Los episcopalianos, al borde del cisma tras ratificar el nombramiento de un gay como obispo

La Iglesia Episcopal de EEUU se encuentra al borde de una crisis que podría dividirla, tras ratificar la designación del reverendo Gene Robinson, quien se ha declarado homosexual, como nuevo obispo de la diócesis de New Hampshire. Los sectores más conservadores consideran que esta decisión podría dividir no sólo a los anglicanos estadounidenses sino también a los fieles de todo el mundo.

La decisión, combatida por los sectores más conservadores de la iglesia anglicana, fue aprobada ayer por 62 votos a favor y 45 en contra, tras ser desestimadas las acusaciones de conducta sexual impropia vertidas en los últimos días contra Robinson, de 56 años, y padre divorciado de dos niños, que vive desde hace 13 años con su compañero. Robinson fue acusado de de fundar una página web que presuntamente tenía conexiones directas con páginas pornográficas y de tocar de forma "impropia" a un feligrés. "En ambas denuncias, he determinado que no existen bases que merezcan una mayor investigación", señaló el obispo de Massachusetts, Gordon Scruton.

Reunión extraordinaria de los conservadores

La ratificación se logró pese a una amenaza del Consejo Anglicano de EEUU, que agrupa a los sectores conservadores de la Iglesia Episcopal nacional, que anunció "una reunión extraordinaria" en octubre para decidir cuál será el futuro de su organización.

La confirmación de un sacerdote que se ha declarado homosexual como obispo de Nuevo Hampshire daría luz verde al nombramiento de sacerdotes gay en todos los niveles jerárquicos de la Iglesia, según los detractores de Robinson.

Tras anunciarse el resultado de la votación, el obispo de Pittsburgh, Robert Duncan, se dirigió a sus compañeros para informarles de que él y otros miembros conservadores de la Iglesia estaban "consternados". Añadió que la confirmación de Robinson, "una persona sexualmente activa fuera del santo sacramento del matrimonio", ha violado los preceptos fundamentales de la religión. Duncan pidió la intervención de otros obispos para impedir que Robinson asuma el cargo y pidió a "Dios que tenga piedad de esta Iglesia".