Pedro Sánchez, rey de los giros de guion

La definición más precisa de giro de guion lo señala como aquel acontecimiento que, primero sorprende al espectador, y después le deja la sensación de que lo ocurrido se trataba de lo más lógico posible dentro de los mimbres de la narración que está contemplando.

En su libro Bossypants, Tina Fey explicaba las dos categorías de guionistas que ella contrata para sus salas de guion: unos con una formación intelectual sólida y otros bregados en la vida, dos perfiles que no suelen convivir en la misma persona. Un tercero completaría la mía: el de Pedro Sánchez, maestro del órdago suicida cuando tiene todo en contra.

Casi nadie predijo el adelanto electoral. Este giro de guion solo fue apuntado como una posibilidad por Javier Casqueiro, al que una sorprendida Ana Rosa reconocía la agudeza en su programa de este lunes, después de pasar del entusiasmo postelectoral al desconcierto preelectoral. Y leído a hechos consumados es la mejor decisión posible. El presidente vuelve a hacerse con el control del —con perdón— relato, opaca la euforia del PP y neutraliza a aquellos que llevan meses pidiendo elecciones anticipadas. También es una que encaja por completo con la definición de personaje que Pedro Sánchez inauguró cuando se hizo con el PSOE después de haber sido defenestrado, la de superviviente, imagen que afianzó con la moción de censura al ejecutivo de Rajoy y los dos comicios de 2019.

Hay quien quiere ver en esta decisión una noble asunción de responsabilidades tras el batacazo en las autonómicas. Hay quien lee estrategia desesperada. Pueden convivir las dos. Puede salirle fatal. Todo esto ha pasado y volverá a pasar, que decían en Battlestar Galactica. ¿Con el mismo resultado? Nos quedan dos meses para comprobar si se trata del final de su serie o solo de un final de temporada.

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