida a un nuevo miembro de la familia. Perdona, ¿te llamabas?”, le dijo a un muchacho llamado Jesús. Por estas y otras cosas España no sé, pero yo la quiero.

Inés Hernand y Aitor Albizua tienen mucho recorrido aún hasta empastar con los nuevos primos, pero irrita un poco esa actitud de darles la bienvenida como si estas personas procedentes de Mediaset no supieran lo que son las buenas calidades ni pudieran pagarse un jabugo. ¡Mirad, una cocina! ¡Ay va, un sofá naranja!, y así.
“Expresar las emociones es positivo”, dijo Hernand después de que Patiño hiciera llorar a Lozano al recordar que esta acaba de perder a su madre, la metieran en un coche y le pusieran como ambientador el perfume de la difunta mientras se dirigía a un centro comercial para firmar su libro. Luego ha salido Isabel Pantoja hija con su barriga de ocho meses sentada en un sofá con unas 16 personas todas hablando a la vez y contando lo que ya sabemos, que no se habla con su madre. Dos series después, Kiko Matamoros nos ha contado su operación de esófago y han conectado con Masterchef Celebrity, entre los concursantes están José Manuel Parada y Rosa Benito. Señalo a estas dos personas porque acabaron con tal nivel de tensión con la familia de Sálvame que necesitaríamos una edición vespertina de EL PAÍS para desmenuzarlo.

Ahora que lo pienso, ojalá un tutorial en vez de cabalgata para contextualizar las tramas, tanto al público como a las nuevas incorporaciones de la plantilla.
Ha habido improvisación, despeine y despistes. Ha sido Belén no sabiendo decir “dixit” y Patiño preguntando si Pixie y Dixie venían de ahí. Ha sido corazón y chisme a tope, ya veremos mañana. Ha sido un caos, muy parecido a aquel que nos hizo tremendamente felices durante 14 años. Pero no lo pagábamos, y también éramos otros.
Quizá la familia de ahora no es para mí. “Entended que ha sido el primer programa”, dijo Aitor Albizua antes de dar paso a Jacob Petrus y su Aquí hay la Tierra. Y yo me he acordado de Anabel Pantoja desnuda durante Filomena y de Raquel Mosquera, ambas dando paso a Pedro Piqueras. Maldita nostalgia. Ha sido, tan solo, un primer programa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
