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Dos españoles figuran en la lista de los veinte mayores cazadores de trofeos del mundo

Marcial Gómez Sequeira, expresidente de Sanitas, y José Martí Ruano, cofundador del bufete de abogados Larrauri & Martí, están en la recopilación de denuncia de la organización británica CBTH

Elefantes en el parque nacional de Minneriya.
Rafa de Miguel

Dos españoles forman parte de la lista de los veinte cazadores de trofeos más prolíficos del mundo. Y un tercero, si no fuera por su aversión a recibir premios o participar en competiciones, sería oficialmente, sin lugar a duda, el hombre que más seres vivos ha matado a lo largo de su existencia.

La ONG británica Campaña para la Prohibición de la Caza de Trofeos (CBTH, en sus siglas en inglés) ha elaborado por primera vez el listado de los más ávidos recolectores de animales exóticos, o de partes de su cuerpo, con la intención de exhibirlos en sus salones o museos particulares. La obtención de esos datos ha supuesto un largo y tedioso rastreo de información pública, junto con una tarea de investigación oculta, a veces con identidades falsas, en el seno de organizaciones como Safari Club International (SCI), responsable de los premios más famosos en torno a esta actividad cinegética de alto coste económico.

De los 20 primeros, españoles aparte, 15 son estadounidenses. Tres son rusos. El número uno es George Harms, un magnate de la construcción del Estado de New Jersey que ha ganado en un par de ocasiones el African Big Five (por cazar en la misma expedición un león, un elefante, un rinoceronte, un leopardo y un búfalo, todos con arco y flechas), y el premio más importante de la SCI, el World Conservation & Hunting Award, por participar en las principales competiciones de la sociedad, contribuir financieramente a tareas de conservación y también, sí, por llegar a cazar hasta 537 ejemplares de distintas especies.

Marcial Gómez Sequeira, el expresidente de la empresa de medicina privada Sanitas, es responsable de la muerte de al menos 2.000 animales que pertenecen a 420 especies diferentes. Su predilección es por la caza mayor de montaña, pero entre sus trofeos se encuentra un leopardo de Zimbabue, un tigre de Tailandia, un león de Sudáfrica, un rinoceronte blanco de Angola o un mono de Camerún. Y 14 elefantes. Su sueño de levantar un museo de la caza en Extremadura, respaldado por el entonces presidente de la Junta, el socialista Guillermo Fernández Vara, acabó frustrado cuando la policía comenzó a investigar gran parte de sus trofeos por un posible delito continuado de tráfico de especies protegidas, a partir de un reportaje publicado en EL PAÍS.

Gómez Sequeira ocupa el octavo lugar del mundo en la lista elaborada por CBTH.

Marcial Gómez Sequeira, expresidente de Sanitas, en su mansión de La Moraleja (Madrid), donde expone animales disecados de más de 420 especies, cazados a lo largo de su vida. Su colección, según un preacuerdo firmado con la Junta de Extremadura, servirá para crear un museo de la caza en Olivenza (Badajoz).

José Martí Ruano, cofundador del bufete de abogados Larrauri & Martí, ha cazado 258 especies diferentes de animales. Normalmente, se conforma con un ejemplar de cada una. Pero cuenta además en su historial con cuatro elefantes, siete leopardos y siete búfalos africanos.

Es el décimo cazador de trofeos de la lista.

Pero a partir de sus propios libros, en los que narra décadas de caza por todo el mundo, como Memorias de una Vida en la Senda de los Elefantes, la organización ha señalado al español Antonio Tony Sánchez Ariño, hijo de un cirujano valenciano, como el mayor cazador de trofeos de todos los tiempos. 4.044 animales confirmados, entre los que se incluyen 1.317 elefantes, 340 leones, 167 leopardos, 127 rinocerontes negros, 2.093 búfalos africanos.

Y dos gorilas. Sánchez Ariño, amigo personal del rey emérito Juan Carlos I (salió en su defensa después del incidente de Botsuana: “Cazar es un arte; matar, un acto repugnante”, dijo), revela en un episodio que pasó inadvertido a los medios, y que ha rescatado el estudio de CBTH, que acabó a tiros con dos de estos primates en una expedición de caza en Guinea Ecuatorial, cuando aún era una colonia española.

