Queremos ser como Alt

“¿Es que ya nadie se arregla para venir a los desfiles”? se preguntaba una compañera de asiento durante una de las presentaciones de la semana de la moda de Londres.  Sólo tuvo que dirigir la mirada a la primera fila para encontrar la razón. Allí estaba Emmanuelle Alt, la directora del Vogue París, con los mismos pitillos negros de siempre, un jersey básico de cashemere y unos botines de tacón algo rozados. Moderna sin gritarlo a los cuatro vientos, elegante sin perder un punto rocanrol. Una directora de revista que no se toma demasiado en serio a sí misma, que sonríe y gorronea cortes de pelo durante las sesiones de fotos.

 En los blogs de moda callejera, eternos cazadores de la desmesura, Alt se posiciona como una rara avis. Esta madre de dos hijos de 45 años es una suerte de Keith Richards en un mundo de Jaggers. Una fashionista que se limita a la gama cromática de los negros, blancos y grises, no lleva tocados en forma de fruta gigante y repite prendas varios días seguidos. La anti Ana Dello Russo.

Alt aguanta el tipo entre modelos

Cordon Press

Su discreción cool marca una nueva dirección en la industria, empezando por el propio Vogue francés. Su séquito de voguettes parisinas que incluye a Capucine Safyurtlu y Geraldine Saglio, comparten su gusto por el negro y los vaqueros estrechos, la lacia melena castaña y la ausencia de maquillaje (al menos evidente).

El look Alt ha calado entre las cadenas low cost y no es difícil encontrar piezas para replicarlo. Lástima que sus piernas largas y agenda de contactos no estén a la venta.