Italia | A la cola de Europa, sin comisión de investigación y solo 300 casos de abusos conocidos

Italia vive completamente de espaldas a los abusos a menores de la Iglesia católica. El nivel de transparencia y tratamiento de la cuestión, pese a ser un país donde el catolicismo impregna todos los estamentos educativos, está a la cola de sus vecinos europeos. Los medios han mostrado poco interés por la cumbre que comienza este jueves en el Vaticano. Y ni la Conferencia Episcopal Italiana se ha mostrado especialmente activa, ni la magistratura del país ha exhibido demasiado interés ejecutivo por un asunto crucial al otro lado del Tíber. Tanto, que la ONU reprochó a Roma hace solo una semana el bajo número de investigaciones judiciales que se habían llevado a cabo y exigió que se cree una comisión como ha sucedido en otros países.

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En Ginebra, en la sede de Naciones Unidas, estuvo Francesco Zanardi, presidente de Rete l’abuso, la principal asociación de víctimas de Italia, muy crítica con la Conferencia Episcopal Italiana (CEI). Los obispos de su país, explica, hicieron un llamamiento mediático para reunirse con las víctimas, tal y como había exigido el Papa. Pero fue pura fachada. “Una delegación de víctimas escribimos al cardenal Bassetti, presidente de la CEI, para ofrecernos a participar en la reunión. Pero no hemos tenido ninguna respuesta dos meses después. Así que supongo que no tienen ningún interés en reunirse con nosotros. Sentimos que nos toman el pelo”.

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La Conferencia Episcopal Italiana tiene mucha influencia dentro del Vaticano. En parte por eso se permite llegar con un nivel de cumplimiento tan bajo. La organización de prelados tiene hoy en su consejo permanente a cinco obispos acusados por las víctimas de encubrimiento. Según Rete L’abuso, la única asociación con estadísticas fiables de abusos en Italia, se han conocido alrededor de unos 300 casos hasta la fecha y hay alrededor de 140 sacerdotes condenados desde 2000. No ha habido ninguna comisión de investigación eclesial y un número muy inferior a los casos reales han sido juzgados en los tribunales ordinarios. La reivindicación central de las víctimas en Italia es muy clara: la Iglesia debe implantar la obligatoriedad de trasladar todos los casos que conocen las diócesis a la justicia ordinaria.