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Así se alimenta el pescado de acuicultura que comemos en España

La acuicultura española es un productor ‘neto’ de pescado. Es decir, produce más pescado del que necesita extraer del mar para alimentar a las especies cultivadas. Hablamos de un sector que no solo contribuye al abastecimiento de pescado para la población: también ayuda a mantener la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos

La mayoría de las especies de peces son piscívoras. Es decir, se alimentan de otros peces. En la imagen, un trabajador en las instalaciones de Villajoyosa (Alicante).

A las gentes del mar y de los ríos les une el amor y el respeto por la vida que habita en las aguas. Nadie mejor que un pescador y un acuicultor para entender su belleza, pero también sus problemas. Sabiéndose custodios de una herencia que recogerán las nuevas generaciones, tanto las personas que se ocupan cada día de salir a faenar como aquellos que se encargan de cultivar los pescados, están al tanto de los desafíos a los que se enfrenta su amado mundo bajo el agua.

A lo largo de las décadas, ambos profesionales han ido observando cambios radicales en el ecosistema acuático, unos recursos naturales cada vez más tensionados y un incremento global de la demanda de productos acuáticos para alimentar a una población mundial en continuo crecimiento. Por ello, ambas actividades, acuicultura y pesca extractiva responsable, decidieron hace tiempo viajar en el mismo barco. Tienen retos compartidos y complicados, aunque gracias a la colaboración de ambos sectores, y sobre todo a los avances y el desarrollo en las últimas décadas de la actividad acuícola, están siendo solventados.

La acuicultura juega un papel importante, tanto en el suministro de alimentos como en la disminución de la presión sobre determinadas poblaciones de peces salvajes. Así se evita el agotamiento de los recursos y se contribuye a su recuperación para que se pueda seguir haciendo una pesca sostenible sin agotamiento
Cristina Tomás Almenar, investigadora y miembro del Comité Científico de Acuicultura de España

Como explica Cristina Tomás Almenar, Investigadora del Centro de Investigación en Acuicultura del ITACyL, presidenta de la Sociedad Española de Acuicultura (SEA) y miembro del Comité Científico de Acuicultura de España, “la pesca y la acuicultura son actividades complementarias claves para la producción de alimentos. La acuicultura juega un papel importante, tanto en el suministro de alimentos como en la disminución de la presión sobre determinadas poblaciones de peces salvajes. Así se evita el agotamiento de los recursos y se contribuye a su recuperación para que se pueda seguir haciendo una pesca sostenible sin agotamiento”.

Se trata de una realidad que desmiente de manera contundente la creencia errónea de que la acuicultura esté presionando a la pesca extractiva. Es más, gracias al esfuerzo en desarrollo científico, innovación y economía circular durante muchos años, hoy por hoy se puede afirmar que la acuicultura española ya ha conseguido reducir la necesidad de pescado de pesca extractiva a los niveles más bajos de la historia.

La dieta de los peces de cultivo requiere de un contenido específico (cada vez más reducido) en harina y aceite de pescado para mantener un perfil nutricional adecuado.

Un 0,84 kg de pescado silvestre para obtener 1 kg de pescado de acuicultura

La alimentación de los peces de acuicultura ha estado en el punto de mira en numerosas ocasiones. Y, al abordar el asunto, casi siempre se relatan hechos sesgados. Diferentes voces han asumido como válido el discurso de que la dieta de los peces de cultivo se compone en su totalidad de peces silvestres pequeños. Incluso, que ingieren muchos más de los que comerían en su hábitat natural.

Pero esto no se corresponde con la realidad: la acuicultura cuenta con uno de los factores de conversión alimenticia (FCR, el coeficiente que marca la eficacia con la que el animal transforma lo que come en masa corporal) más bajos en comparación con otras formas de producción de proteínas.

