Descojone en el Parlamento
El numantino Pedro Sánchez pierde su imposible aura de estadista cuando estalla en una carcajada obscena en una sesión de investidura marcada por el plan dadaísta de Ayuso


Milagro. Por fin accedo a un momento jocoso en el Parlamento, ese teatro tan previsible como aburrido. Me lo proporciona un virtuoso en impostura y en cinismo, al que espíritus cultivados le descubrieron que su impresentable movida se podía legitimar con algo tan prestigioso como hacer de la necesidad virtud, el bien común, el paraíso de los desprotegidos y no sé cuántas cositas más.
El numantino Pedro Sánchez pierde su imposible aura de estadista cuando estalla en una carcajada obscena, prolongada, complacida, encantada de sí misma, como si estuviera descojonándose en un bar con los colegas, cuando su derrotado rival le plantea dudas sobre quién ha sido el que se ha zampado el pastel. Y como un macarra modélico y cruel de los que podrían decir: “Eres un pringao, que te vayas, tío, que me dejes, que no me des la brasa, que la tarta que nos jugábamos al final me la he zampado yo”, se permite manifestar su orgasmo en público. Y me digo: vale. Con ese transparente desvergonzado, con ese trepa ilustre, aunque también de manual, podría tomarme una copa, pero sabiendo que en cualquier momento va a intentar robarme la cartera.
Y también disfruto mogollón con el lío dialéctico, resultado del plan dadaísta que monta la sexi Ayuso (sospecho que esa definición ya está en proceso de excomunión) al defenderse de haber pronunciado la expresión “hijo de puta” cuando el mesías de los débiles se acuerda estratégicamente en su discurso de su presuntamente corrupto hermano. Lo más hilarante es su negación de lo evidente, atribuido a las perversiones del lenguaje. Asegura que ella creyó entender que la habían calificado de “mongola” y de “facha”. Pero luego se dio cuenta de que lo que expresaban era: “cómo mola” y “qué pacha”. O sea, que ella no llamó “hijo de puta” al estadista, sino que le gusta la fruta. Y cómo me río y disfruto con el provisional abandono de máscaras en el gran circo. La farsa me provoca gozo, no el habitual gesto de asco.
Puedes seguir EL PAÍS Televisión en X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Más de una treintena de carreteras están afectadas por la nieve y el hielo, 12 de ellas cortadas
De la reinserción social a la dana, la IA o la cultura urbana: estas son algunas de las historias educativas más relevantes de 2025
Nasry Asfura es el presidente electo de Honduras tras un mes de recuento y presiones internacionales
El Departamento de Justicia de EE UU recibe un millón de nuevos documentos sobre el caso Epstein
Lo más visto
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”
- Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- TVE se reivindica (con pulla) en su gran noche televisiva






























































