Convulsión a la izquierda

Los efectos del resultado electoral de las elecciones europeas del 25 de mayo siguen teniendo consecuencias, en todos los campos, pero en la izquierda están a flor de piel. El apoyo electoral a Podemos, con 1.200.000 votos ha provocado una convulsión de gran magnitud en el PSOE e Izquierda Unida. Aunque al primero los votos se le han ido por distintas vías de agua, Podemos es una de las más relevantes. En ellos, en los socialistas, se puso el foco esa noche electoral y los día siguientes con la dimisión de su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la convocatoria de un congreso extraordinario para sustituirlo a finales del mes de julio. Pero la tormenta y la agitación se cernía sobre Izquierda Unida.

En ambas fuerzas políticas se tuvo conciencia de que la formación del ya eurodiputado Pablo Iglesias se había nutrido de exvotantes socialistas, de Izquierda Unida, y de abstencionistas de las elecciones de 2011. A esos que el PSOE trató inútilmente de convencer para que les votaran. La pulsión republicana de los socialistas afloró con ímpetu como constatan los aspirantes a liderar el PSOE en sus actos para pedir el apoyo de los militantes. Vista a la izquierda es lo que piden muchos afiliados, cuadros medios, concejales y alcaldes del PSOE, al testar los votos que en sus localidades se ha llevado Podemos.

Cómo parar la sangría de votos a esa formación para las elecciones municipales es el objetivo de la izquierda española. No es fácil en un PSOE que está en proceso de elegir a un nuevo líder y que en su seno conviven corrientes del centro izquierda a la socialdemocracia. En IU la crisis se ha abierto y todo es posible. Desde que se plante cara a Podemos o se pacte con ellos.