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Los móviles y tabletas ya tienen también su etiqueta energética: esto es lo que debes saber

La medida, impulsada por la Unión Europea, arranca este 20 de junio y busca informar sobre el consumo, pero también tiene que ver con la durabilidad, la resistencia y la facilidad de reparación de los dispositivos

Los ‘smartphones’ y las tabletas llevarán una etiqueta muy similar a la que ya llevan los electrodomésticos y otros dispositivos tecnológicos
Laura Pajuelo

Según cálculos de la Unión Europea, en 2020 los teléfonos inteligentes y las tabletas consumieron 36,1 teravatios-hora de energía primaria, que es la energía disponible en la naturaleza antes de ser convertida o transformada. La cifra incluye todas las fases de su ciclo de vida (fabricación, uso, reciclaje…) y equivale, por ejemplo, al 85% del consumo total de energía de un país como Portugal en un año.

Y si no se toman medidas, la previsión es que este consumo siga aumentando hasta alcanzar los 36,5 teravatios-hora de energía primaria en 2030. De ahí que la Unión Europea haya aprobado una normativa para favorecer la economía circular e incentivar la fabricación de dispositivos más duraderos y reparables. Con ella, estima que se limitará el consumo de energía en 2030 a 23,3 teravatios-hora, lo que significa un ahorro del 35%.

Por eso, a partir de hoy 20 de junio, al comprar un smartphone o una tableta veremos una etiqueta muy similar a la que ya llevan los electrodomésticos y otros dispositivos tecnológicos. Con ella, se informa de su consumo energético y otras variables relacionadas con sus características. ¿Qué significan los distintos elementos que incluye esta etiqueta?

Autonomía real de la batería

Lo primero que encontramos empezando por la parte superior es un código QR que da acceso a la página de información de ese dispositivo en el Registro Europeo de Productos para el Etiquetado Energético (EPREL), junto con la marca y el modelo exacto.

Así serán las nuevas etiquetas para móviles y tabletas.

Justo debajo se indica la eficiencia energética del dispositivo, exactamente igual que en los electrodomésticos: hay una clasificación que va de la A a la G, siendo la A el mínimo consumo y la G el máximo. A continuación, junto con el icono de una batería, va una cifra con las horas y minutos de autonomía. En este sentido, es importante recalcar que las mediciones deben hacerse siempre con unas condiciones homogéneas: mismo brillo en la pantalla, volumen y tipo de conexión.

Caídas y reparaciones

Por último, en el cuadro inferior hay otros cuatro datos. La resistencia a caídas expresa la durabilidad de los dispositivos, teniendo en cuenta que la nueva normativa establece una resistencia mínima de 45 caídas sin funda ni protector de pantalla para los móviles. En las tabletas no se tiene por qué cumplir esta característica. Esta durabilidad se expresa con un índice que va de la A a la E, siendo la A el máximo de resistencia y la E el mínimo. La misma escala se usa en el índice de reparabilidad —identificado con una llave inglesa y un destornillador—, que se calcula en función de lo fácil que se monta y desmonta, cómo es la sustitución de piezas y si el acceso a la información técnica necesaria para hacerlo es sencilla. Hay que tener en cuenta, eso sí, que los fabricantes están obligados a mantener la existencia de piezas de reparación y de un servicio técnico adecuado durante 10 años, a partir de la fecha en la que el producto deje de fabricarse.

Uno de los dos últimos iconos se refiere a la vida útil de la batería; es decir, el número de veces que puede cargarse y descargarse antes de perder capacidad de forma significativa. Con la nueva normativa, debe garantizarse que mantiene el 80% de su capacidad inicial tras 800 ciclos de carga. El otro icono es el indicador de la resistencia al polvo y al agua siguiendo la certificación IP, compuesta por dos números: el primero determina la resistencia frente al polvo (6 es la protección máxima) y el segundo al agua (9 es el máximo). El mínimo, en cualquier caso, es IP44 para los móviles —protección frente a salpicaduras de agua desde cualquier dirección y partículas sólidas de más de 1 mm— e IP40 para las tabletas: salpicaduras de agua accidentales y partículas sólidas de 1 mm o más. El último dato aparece en el borde derecho inferior, y es un número de regulación: el código con el que el producto está inscrito en el Registro EPREL.

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