La Comunidad de Madrid devuelve a su madre a la bebé de la que la apartaron recién nacida

Pamela La Rosa ha vuelto a ver este viernes a su hija, ya no para una visita, sino para llevársela con ella. Llevaba esperando este día prácticamente desde que nació, porque La Rosa dio a luz el 26 de marzo y el 28, los servicios sociales de la Comunidad de Madrid se la llevaron “por el riesgo” tanto para la niña como la madre por el proceso por violencia machista que tiene abierto tras una denuncia al padre de su hija el pasado febrero, según explicaron entonces desde la Consejería de Familia.

A La Rosa no se le olvidan ni los primeros diez días que pasó, sin saber nada de ella, ni las siguientes semanas, en las que solo podía verla un rato, primero una y luego dos veces por semana, pero hoy, que la Comunidad le ha devuelto a la niña, “más que nada”, está “feliz”. Y lo estará un poco más, y “del todo tranquila”, el próximo lunes, cuando firme la tutela de su hija, que ha estado estos meses en manos de la Comunidad.

Para La Rosa no ha sido fácil enfrentarse estos dos últimos meses a una situación en la que jamás pensó cuando decidió mudarse a España. Llegó desde Perú hace apenas medio año, el 4 de diciembre de 2024, ya embarazada y solo con el que era su pareja, el padre de la niña. Tiene 22 años y estos dos meses ha estado acompañada y arropada por un grupo de personas que la han ayudado, y desde hace un par de semanas también lo hace una de sus hermanas, que viajó desde Perú para estar con ella. Pero desde el comienzo puso sobre la mesa “lo oscuro” que se ve todo cuando estás en un país extranjero, sin conocer la legislación, la burocracia y las instituciones y “ver, de repente, que te quitan a tu hija y estás sola”.

El origen de esta situación está en febrero, cuando La Rosa denunció a su pareja “por un episodio de violencia” y una jueza le impuso a él una orden de alejamiento. Los abogados de oficio, tanto de ella como de él, les recomendaron que lo arreglaran porque “no había sido tan grave”. Y ella y él decidieron hacerles caso porque “lo más importante” era que la niña estaba a punto de nacer.

Cuando el 25 de marzo por la noche La Rosa se puso de parto, el padre de la niña, de 31 años, fue quien la acompañó al hospital, el de Torrejón de Ardoz. Dio a luz sobre las tres de la tarde del día 26, y al día siguiente, la Policía fue al hospital para detener al padre “por quebrantamiento de orden de alejamiento”, como confirmaron entonces. Y el día 28, viernes, desde servicios sociales le retiraron a la niña sin darle ninguna opción. Ella contó aquellos días que ni le habían dicho dónde se la llevaban ni si podía verla, solo que volviera pasado el fin de semana para que la informaran.

Desde el hospital explicaron en aquel momento que “en todos los hospitales existe la obligación de notificar a las autoridades competentes cuando se percibe una situación de desamparo o riesgo para el bebé, como sucedió en este caso”. Y fue cuando avisaron a los servicios sociales: “Y ya la Comunidad de Madrid se encarga de tomar las medidas oportunas para la seguridad del bebé, el hospital ya no puede decidir nada”.

La Rosa se preguntaba el pasado abril “en qué momento” desamparó a su hija: “Si lo único que quería era que no me separaran de ella. Yo no la abandoné, me la quitaron”.

Y la Consejería de Familia, de la que depende el Área de Protección del Menor, comunicó que “una retirada en el hospital se produce por existir graves indicadores de riesgo para el bebé. En todo caso, las medidas siempre se establecen buscando el interés superior del menor, intentando la reincorporación familiar de la forma más rápida posible, pero garantizando siempre la seguridad del niño. Como todas las medidas administrativas, la situación del menor está supervisada por la Fiscalía y la decisión se puede recurrir ante el juez”.

Así, la hija de La Rosa pasó a estar bajo tutela de la Comunidad ―sin notificárselo a La Rosa hasta varios días después― y el 4 de abril la bebé fue entregada a una familia de acogida provisional. Mientras, ella ha estado en un centro para mujeres víctimas de violencia machista, y tenía visitas supervisadas primero una vez a la semana, y luego dos, en el Instituto del Menor. Hasta este viernes, cuando puede volver a ese centro, ya con su hija.