La acuicultura española utiliza para la alimentación de sus peces materias primas sostenibles y aprovisionadas de manera responsable, ya se trate de origen marino como terrestre
Javier Ojeda, gerente de Apromar, la asociación empresarial de acuicultura de España

Hay que recordar que la mayoría de las especies de peces son piscívoras. Es decir, se alimentan de otros peces. Lo mismo ocurre con los peces de cultivo, cuya dieta requiere de un contenido específico en harina y aceite de pescado para mantener un perfil nutricional adecuado. “Esto ha supuesto un reto continuo para el sector, pero desde las políticas de ordenación pesquera, el propio sector acuícola y la comunidad científica han hecho y siguen haciendo un gran esfuerzo para disminuir el uso de harinas y aceite de pescado como ingrediente en la alimentación para acuicultura”, reconoce Cristina Tomás Almenar. “Un ejemplo: si a finales de los años 90 se utilizaba 1 kg de pescado para producir 1,5 kg de pescado procedente de la acuicultura, en 2020, con 1 kg de pescado se obtienen un total de 5 kg de pescado”.

Algunas especies en concreto, como la lubina, la trucha o la dorada, que representan más del 75% del total de la producción española de pescado de acuicultura, requieren incluso menos: 0,76 kg, 0,18 kg y 0,63 kg, respectivamente, de pescado de pesquería para producir 1 kg de pescado de acuicultura. Si se hace una media ponderada de todas las especies, para producir 1 kg de pescado de acuicultura español se necesitan 0,84 kg de pescado de pesquería. Por ello, se puede asegurar que la acuicultura española ya produce más pescado del que se extrae como materia prima.

Alimento procedente de materias primas sostenibles y responsables

“La acuicultura española utiliza para la alimentación de sus peces materias primas sostenibles y aprovisionadas de manera responsable, ya se trate de origen marino como terrestre”, recuerda Javier Ojeda, gerente de Apromar, la asociación empresarial de acuicultura en España. Para ese proceso de alimentación de los peces de acuicultura, Ojeda destaca la introducción de los recortes del procesado de la industria de la transformación de pescado (subproductos) en sustitución de peces capturados.

“Esto quiere decir que no existe presión sobre las poblaciones de peces salvajes, sino un uso responsable de esos recursos naturales renovables y una potenciación de la economía circular”, indica. “Y cuando llegan a utilizarse directamente peces salvajes para su inclusión en la alimentación de los peces de acuicultura, se trata de especies de crecimiento rápido y ciclos vitales anuales que, en todo caso, no tendrían uso directo en alimentación humana por tratarse de peces de talla pequeña y espinosos”.

Todo el pescado de acuicultura cultivado en España utiliza piensos realizados elaborados a partir de materias primas aprovisionadas de manera sostenible. En la imagen, instalación de A Coruña.

Toda esta reducción se ha conseguido con el uso de ingredientes alternativos, principalmente de origen vegetal, como la soja, el gluten de trigo o el guisante, entre otros. Pero la investigación continúa. Los nuevos descubrimientos siguen en la misma línea de búsqueda de alternativas, como algas o insectos, pero también en la inclusión de subproductos basados en la economía circular procedentes de la industria agroalimentaria.

“Otra de las actuales líneas de investigación en alimentación es la búsqueda de ingredientes o aditivos funcionales, es decir con propiedades beneficiosas para la salud de los peces y, en definitiva, en el bienestar de los animales. De esta manera se mejora su resiliencia frente a enfermedades y la eficiencia de su producción”, detalla Javier Ojeda.

Definitivamente, el sector acuícola español está decidido y comprometido a seguir mejorando estos ratios. Se trata de optimizar cada parte del proceso para depender cada vez menos del pescado de pesca extractiva. La innovación y el desarrollo científico y tecnológico trabajan mano a mano para dibujar un futuro si cabe más esperanzador para el sector. Y para que siga siendo cada año más sostenible, resulta clave el apoyo a la acuicultura española. Lo contado es solo una pequeña muestra del compromiso en el que está inmerso un sector repleto de profesionales que cuidan la alimentación y salud de los peces que cultivan. Con más mimo, si cabe, que la suya propia.

¿Qué son las pesquerías sostenibles certificadas?

Controladas por entidades oficiales, en las pesquerías sostenibles certificadas la capacidad de pesca se establece anualmente para no sobrepasar su capacidad de regeneración anual, es decir que se encuentran en equilibrio. Pueden también intervenir certificadoras privadas. 

Todo el pescado de acuicultura cultivado en España utiliza piensos realizados elaborados a partir de materias primas aprovisionadas de manera sostenible. Sin embargo, en España se importa para consumo humano mucho pescado de acuicultura desde otros países sobre los que Apromar no se puede hacer responsable. Por ello, Apromar recomienda la compra de pescado de acuicultura criado en España. 

 

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