Circo
Los payasos circenses no me han divertido ni cuando era un niño. Pero los que practican esa actividad en el circo de la política les salen atrozmente caros al contribuyente


Siempre ha sido cuestionable la convicción de Gabriel Celaya de que la poesía es un arma cargada de futuro. Tal vez haya tenido un pasado esplendoroso y un presente alicaído, pero, francamente, le veo un futuro muy negro. ¿Que para qué sirve la poesía? Sin miedo a ser calificado de cursi, a algunas personas les ha servido para descubrir belleza, comprender y vibrar con lo cercano o lo etéreo, como embriaguez y consuelo. No existe un solo día desde hace mucho tiempo en el que no aparezcan en mi cerebro estas palabras de Claudio Rodríguez: “si tú la luz te la has llevado toda, cómo voy a esperar yo ya nada del alba”. Por ello, recibo un complejo vitamínico cuando leo que, gracias a la concesión del Nobel, la editorial española que publica la obra de Louise Glück vendió más libros de ella en un cuarto de hora que en los anteriores catorce años. Y bendices la existencia de este premio, que tuvo la desvergüenza o la necedad de no otorgárselo a gente como Borges, Kafka, Joyce, Pessoa o Nabokov si sirve para que un personal minoritario siga buscando poesía.
Más motivos de jolgorio. Cuentan de El Gran Fele, un payaso que acaba de morir, su insistencia en que el circo que montan los políticos supone una competencia muy desleal para su gremio. A mí los payasos circenses no me han divertido ni cuando era un niño. Tampoco los de la tele. Pero los que practican esa actividad en el circo de la política les salen atrozmente caros al contribuyente.
Mientras que todo cristo está aterrado o deprimido con la peste (excluyo a los muertos y a los lúdicos y encarcelables botelloneros) los habitantes del siniestro circo político provocan náusea y la mala hostia de los que les votaron y de los abstencionistas (que también tenemos derecho a maldecir) con el sórdido lema común del “y tú más”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Sí, clonar a tu mascota es posible… pero también implica riesgos éticos enormes
Por qué los incendios de 2025 han disparado las emisiones de CO₂ en España
Menos trámites, más casas: así quiere la UE acelerar la construcción de vivienda
Extremadura vota esta semana entre la ruptura PP–Vox y un escenario sin mayorías claras
Lo más visto
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- El “canibalismo interno” se extiende en el PSOE a la espera del día después de Sánchez
- El Ayuntamiento de Valencia y el Levante piden a LaLiga aplazar el partido contra el Villarreal por las fuertes lluvias
- El hombre que desarmó a uno de los atacantes en Sídney es aclamado como un héroe en Australia






























































