Ir al contenido
Fotografía de Sole García, educadora de Fundación de la Esperanza, y las usuarias de esta entidad social, Sandra Núñez, madre de tres niños, e Hiba Kasouane, en Barcelona este octubre

De izquierda a derecha, Sole García, educadora de Fundación de la Esperanza, y las usuarias de esta entidad social, Sandra Núñez, madre de tres niños, e Hiba Kasouane, en Barcelona este octubre. Massimiliano Minocri

Con ayuda, salen adelante

Parados en riesgo de exclusión y niños de familias con pocos recursos encuentran apoyo en los programas sociales de la Fundación ”la Caixa” destinados a reducir la pobreza, que afecta a una de cada cuatro personas en España

Mariano Ahijado

A veces es cuestión de un empujoncito: una entrevista con una trabajadora social, un curso de ayudante de cocina, unas prácticas en el comedor de una residencia de mayores, una llamada para cubrir las vacaciones de verano, un contrato..., o una nueva vida para un desempleado de larga duración, Juan José Garedo (Valencia, 51 años), que acumulaba siete años en la cartilla del paro.

—¿Qué supone encontrar un trabajo después de tanto tiempo?

—Te levanta el ánimo, te sientes útil. Sales a la calle de otra manera. Le pones más interés a todo. La gente se alegra un montón por ti.

Garedo vive con su mujer en Foyos, un pueblo de la Huerta Norte valenciana. Hasta entonces había trabajado en una carnicería, en un mercado, como dependiente en una tienda, en unos grandes almacenes… “Pero luego todo fue bajando”, dice para explicar la desconexión progresiva del mercado laboral que sufrió. Cuanto más tiempo pasaba sin encontrar trabajo y cuantos más años cumplía, más complicado era regresar.

Una de cada cuatro personas vive en riesgo de pobreza o de exclusión social en España, según el último informe de la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España (EAPN-ES). Fundación ”la Caixa” cuenta con un presupuesto de 655 millones de euros en 2025 para apoyar a entidades sociales que garanticen la igualdad de oportunidades en todas las etapas de la vida. Garedo se unió a principios de año al programa de inserción laboral Incorpora, coordinado en la Comunitat Valenciana por el consorcio Pactem Nord. El curso de ayudante de cocina que completó dura 250 horas, no se requiere ningún nivel de estudios y cuenta con 80 horas de prácticas en una empresa.

En la formación, detalla Laura Gadea, técnica de Empleo y Formación de Incorpora, se les enseña “habilidades transversales”: trabajo en equipo, gestión del tiempo, comunicación, competencias digitales... “No veas cómo le ha cambiado la expresión de la cara. Se lo he dicho en cuanto ha llegado a las oficinas: ‘Te veo más contento’. Ha ganado confianza”, cuenta Gadea sobre Garedo, al que ha acompañado en todo el proceso.

El programa Incorpora facilitó 3.000 contrataciones a través de 1.000 empresas en la Comunitat Valenciana en 2024. La cifra de nuevos empleos impulsados en toda España alcanza los 42.000. Incorpora está destinado a parados de larga duración como Garedo, mayores de 45 años sin empleo, víctimas de violencia de género, jóvenes que abandonan los estudios, personas que han estado privadas de libertad... “Trabajamos con las personas y con las empresas”, destaca Gadea, licenciada en Psicología y formada en gestión de recursos humanos. Están en contacto todas las semanas. Gadea y el resto de los técnicos conocen en profundidad a los beneficiarios como Garedo y las demandas de las empresas. “Los derivas a ofertas que puedan ajustarse a su perfil”, dice. La formación en cocina es solo un caso. También imparten cursos de mozo de almacén, operario de logística, recepcionista en ventas, reponedor, auxiliar de limpieza... Y todos con prácticas. Las empresas mismas acuden en busca de ellos.

Garedo estaba cubriendo vacaciones y bajas en el comedor de la residencia de mayores de Massamagrell. En Pactem Nord están pendientes de cualquier puesto parecido que surja para que consiga un contrato indefinido. Mientras tanto está mirando otros cursos para ampliar su formación en la rama de cocina. “En la residencia cortaba las verduras, preparaba las ensaladas, ayudaba a montar el comedor…”, cuenta. “Me gustaba mucho hablar con los mayores cuando me cruzaba con ellos”. Con los ingresos obtenidos estos meses ha cambiado el móvil y está planeando un viaje a Oropesa del Mar con su mujer. “Algo cerquita de Valencia, unos días”, cuenta.

