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Más de 100.000 médicos, convocados a cuatro días de huelga por una menor carga laboral y menos guardias

Los servicios mínimos por la protesta para un nuevo estatuto marco separado del resto de profesiones sanitarias garantizan la asistencia como en un día festivo

Médicos participan en una manifestación frente a la Delegación del Gobierno en Catalunya, este miércoles.Foto: Kike Rincón (Europa Press) | Vídeo: EPV

Más de 100.000 médicos de toda España están llamados a partir de este martes y hasta el viernes a cuatro jornadas de huelga nacional en protesta por el nuevo Estatuto Marco del personal del Sistema Nacional de Salud (SNS) propuesto por el Ministerio de Sanidad. La protesta ha sido convocada por la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), el mayoritario, y el Sindicato Médico Andaluz (SMA), a los que se han sumado algunas otras —no todas— fuerzas sindicales y profesionales de facultativos.

En Madrid, más de un millar de personas han salido a la calle. Critican que su carga de trabajo es inasumible y se sienten decepcionados con la ministra de Sanidad, Mónica García, que fue médica antes que política. “Mónica, escucha, también es tu lucha”, ha sido el cántico que, al ritmo de una batucada, se ha escuchado en la cabeza de la marcha. Esta ha partido desde el Congreso en dirección al Ministerio de Sanidad.

Ana Giménez, presidenta de Amyts, sujetaba una de las esquinas del cartel que encabeza la manifestación en el que se lee “por un estatuto propio para la profesión médica y facultativa”. Según ella, no tiene sentido la negociación de un acuerdo marco con otros profesionales sanitarios, como enfermeros o celadores, porque no tienen la misma “responsabilidad” ni la obligación de exceder su jornada laboral de 37,5 horas semanales por las guardias. “Tengo cinco años trabajados solo en guardias que no computan para mi jubilación”, critica Giménez que ahora, a sus 60 años, es médico de familia, pero que ha trazado gran parte de su carrera en servicios de urgencias.

La mayoría de los presentes han acudido a la manifestación vistiendo la bata blanca y en los carteles sobre sus cabezas se leía: “Guardias, trabajo esclavo, tributan pero no cotizan”, “¿Médico o esclavo? Yo no quiero seguir siendo maltratada” y “Dignidad y respeto a nuestra profesión”.

Metges de Catalunya, con cerca de 13.000 afiliados, ha secundado la huelga y liderado la protesta en Barcelona. El personal facultativo del sistema público y concertado ha advertido a la consejera de Salud, Olga Pané, de que esta vez las protestas serán continuadas hasta que la administración no atienda su principal reivindicación: la regulación de un espacio propio de negociación para los facultativos donde se pacten, de forma vinculante, los aspectos asistenciales, organizativos y laborales que afectan específicamente a la profesión médica.

“El sindicato considera que ahora es el momento de establecer las bases del sistema público de salud de la Cataluña de los 10 millones, porque mantener un servicio asistencial sostenido por el sobreesfuerzo y la explotación de los profesionales no tiene más recorrido”, han apostillado en un comunicado previo al parón. Los primeros datos de seguimiento en Cataluña ascienden al al 6,5% según la Generalitat y al 45% según el sindicato.

Desconcertadas. Así salían en Sevilla las familias que a primera hora de la mañana han acudido a un centro de salud en el centro histórico de la ciudad para llevar a sus hijos para que los viera el pediatra. “Nos han dicho que había huelga y no sabemos si llevarlo al hospital por urgencias porque allí también habrá médicos que habrán parado”, ha comentado angustiada María Ángeles, cuyo nieto de siete años se ha levantado con diarrea y un fuerte dolor de garganta. Orlando García también salía resignado con su hija de la mano. “Cogimos cita el martes de la semana pasada para hoy, una semana de espera, pero otras veces ha sido más, ahora otra vez a esperar”, explicaba.

