Gucci Bloom, un jardín de cuento

Todo lo que rodeó la presentación de Gucci Bloom, el nuevo perfume de Gucci, era puro Alessandro Michele, su director creativo. Hasta las sillas estaban tapizadas con flores. El aroma –un floral atemporal, difícil de plagiar por la calidad y naturaleza de la composición, que no se ha sometido a un estudio de mercado antes de ser lanzado–, las musas –Dakota Johnson, Hari Nef y Petra Collins– y la campaña –una ensoñación con música de Portishead– huyen de convencionalismos, cánones y tendencias. «Las fragancias son una expresión relevante de la existencia, son recuerdos que tocamos con el olfato. Quería que este perfume se pudiera sentir», dice Michele.

«Su fórmula es simple, se basa en el jazmín y el nardo, pero su elaboración es compleja: incluye una variedad india de la madreselva, empleada por primera vez en perfumería. El resultado florece y se metamorfosea en la piel», nos cuenta Alberto Morillas, en medio de la algarabía de asistentes en el MoMA PS1 de Nueva York, lugar escogido para desvelar la fragancia.

Esta creación es personal y humana, como la artista canadiense de 24 años Petra Collins, una Ofelia moderna con rizos rubios victorianos, célebre por sus imágenes oníricas capaces de evocar el interior del sujeto y por su concepción del arte a lo Warhol. «Es importante hacer un poco de todo y experimentar con todas las plataformas. Arte y moda deben mezclarse». Es sentimental y nostálgica como Michele: «Fotografío en analógico porque es palpable».

Collins comisarió un vídeo que acompañó la muestra de Georgia O’Keeffe en la Tate Modern e In Search of us, un estudio en el MoMA sobre el cuerpo femenino. «Durante mucho tiempo las historias sobre la mujer las han contado otros, no nosotras. Seguimos atrapados en la misma definición porque el cambio será lento. Es necesario relatar las cosas como lo hace Alessandro, para quien, por ejemplo, el género es fluido».