Para quedarse a vivir: cómo la cocina se ha convertido en el corazón de todo lo que se cuece en casa
Gracias a IKEA, la cocina puede alzarse como la protagonista de cualquier hogar a todas las horas del día. Basta con saber escoger los utensilios y elementos decorativos adecuados

La cocina estuvo durante décadas relegada a los márgenes del plano, como si cocinar tuviese que suceder en privado, sin ensuciar la narrativa del hogar. Arquitectas como la francesa Charlotte Perriand, pionera en practicar el open concept en los años 30, o la argentina Susana Torre, que en los setenta abordó el diseño doméstico con perspectiva de género, impulsaron su integración: tiraron las paredes para visibilizar el trabajo de las mujeres y repartir la carga doméstica. Hoy la cocina es el corazón del hogar. No solo exponemos su utilidad a la vista de todos, es un espacio de intimidad, afectos, trabajo, crianza o aprendizaje.
IKEA ha sabido catalizar mejor que nadie ese reencuentro de la cocina con la arquitectura doméstica. Conscientes de que las casas han ido perdiendo metros a la vez que en ellas confluye la vida familiar con la laboral o la social, la firma ha concebido cada uno de sus productos para acoger las vivencias que ocurren a su alrededor. Las mesas no solo están pensadas para comer, son cómodas y fáciles de limpiar para acoger largas jornadas laborales o las manualidades escolares. Las vajillas apuestan por la artesanía o el color para aguantar las batallas del día a día mientras que nos lo embellecen. Incluso los utensilios de limpieza trascienden de la mera funcionalidad, para llenarse de color y convertir las tareas domésticas en un juego de niños.
La empresa sueca ha aplicado también la máxima value of money a su renovada línea de cocina. Esto significa que detrás de sus productos democráticos hay una filosofía de diseño basada en cinco premisas —calidad, sostenibilidad, funcionalidad, diseño y precio asequible—, capaz de amoldarse al ritmo doméstico de cada uno. Porque no es lo mismo cómo vivimos un espacio a las 8 de la mañana que a las 7 de la tarde, estos son algunos ejemplos de cómo el buen diseño puede acompañar con éxito esa transformación silenciosa a lo largo del día.
7:00h: Un desayuno a prueba de todo
Cuando le preguntaron a la periodista Kathy Keller, autora de La terrible historia de las cosas bellas, qué le hacía levantarse de la cama cada día, de entre todas las cosas, escogió la belleza. “Me levanto por la mañana porque espero ver o sostener entre las manos algo que sea bello”. ¿Acaso hay mejor forma de comenzar la jornada? Si el desayuno es la comida más importante del día, vajillas como la GLADELIG, con su toque artesanal (cuya vajilla de 18 piezas, por ejemplo, ha bajado el precio, de 69,99€ a 59,99€), o la colorista serie FÄRGKLAR (con tazas desde 1,99€), son perfectas para proteger ese momento de la urgencia. La variedad de formas y acabados, se adapta a los gustos y manías de cada inquilino y, ante la falta de espacio, quedan bien en cualquier estantería.

9:30h: Hora de (tele)trabajar
Si la cocina es el corazón de la casa, la mesa es su centro de operaciones. Es el mueble más exigente y vivido: hace de oficina improvisada, de pupitre escolar, de taller de manualidades, de punto de encuentro. Su elección debe someterse a varias cuestiones: ¿Cómo es el espacio donde la vamos a colocar? ¿Cuántos la vamos a usar? ¿Soportarán los materiales el paso del tiempo? IKEA ha logrado simplificarnos la tarea con conjuntos de diferentes formas, que premian la durabilidad y calidad de los materiales, y combinan con cualquier estilo. La sencillez de la mesa LISABO (cuyo precio ha bajado, de 179€ a 139€), con la resistencia y la calidez de la madera, la han convertido en un icono familiar. Las puntas redondeadas y los acabados de la mesa TONSTAD (en distintos tamaños, a partir de 199€) son a prueba de niños: sobreviven a salsas, témperas o pegamentos. Su diseño elegante y extensible, al igual que la NÄSINGE (129€), triunfa entre anfitriones.