Una orangutana con su cría en el Parque Nacional Bwindi Impenetrable, en el suroeste de Uganda.

“Nunca ha querido presentarse a ninguna competición, ni ha aspirado a premio alguno. Si lo hubiera hecho, estaría en la cima de la lista sin lugar a duda, porque por lo que yo he podido confirmar, tiene la cifra más alta de piezas cobradas”, explica Eduardo Gonçalves, el periodista británico-portugués que hoy está al frente de la CBTH, y que ha logrado infiltrarse durante años en algunas de las organizaciones de caza más prestigiosas para recabar datos y testimonios.

En memoria del león ‘Cecil’

La presentación del listado de CBTH coincide con el décimo aniversario de la muerte del león Cecil en Zimbabue. Un dentista estadounidense desató la indignación internacional al atraer al felino fuera del parque nacional Hwange, con los restos del cadáver de un elefante, dejarlo gravemente malherido de un flechazo y rematarlo diez horas de agonía después.

Desde aquel episodio, que suscitó un efímero impulso político por actuar contra la importación de trofeos de especies exóticas y protegidas, al menos otros 10.000 leones han caído abatidos por cazadores, según los datos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. Solo en 2023, según la convención, unos 25.000 trofeos en forma de cadáveres enteros, o parte de ellos (cabeza, piel, extremidades…), procedentes de cien especies protegidas, fueron importados hasta el país de residencia de los cazadores.

A pesar de las múltiples promesas de sucesivos gobiernos británicos por poner fin a esta práctica, sigue vigente, en un entorno que mezcla la legalidad, la alegalidad y otras sombras grises como el soborno.

-¿Qué motiva a todas estas personas a lanzarse durante años a esta carrera por acumular trofeos?

“La respuesta a la que he llegado durante todos estos años es, por resumir, el enorme impacto de adrenalina que logran con esta actividad. Algo que es muy poderoso y adictivo. Es una reacción química en forma de emoción. Un cazador que ha abatido numerosos elefantes, leones y leopardos me lo describió como la heroína en vena”, cuenta Gonçalves.

La publicación del listado con los cazadores más ávidos del mundo, que tendrá lugar este lunes, incorporará además tres libros y un documental en los que se reúnen todas las investigaciones de la CBTH a cazadores, organizadores de cacerías y todo el mundo económico que genera esta actividad. De hecho, el primer libro usa como título una récord admitido públicamente por Sánchez Ariño: 20 Elefantes en 75 minutos. Personalidades como el humorista Ricky Gervais, la conservacionista Jane Goodall (la experta en chimpancés y otros primates en la que se basó la película Gorilas en la Niebla) o la actriz británica Judi Dench han dado su respaldo público a los esfuerzos por erradicar la caza de trofeos.

La actriz estadounidense Sigourney Weaver interpreta a la naturalista Dian Fossey, estudiando al gorila de montaña en Ruanda en la película 'Gorilas en la niebla', en 1988.

“Estos cazadores son gente muy rica, que se pueden permitir viajar por todo el mundo y hacer lo que les da la gana. Es posible que un 80% o un 90% de los ciudadanos de sus países de origen rechacen estas prácticas, pero les da completamente igual”, cuenta por teléfono desde Johannesburgo Linda Park, que al frente de la organización Voice4Lions lucha por poner fin a la cacería masiva en toda África de estos bellos animales. “Los cazadores van siempre detrás del macho con la melena más frondosa, que suele tener los genes más poderosos. Al acabar con ellos, otros machos vendrán a apoderarse de la manada y matarán hembras y cachorros. Por una muerte, puedes acabar provocando diez más”, explica Park.

La CBTH reclama insistentemente, con escaso éxito hasta la fecha, una moratoria internacional de la caza de las especies más amenazadas, y la prohibición general a todos los gobiernos de poder emitir licencias de exportación o importación de los llamados trofeos.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.
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