Leire Martínez: “La Oreja de Van Gogh tampoco éramos ya un grupo de moda, gozábamos de una situación muy digna”
Tras su controvertida marcha de La Oreja de Van Gogh, Leire Martínez comienza una nueva etapa. Su último reto: el jurado de ‘Operación Triunfo’


Antes de ser Leire Martínez (Rentería, Guipúzcoa, 46 años), la artista que llena escenarios con el calor de un público que sigue celebrando con entusiasmo su nuevo comienzo. Antes de convertirse en “la de La Oreja de Van Gogh”, la voz que tomó el relevo en uno de los grandes grupos del pop español. Antes incluso de hacerse un nombre con su paso por Factor X, Leire era una joven que, como tantos otros en 2001, soñaba con entrar en Operación Triunfo. “Compartía piso con dos amigos y los lunes el ritual era tortilla de patata y OT. Me veía reflejada en Chenoa o Bisbal porque también cantaba en orquestas”, recuerda. Meses después lo intentó en los castings, pero no pasó. Hoy, casi 25 años más tarde, es ella quien dice lo de “cruza la pasarela” como jurado de la nueva edición del formato (ya en Prime Video).

Cuando camina por la calle, ¿sigue siendo “la de La Oreja” o por fin es Leire?
No, mi imagen todavía está ubicada en el grupo. “Eres la de La Oreja, ¿no?”, me preguntan con todo el cariño, y yo les digo: “Sí, ¿pero sabes que ya no?” (ríe).
Un día la llama Amaia Montero para tomar un café y ponerse al día. ¿Dónde la lleva?
Cualquier sitio me vendría bien. Supongo que algún lugar común a ambas, como Donosti. En la parte vieja me gustan muchos: el Gandarias, la tarta de queso de La Viña… Pero como nos conoce mucha gente, habría que buscar un lugar un poco más discreto.
Si España fuera una gala de OT, ¿a quiénes nominaría cada semana?
A los políticos. Desgraciadamente, hay muchos políticos y dirigentes de países que no dan el ejemplo que deberían. Dejamos mucho en sus manos y me da miedo el mundo que se está dibujando.
Cuando se anunció su participación en OT se viralizó un tuit que mencionaba a figuras como usted o Chenoa y decía: “¿No querían mujeres con carácter? Ahí las llevan”.
Es llamativo porque parece que si un hombre tiene carácter es positivo, pero si lo tiene una mujer es malo. Hay que tener carácter, principios y otras muchas cosas para defender lo que consideras justo y me gustan las mujeres que, como Noemí Galera, llevan años demostrando su criterio y buen hacer. Yo estoy encantada con mi carácter, gracias a él he llegado hasta aquí.
Una crítica habitual al programa es que el jurado exige más a ellas que a ellos: tienen que cantar mejor, bailar mejor, estar más guapas… ¿También lo ha percibido?
Por lo que he vivido a lo largo de estos años sé que vivimos en una sociedad machista. A la mujer se la sigue cosificando y encima de un escenario todavía más. Yo he vivido situaciones en la industria en las que se me ha intentado cosificar y, precisamente por eso, valoro a cada artista por su empeño y por lo que me transmite, sin importar el género.
Su nuevo sencillo se llama Tres deseos. ¿Cuál de ellos sostiene este nuevo comienzo?
Seguir sobre los escenarios ya es un lujo asiático. Después de tantos años y del consumo tan voraz que hacemos de la música, poder seguir cantando mis canciones es alucinante. Me siento muy agradecida por el apoyo. Siempre he notado el cariño, pero no esperaba un movimiento tan favorable tras mi marcha del grupo.
¿Cómo se hace hueco hoy en las listas con pop español, frente al dominio del urbano?
No puedo pretender ser alguien que no soy ni hacer lo que no sé. Obviamente vivimos influenciados y hay cosas de las que se puede aprender, pero no es mi estilo, no me sale hacer música así. Me sorprende haber irrumpido con esa fuerza porque hay muchos hándicaps en contra… Ya tengo una edad, no soy una niña. La música es cíclica y creo que hay un retorno a sonidos más pop.

¿Hay que reajustar el ego cuando se pasa de tocar en estadios o pabellones con La Oreja a cantar ahora en aforos más pequeños?
Tenía muy claro que las cosas no iban a ser igual y el hecho de mentalizarme tanto me ha hecho sorprenderme más de que todo esté yendo tan bien. Mis expectativas eran otras. Nosotros tampoco éramos ya un grupo de moda, gozábamos de una situación muy digna y la disfrutábamos mucho, pero te vas haciendo mayor y la vida te recoloca en otros lugares. No tengo queja.
¿Y a qué artista le diría siempre “cruza la pasarela”?
Hay una generación de mujeres que me encanta, pero si me tengo que guiar por OT me quedo con Amaia Romero. Le diría siempre que cruzara la pasarela porque es una tía estupenda más allá de lo profesional. Me gusta mucho cómo vive la vida.
¿Qué siente cuando ve a políticos, como Isabel Díaz Ayuso, irse de la sala al oír hablar euskera?
Me da una pena terrible. Son lenguas cooficiales que existen en este país, que es el nuestro. No comprendo la intolerancia hacia la diversidad cultural, la diversidad de género, la diversidad en el querer… Solo se puede entender España como un país diverso y hay que convivir con esa desigualdad, nos guste o no. Me cuesta comprenderlo.
Si su hijo le dice que quiere presentarse a OT, ¿le anima o lo apunta a un conservatorio?
Si él quiere presentarse a un talent hace falta primero una base, para todo en la vida hay que prepararse y trabajar. Entiendo que en la sociedad en la que vivimos la popularidad sea algo apetecible, pero la fama es un valor al que no doy importancia. Si quiere vivir una experiencia de vida, perfecto, pero voy a animarle a prepararse.
En su Instagram se define con varias facetas: intérprete, cantante, conferenciante, educadora…
Todas tienen que ver con comunicar y eso puedes hacerlo como actriz, como cantante… Se me da mejor transmitir que cantar, mi mayor virtud no es mi voz sino saber contar historias. Tengo la capacidad o el don de conectar con la gente.
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