Tu casa se merece un ‘like’: ¿Y si ese mueble viral es la compra más inteligente de la temporada?
¿Deseo o necesidad? IKEA baja los precios para conjugar ambas cosas y nos ofrece soluciones de diseño asequibles y sostenibles para sacar el máximo rendimiento estético y funcional a cada rincón de nuestro hogar

Nuestras redes sociales se han convertido en un espejo de nuestros gustos, anhelos y aspiraciones. El algoritmo es tan preciso que incluso se atreve a definir la casa de nuestros sueños. Decía Le Corbusier que la casa debía ser el estuche de la vida, ¿pero cuántas, de todas esas cosas que nos enseñan y queremos, caben en él? ¿Dónde está el límite entre el deseo y la necesidad? IKEA ha bajado los precios en busca una respuesta democrática. Para que todo el mundo encuentre un hogar a su medida, tenga el presupuesto que tenga.
En un momento en el que consumo busca coherencia, la idea de compra inteligente cobra fuerza. Para hacer una buena elección, proponen desde IKEA, “lo primero que tenemos que tener en cuenta es que nos compense lo que estamos pagando por el producto versus lo que el producto en sí nos reporta”. La firma sueca no solo es la responsable de algunas de las piezas más virales de la temporada, como su dopamínica lámpara VARMBLIXT en forma de donut (49€); detrás del diseño más fotografiado hay una filosofía ’value for money’ que explica su popularidad.

La bajada de precios en sus productos de la empresa sueca está dirigida a facilitar aún más nuestras elecciones de compra inteligente. Cinco aspectos rigen lo que debe cumplir un objeto para serlo: calidad, sostenibilidad, funcionalidad, diseño y precio asequible. La compra inteligente no significa renunciar, sino hacerse las preguntas correctas: ¿Qué queremos y para qué? ¿Encaja con nuestro estilo de vida? ¿Qué separa la inversión del capricho? Para acertar es importante tener presentes algunos puntos clave.
Identifica las buenas inversiones (sí, el sofá multiusos es una)
La decoración de casa tiene su propio ‘fondo de armario’. Hay piezas en las que no debemos escatimar, como un sofá cómodo y acogedor, el corazón de cualquier hogar. No es casualidad que modelos como el sofá cama BÅRSLÖV (649€) hayan conquistado a millennials y zetas. por su comodidad, capacidad de almacenamiento y un tejido fácil de mantener. Un sofá a medida de cada una de nuestras circunstancias. Lo mismo ocurre con GRÄLVIKEN, uno de los diseños más buscados y comprados entre los anfitriones. No solo se convierte en una cama para invitados, también cuenta con espacio de almacenamiento, perfecto para recogerlo a primera hora de la mañana.

La flexibilidad suma puntos
En Historia de una terraza, la divertida novela de Hilary Leichter en la que reflexiona acerca del acceso a una vivienda digna, a través de la puerta de un armario podían acceder por arte de magia a una idílica azotea. Era un lugar caprichoso, no siempre estaba ahí; solo cuando una amiga de la familia los visitaba, al girar el pomo, se obraba el milagro. En el mundo real, los tabiques siguen siendo rígidos y no surgen habitaciones bajo demanda, pero cada vez hay más soluciones flexibles que responden bien ante la improvisación. Los diseños abatibles, como la mesa y sillas VIHALS, son el epítome de la versatilidad. Sus líneas limpias encajan con cualquier estilo y, además, cuenta con espacio de almacenaje para guardar la mantelería, el ordenador del trabajo o los asientos de los invitados. Esa lógica multifunción también puede extrapolarse a las sillas que la rodean: enfrentar modelos y colores o conjugar la silla ergonómica con la trona del bebé, son formas de enriquecer el espacio y contar nuestra propia historia.


Una casa crece contigo
El buen diseño no caduca, se transforma con nosotros. Los interioristas insisten en la importancia de pensar a largo plazo, para que ese mueble que hoy cumple una función pueda tener una segunda vida cuando nuestras circunstancias vitales cambien. Algo que se hace más evidente cuando hay niños en casa. ¿La solución? Muebles que crecen a su ritmo, como las camas SUNDVIK (174€) o SLÄKT (319€), opciones sostenibles y económicas. De igual manera, el dormitorio adulto precisa de soluciones de almacenaje sin rendir la funcionalidad al diseño. Para eso nació la serie GLAMBERGET, con sus camas extensibles con cajones y bandejas para maximizar el espacio y el confort.

El almacenaje es el nuevo lujo (asequible)
En los anuncios inmobiliarios, los armarios empotrados reciben una mención especial. El espacio es el nuevo lujo, pero con planificación y organización, todos podemos conquistarlo. Sistemas como PLATSA triunfan porque permiten ganar metros en horizontal y vertical, adaptándose a los rincones más inusuales. Los carritos auxiliares, como RÅSKOG (24,99€) y NISSAFORS (24,99€), también permiten ganar almacenaje sin reformas y convertirse en todo lo que nosotros queramos, desde un coffee corner a un tocador auxiliar. IKEA, además, ha bajado los precios de ambos modelos, no se nos ocurre mejor momento para conseguirlo.

Trabaja desde casa, sin que el trabajo se cuele en ella
El teletrabajo ha derribado las fronteras entre lo doméstico y lo laboral. Desde la cocina a la habitación, cualquier rincón puede convertirse en una oficina improvisada. ¿El riesgo? Que la jornada laboral defina todavía más nuestra cotidianidad. ¿La solución? Muebles capaces de aunar ergonomía y discreción, como el escritorio ALEX (139€) o la silla HATTEFJÄLL (279€). Permiten crear zonas de trabajo que, al acabar el día, desaparecen visualmente o se integran con la decoración. Es la diferencia entre un rincón multitarea y un espacio que multiplica el estrés.

Nunca hay suficientes lámparas
La iluminación no es solo una cuestión de bombillas, tiene el poder de transformar el espacio, mejorar nuestro ánimo y elevar la decoración. Porque no hay que invertir una fortuna para tener una lámpara con vocación de obra de arte: modelos premiados como SKYMNINGEN (59,99€), con su escultórica pantalla de plástico reciclado; o el flexo SVALLET, ganador del premio internacional de diseño Red Dot Award, al la venta al imbatible precio de 3,99€, lo confirman.

La calidad no es cara, se revaloriza
En el mundo del diseño, pocas cosas envejecen mejor que una pieza bien pensada. Y si es sueca, aún mejor. Algunos de los muebles de IKEA de los años 60 y 70 se han convertido en auténticas joyas de coleccionista: el sillón IMPALA, una pieza de aires space age diseñada por Gillis Lundgren en 1972, llegó a venderse por 2.300 € en Selency. El original, en aquella época, apenas rondaba los 40. ¿Qué significa eso? Un diseño atemporal, de materiales nobles y líneas limpias es una inversión. Son esos mismos rasgos los que definen la colección STOCKHOLM, el máximo exponente de la tradición escandinava. En el extremo más funcional y colorista, otro icono del diseño de IKEA, la colección NYTILLVERKAD, se alza ya como todo un clásico. La demostración de que el buen diseño no solo no caduca, sino que se convierte en legado.
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