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El trasplante de hígado que salva la vida a pacientes de cáncer colorrectal: “El cambio es como de la noche al día”

La indicación del procedimiento, recién aprobada, pasa de una supervivencia del 10% a más del 70% en un tipo de metástasis hepática

José Manuel Martínez, trasplantado de hígado tras la metástasis de un cáncer colorrectal, en una playa de Santa Pola.
Pablo Linde

El éxito de los fármacos contra la hepatitis C, que va camino de ser erradicada en España, ha tenido un beneficioso efecto secundario: cada vez hay menos demanda de trasplantes de hígado. Los médicos se pusieron a investigar cómo aprovechar estos órganos en personas con patologías que hasta ahora no eran candidatas y dieron con una que rara vez es compatible con un trasplante: el cáncer. En concreto, la metástasis de cáncer colorrectal (el tercer tumor más frecuente) en el hígado, un procedimiento que está avalado por la sanidad pública en España desde julio. Los pacientes aptos ―que no son la mayoría― pasan de una supervivencia que ronda el 10% a superar el 70%, según los estudios preliminares.

José Manuel Martínez es uno de los 34 pacientes que participaron en el estudio español que dio pie a la aprobación de esta nueva indicación. Cuando le propusieron entrar en el ensayo y recibir el hígado de un donante, se mostró escéptico. En 2022, con 45 años, había recibido un diagnóstico de cáncer en el recto. Tras un durísimo posoperatorio y con una ostomía ―una abertura en el abdomen, que permite la salida de heces a una bolsa―, a los pocos meses le detectaron la metástasis en el hígado. A partir de ahí comenzó una quimioterapia todavía más tortuosa y con escasas posibilidades de supervivencia: “Le dije al médico que o paraba él o paraba yo”.

En ese momento, hace ahora dos años, surgió la posibilidad del trasplante. “No estaba muy convencido porque sentía que todo lo que había sufrido hasta entonces no había servido para nada. Pero un amigo médico me convenció de que siguiera para adelante, que solo tenía que ganar”. Ahí comenzó un rosario de pruebas para comprobar que era candidato al trasplante. Una vez que concluyeron, desde que firmó para ser incluido en la lista de espera hasta que lo llamaron, solo pasaron dos días. El cambio, cuenta por teléfono desde Santa Pola (Alicante) es “como la noche y el día”. “Te cambia la vida. No solo por la operación, te hacen un seguimiento en el que te ayudan a cambiar hábitos y a llevar una vida más saludable”, narra.

Martínez estaba a punto de renunciar a una agresiva quimioterapia antes de que le ofrecieran participar en un ensayo que probablemente le ha salvado la vida.

Todo comenzó con unas investigaciones en Noruega hace casi dos décadas. En ellas comprobaron que el trasplante de hígado para estos pacientes de cáncer colorrectal metastásico era posible si se daban determinadas circunstancias. Y, con el tiempo, fueron corroborando que la supervivencia a cinco años mejoraba espectacularmente con respecto a quienes no se sometían a la operación.

Con este antecedente, con cada vez más donantes por cada posible receptor ―la lista de espera ha pasado de unas 800 personas a 300 desde 2015 en España―, en el Hospital la Fe de Valencia lanzaron un estudio que replicaba al noruego, al que rápidamente se sumaron prácticamente todos los centros que hacen trasplantes en España, cuenta Rafael López Andújar, jefe de cirugía general y digestiva en La Fe.

“Desde 2022 fuimos poco a poco reclutando pacientes. Nos pusimos en contacto con los oncólogos, ya que los cirujanos no solemos llevar estos casos, que son tratados con cirugía en un porcentaje pequeño de casos, porque habría que quitar el hígado entero. Esto, hasta que no ha habido posibilidad de trasplante, no tenía sentido. Pero ahora cambia el escenario”, explica el cirujano.

Desde entonces se han hecho 34 trasplantes (uno de ellos, el de José Manuel) y, aunque no se pueden dar resultados porque no ha pasado el suficiente tiempo para hacer un seguimiento que permita determinar la supervivencia, los médicos involucrados en ellos subrayan que por el momento son esperanzadores.

Ahora que la Comisión de Trasplantes del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha avalado la indicación de la Sociedad Española de Trasplante Hepático (SETH) para trasplante de hígado en la metástasis de cáncer colorrectal, la idea es ampliarlo a más pacientes. Pero siempre siguiendo unos criterios de inclusión muy estrictos: no se puede hacer a los que sufren otras metástasis, que no respondan a quimioterapia, o con ciertas mutaciones. “De lo contrario, el resultado puede ser malo”, explica Eva Montalvá, responsable del ensayo clínico que ha tratado a 34 pacientes.

Cada vez más beneficiarios

En esa primera fase, un comité de expertos examinaba cada caso para determinar si era candidato. A partir de ahora solo tendrá que actuar en casos dudosos. “Pero eso no quiere decir que se vayan a disparar los trasplantes. Es difícil determinar cuántos se podrán beneficiar de él cada año. Se ha ido ampliando poco a poco, a medida que se iban conociendo resultados de otros estudios y que los oncólogos iban familiarizándose”, señala. El primer año del estudio se hicieron dos; al siguiente, ocho; en 2024, nueve y en lo que va de año, ya se han realizado 15.

Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), se felicita por este avance conjunto en el que han participado tanto la propia ONT como las sociedades científicas, los equipos de trasplante de hígado de los hospitales y las comunidades autónomas. “Ha sido un abordaje absolutamente cohesionado y estructurado que nos está permitiendo dar respuesta a este volumen de pacientes que creemos que va a ir incrementándose en los próximos años, dada la elevada prevalencia del cáncer colorrectal en los países occidentales, también en España”, señala.

Es un avance que se suma a otros muchos en los 40 años que han pasado desde el primer trasplante de hígado en España. Laura Lladó, secretaria del Comité Científico de la SETH, señala que no solo han ampliado los criterios de los donantes, también la técnica quirúrgica, la inmunosupresión y las indicaciones, que están en continua evolución: en 2023, por ejemplo, se abrió la puerta para trasplantar el hígado a pacientes alcohólicos. “Nuestra función es irnos adaptando estos todos estos cambios para poder dar acceso a cuantos más pacientes mejor y seguir progresando en la aplicabilidad del trasplante hepático y la correcta utilización del bien tan preciado que son los donantes en nuestro país”, añade.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.
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