Más molestas estaban las cuatro personas que esta mañana esperaban a ser operadas de cataratas en el Hospital San Juan de Dios de Bormujos (Sevilla). “Nos han dicho a todos que nuestra cita quedaba suspendida, pero no nos han dado nueva fecha”, dice una de estas pacientes, que prefiere no decir su nombre. En su caso, la huelga no ha hecho sino incrementar el hartazgo que acumula debido a los retrasos que arrastra la sanidad pública andaluza. “En mi caso, un año esperando a que me viera el especialista y cuatro meses más hasta la operación, ahora suspendida”, resume.

Que los andaluces identifiquen la huelga con los problemas de la sanidad andaluza, malherida tras la crisis de los cribados, es una de las principales preocupaciones del Gobierno andaluz, reconocen fuentes cercanas a las Consejería de Sanidad. “No entienden lo que es el estatuto marco y que eso depende del Gobierno central, y eso nos repercute”, indican los interlocutores consultados. El paro de estos cuatro días, sin embargo, será una de las razones que se aleguen para justificar los datos de lista de espera de la comunidad, que apenas consigue contener pese a los planes de choque aplicados.

Entre los profesionales sanitarios del Puerta del Mar, en Cádiz, si se está haciendo pedagogía entre los usuarios de las consecuencias del estatuto marco. “Es un tema muy delicado. Abre la puerta a crear en un futuro una profesión sanitaria que permita a quienes no son médicos a diagnosticar y tratar. Ya no habrá médicos ni enfermeros. Seremos niveles. Y un enfermero puede llegar a nuestro mismo nivel”, se queja un profesional de ese centro hospitalario gaditano que pide anonimato. “Nosotros estamos avisando. Cuando surja el problema se culpará a otros”, advierte.

El seguimiento del paro se prevé incierto después de la desigual movilización registrada en anteriores, como la de junio. Las comunidades autónomas han impuesto servicios mínimos que garantizan al menos una cobertura similar a los festivos, lo que asegura que se podrá llevar a cabo la atención urgente y de los casos más graves.

Además del estatuto marco propio, los médicos piden rebajar las horas semanales de trabajo máximo, voluntariedad y mejores condiciones en las guardias, mejorar la categoría profesional de los facultativos para diferenciarlos de otras profesiones sanitarias ―que consideran que tienen menos responsabilidad y formación― y mantener la posibilidad de que los jefes de servicio puedan compatibilizar su trabajo en la pública y la privada, al contrario de lo que propone el Ministerio de Sanidad.

El departamento que dirige Mónica García rechaza de plano crear un estatuto marco solo para los médicos. “La posibilidad de un estatuto propio no la ve nadie”, afirmó en una entrevista a EL PAÍS. “El estatuto marco de todo el Sistema Nacional de Salud no puede fragmentarse. Necesitamos cohesión, trabajo en equipo, derechos y deberes que son comunes”, añadió.

Sanidad asegura que el marco que han previsto moderniza una norma de 2003, unificando la clasificación profesional según el Marco Español de Cualificaciones (MECU) y garantizando convocatorias periódicas de empleo para atajar la temporalidad. Limita asimismo la jornada laboral a 45 horas semanales y regula descansos y guardias, incorporando derechos como la desconexión digital y la protección frente a agresiones.

El comité de huelga, sin embargo, denuncia que esta “homogeneización” equivale a una nivelación a la baja de la especialización médica y que la letra pequeña permite prolongar la dedicación real más allá de lo establecido, sin una retribución ni compensación justa por guardias o excesos.

Las protestas no han escapado a la división entre organizaciones médicas y sindicales. La Agrupación por un Estatuto Médico y Facultativo (APEMYF), una plataforma que agrupa a sindicatos autonómicos y algunas asociaciones profesionales, ha anunciado movilizaciones para enero con unos objetivos similares a los de la huelga de hoy.

Por otra parte, el resto de grandes sindicatos de clase y sanitarios con peso en el sector (SATSE-FSES, CCOO, UGT, CSIF…) han realizado convocatorias de paro indefinidas todos los martes a partir del 27 de enero. En ese caso, la razón principal es el rechazo al estatuto marco tal y como se ha planteado hasta el momento porque consideran que no beneficia al conjunto de los profesionales de la sanidad pública. También se oponen a un estatuto exclusivo para médicos.

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