Acompañamiento de 0 a 18 años

CaixaProinfancia es un programa de Fundación ”la Caixa” destinado a reducir la pobreza infantil, que afecta a uno de cada tres niños en España. Atiende a menores de 0 a 18 años en colaboración con 400 entidades sociales de todo el país. Una de ellas es la Fundación de la Esperanza, ubicada en el barrio Gòtic de Barcelona. A su sede acuden desde mujeres en riesgo de exclusión social que están a punto de dar a luz hasta jóvenes que cursan formación profesional o Secundaria. Encuentran refuerzo escolar y psicológico, acompañamiento familiar; un lugar en el que socializar o donde los niños pueden moverse libremente, jugar, desarrollarse.

Sandra Núñez es peruana y tiene tres hijos (dos pequeños y una adolescente). Vive con ellos y su marido en una habitación de un piso compartido en Barcelona. Lleva dos años acudiendo con los niños a la Fundación de la Esperanza. El más pequeño de todos, Lluís, que nació en España, tenía un “problema de retraso motor”, explica. El espacio tan reducido en el que vive toda la familia impide que el crío gatee, trastee, se desarrolle. La Fundación de la Esperanza cuenta con un programa para bebés de 0 a 3 años –deben asistir sus familiares también– en el que les estimulan el movimiento, el juego, el habla; dan pautas de alimentación a los padres, estos pueden reunirse con otros padres para socializar, los niños se juntan con iguales, fundamental para su desarrollo. “Lluís tenía hipotonía muscular. Necesitaba un espacio libre por el que moverse. Después de dos años camina, corre…”, cuenta Núñez, que trabaja como auxiliar de limpieza.

Un coordinador y nueve educadoras forman parte del equipo de la Fundación de la Esperanza. Desde su creación en 2013, cada año ayudan a 2.500 personas y 600 familias en situación de pobreza o riesgo de exclusión social. Sole García es una las profesionales que trabajan en el espacio de familias con niños como Lluís y sus madres. “Uno de los días ejercitamos la expresión corporal, muy necesaria en esta etapa”, cuenta García. El hijo mediano de Núñez, Adriel, tiene cuatro años y también va a la Fundación de la Esperanza dos días a la semana. “Tenía un retraso en el habla”, dice la madre. Ya va al colegio, pero en la fundación encuentra un refuerzo en su aprendizaje. “Mi hija adolescente, Betsy, llegó de Perú hace cinco meses. Tiene 14 años. No conocía a nadie, le costaba relacionarse. Les comenté a los monitores si podía venir también para que la ayudaran con los deberes”, cuenta Núñez. De un día para otro formaba parte del grupo. Está encantada. Incluso las educadoras ayudan a ambas en la relación madre-hija. Llevaban cuatro años separadas. La dejó en Perú como una niña y vino a España convertida en una adolescente.

La barcelonesa Hiba Kasouane, de 18 años, acude dos días por semana a la Fundación de la Esperanza. Está vinculada al programa CaixaProinfancia desde que empezó la ESO en 2020. Al principio a instancias de su madre. Ahora es ella la que sigue yendo con ilusión. “Te sientes muy acompañado durante todo el año”, dice esta alumna de un grado medio de Administración y Dirección de Empresas. Va a estudiar a un aula abierta, la ayudan con los deberes, se siente atendida, respaldada en su día a día. Le va bien en la formación profesional. “Si tienes algún problema que no tenga que ver con los estudios también hacen lo posible por ayudarte”, cuenta. Las educadoras son tutoras, referentes. Acaban siendo personas de confianza. Los conocen muy bien.

Realidades que viajan con nosotros

Fundación ”la Caixa” ha intervenido el metro de Valencia. En los vagones se muestran testimonios de personas que viven en riesgo de pobreza o de exclusión social. “Lo más difícil de no llegar a fin de mes es que mis hijos no lo noten”, anuncia uno de ellos. Por cada cuatro asientos, han reservado uno para simbolizar el número de afectados, 12 millones de personas en España, lo que equivale a uno de cada cuatro. La campaña Realidades que viajan con nosotros, lanzada el jueves 23 de octubre, invita en un escenario tan cotidiano como el metro a reflexionar sobre la cantidad de personas con las que uno se cruza a diario que pueden estar viviendo sin acceso a los recursos mínimos para una vida digna. “La pobreza tiene diferentes formas, muchas de ellas invisibles en nuestro día a día”, insisten en la campaña. Los programas de apoyo financiados por Fundación ”la Caixa” están destinados a favorecer la igualdad de oportunidades, a impulsar iniciativas que rompan el círculo de la pobreza. A que nadie viaje solo.

CRÉDITOS:

Redacción: Mariano Ahijado
Coordinación editorial: Francis Pachá
Fotografía: Massimiliano Minocri y Silvia Villar
Diseño: Belén Daza
Coordinación de diseño: Adolfo Domenech

Más información

Archivado En