Un juez desbloquea la quiebra de Purdue Pharma para facilitar el pago de 7.400 millones en indemnizaciones por la crisis de los opiáceos
El caso, que lleva 20 años en los tribunales, supondrá la desaparición de la farmacéutica y la creación de otra empresa que se dedicará a tratar la adicción


El juez del Tribunal de Quiebras de Nueva York Sean H. Lane ha asegurado este viernes que aprobará el plan de resolución de Purdue Pharma, la farmacéutica que representa como pocas los abusos del sector en la crisis de los opioides por la agresiva comercialización de su analgésico OxyContin como si no fuera adictivo. La reestructuración permite a la compañía, propiedad de la familia Sackler, salir de la situación de quiebra y preparar su disolución. El plan incluye un acuerdo para pagar 7.400 millones de dólares en indemnizaciones por las acusaciones que la responsabilizan de causar una de las mayores crisis de salud pública en la historia de Estados Unidos.
Casi todos los gobiernos estatales, unas 2.600 ciudades, condados, tribus nativas americanas, hospitales y otras entidades que buscaban recuperar los costos incurridos a raíz de la crisis de los opioides demandaron a Perdue Pharma y ahora podrán cobrar parte de la indemnización.
El juez federal acerca así el final de un proceso que comenzó hace casi dos décadas con las primeras denuncias por la adicción que provoca la oxicodona. La empresa se declaró en suspensión de pagos en 2019 ante la avalancha de reclamaciones de afectados y el caso recayó en el tribunal estatal de quiebras de Nueva York. “Les anuncio ahora que voy a confirmar el plan”, señaló Lane durante una audiencia en White Plains, Nueva York. Se espera que la sentencia definitiva se publique este próximo martes.
El caso de Purdue Pharma es paradigmático de la epidemia de opiacéos que ha asolado Estados Unidos durante los últimos años. Fabricó el analgésico OxyContin y lo comercializó de forma tan agresiva que lo convirtió en el primer fármaco que recetaban los médicos contra los dolores crónicos. Las pastillas engancharon a miles de estadounidenses, creando la peor crisis sanitaria desde la del sida en los años ochenta y la pandemia. Se calcula que la adicción al fármaco ha causado más de 700.000 muertes durante las dos últimas décadas. El consumo de la oxicodona, el principio activo del OxyContin, ha sido la puerta de entrada al fentanilo para miles de pacientes, una droga sintética 50 veces más potente que la morfina.
“En marzo de 2025, Purdue Pharma presentó un nuevo plan de reorganización bajo el capítulo 11 [que regula los concursos de acreedores] y la correspondiente declaración informativa ante el Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York”, ha señalado la compañía a través de un comunicado en el que explica que ese plan podrá ponerse ahora en marcha. “Se creará una nueva empresa de beneficio público, dedicada exclusivamente a mejorar la vida de los estadounidenses, tras su salida de la bancarrota”, agrega.
El plan incluye una reserva de 7.400 millones de dólares en efectivo para compensar a las víctimas y mitigar la crisis de los opioides, suponiendo que participen todos los acreedores, según explica la compañía. Estos deberán aceptar el acuerdo para recibir la totalidad de sus pagos. “Como alternativa, los acreedores pueden conservar su derecho a emprender acciones legales contra los accionistas si estos no aceptan las liberaciones de derechos de los accionistas incluidas en el plan”, apostilla.
Purdue Pharma se declaró en bancarrota en 2019 tras recibir más de 600.000 demandas por los problemas de adicción del opioide de su fármaco estrella, el OxyContin. El proceso de bancarrota generó reclamaciones contra la empresa por más de 40.000 millones de dólares. Al año siguiente de iniciarse el juicio de quiebra, la compañía se declaró culpable de los cargos federales de conspiración y fraude por sus agresivas prácticas comerciales.
El caso es histórico por la gravedad del daño causado a miles de personas en Estados Unidos, por la cuantía de la indemnización, pero sobre todo por la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de anular en 2024 un acuerdo previo para la resolución de la empresa. Con el anterior pacto los propietarios de la empresa, la millonaria familia Sackler, se comprometían a aportar 6.000 millones para sufragar las indemnizaciones, pero obtenían una protección sobre posibles responsabilidades civiles y de reclamaciones por fraude a la familia, que controlaba la compañía y durante años recibió pingües dividendos. Tras esa decisión, las partes tuvieron que volver a negociar otro plan de reestructuración.
Esa sentencia del Supremo transformó el tratamiento de las quiebras por reclamaciones de indemnizaciones porque desde entonces en los casos de bancarrota por indemnizaciones no se permite la liberación total de responsabilidad por parte de los propietarios de la empresa cuando no todos los demandantes relacionados con los opioides acepten el acuerdo.
Con el nuevo acuerdo, los Sackler aportarán unos 6.500 millones de dólares en pagos a plazos durante 15 años. Tras la resolución del Supremo, los acreedores han tenido la opción de no renunciar a sus reclamaciones contra la familia propietaria de Perdue Pharma, según explica Bloomberg. Los fondos del acuerdo se utilizarán para tratar de reducir el consumo de opioides, mientras que otros 850 millones de dólares se utilizarán para compensar a personas y familias con reclamaciones relacionadas con la adicción.
Purdue transferirá sus activos comerciales a una empresa de beneficio público llamada Knoa Pharma, que desarrollará y distribuirá medicamentos para revertir las sobredosis de opioides y para el tratamiento de la adicción. También seguirá comercializando el OxyContin, pero de forma más controlada y para casos concretos. Sus beneficios irán a financiar las investigaciones contra la adicción.
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