13:00h: ¿Cocinamos?
En Emily in Paris, uno de esos placeres culpables que nos regaló Netflix, el chef Gabriel (Lucas Bravo) tenía tal devoción por sus sartenes que llegó a grabarles sus iniciales. Puede parecer exagerado, pero los amantes de la cocina saben que parte del sabor del plato recae en las herramientas. “El secreto de nuestras omelettes es que nunca limpiamos la sartén y solo la usamos para esto”, le confesaba a Emily en la ficción. En la vida real, si nos fijamos en los materiales, no hay que llegar a esos extremos. Tecnologías como Sol-Gel, un material antiadherente patentado por IKEA para sartenes y ollas, evita que los alimentos se peguen. Frente a otros materiales, este recubrimiento no libera toxinas, es ultrarresistente y muy fácil de limpiar. Otro esencial que no conviene dejar al azar son los cuchillos del chef: a los VÖRDA (24,99€ el juego de tres) o los VARDAGEN (29,99€ el juego de tres) no se les resiste ningún alimento. Su calidad está avalada por 15 años de garantía.

15:00h: Todo en orden (y aquí no ha pasado nada)
La creadora de la famosa cocina Frankfurt, Margarete Schütte-Lihotzky, estaba convencida de que la liberación de la mujer pasaba por la optimización de las tareas del hogar. La arquitecta austríaca, cuya relación con la cocina era más bien escasa (y así quería que continuara), proyectó un diseño tan compacto y medido, en el que cada movimiento está medido para ahorrar tiempo y esfuerzo. Su cocina ha evolucionado mucho, pero esa idea de eficiencia sigue vigente en las soluciones de IKEA: estantes interiores que duplican el espacio, separadores de cajones que dan orden o tarros de cristal, como los botes de la serie IKEA 365+ (6,49€), que permiten tanto guardar la comida como servirla. Porque cuando todo tiene su sitio, nosotros también ganamos espacio para otras cosas.

17:00h: Conexión desde la cocina
Con las fronteras del hogar y el trabajo diluidas, es frecuente que una conversación importante empiece mientras salteamos las verduras o una llamada de Zoom nos pille en la hora de la merienda. Los soportes de IKEA, como el resistente HAVREHOJ (9,99€) o la base de bambú BERGENES (2,99€), son nuestros mejores aliados para tener las manos libres sin perder el hilo de la conversación.

18:30h: Gánale metros a la cocina
Las cocinas no crecen, pero a determinadas horas del día, la vida en ellas parece multiplicarse: se cubren de deberes, ordenadores, meriendas a medio terminar y aficiones varias. ¿La solución? Los carritos y mesas abatibles, como la RESARÖ (199€), permiten ganar unos metros. Realizada en madera de pino, esta solución de IKEA sirve como isla auxiliar, estación de bebidas o almacenaje extra.

20:00h: Utensilios a prueba de pereza
A estas horas, cuando el cansancio pesa más que el hambre, es fácil rendirse ante la comida rápida. Es cuando las herramientas, como la serie UPPFYLLD, entran en juego: sus peladores coloridos (0,99€) o los juegos para cortar verduras (4,99€) están diseñados para desatar nuestra creatividad y que dejemos de asociar la cocina con un trámite casi burocrático. Su diseño cómodo y seguro permite que los niños se impliquen y se acerquen a las verduras sin miedo. Lo mismo ocurre con los paños de cocina RINNIG (2,99€), confeccionados en 100% algodón, lo bastante suaves y coloridos para aligerar la limpieza de después.

22:00h: Una cena especial entre semana
Tenemos la costumbre de relegar los planes y encuentros al fin de semana, cuando algo tan sencillo como un picoteo o unas copas pueden hacernos la rutina más fácil. No hacen falta grandes gestos: un mantel especial como el NISSÖGA (19,99€), los vasos KLIPPLAX de vidrio soplado (0,99€), o la luz cálida de la lámpara portátil NÖDMAST (14,99€) son suficientes para elevar la atmósfera sin salir de la cocina.
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