
Los rostros de las protestas en Kenia
Los jóvenes y activistas kenianos vuelven a salir a las calles para reclamar un país más justo y transparente. En junio de 2024 lideraron protestas multitudinarias que obligaron al Gobierno a retirar una reforma con la que pretendía aumentar los impuestos para pagar la deuda pública y cumplir con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Al menos 60 jóvenes murieron entonces por los disparos y la represión policial. El pasado miércoles, en la movilización que conmemoró aquellas marchas y en las que exigieron mejor educación, sanidad de calidad y transparencia a un Gobierno que consideran corrupto, 19 jóvenes perdieron la vida. Estas son las voces de quienes exigen un país mejor
![Djae Aroni (31 años), estudió la licenciatura de Derecho y un máster en leyes en la Universidad de Londres. Guitarrista del grupo afropunk Crystal Axis, regresó a Nairobi para apoyar a su país. Miembro del colectivo social Powa 254 (en alusión al prefijo de Kenia), participa en todas las protestas. “Las del año pasado surgieron sin organización, sin un líder o partido, fueron todos los kenianos de todos los sectores y rincones del país los que salieron a la calle para protestar contra el proyecto de ley de finanzas”, dice desde la sede de Powa 254. “Fue alentador ver cómo nos unimos, cómo nos apoyamos, cómo nos organizamos y en qué se convirtió el movimiento, no solo para Kenia, donde [el presidente del Gobierno, Willian] Ruto tuvo que retirar la ley, sino a nivel regional, porque se generaron muchas conversaciones en torno a la deuda en otros países africanos”, añade. Para Aroni, el uso de plataformas como TikTok, Instagram o X fue fundamental para el éxito de las protestas, y lo sigue siendo hoy en día para continuar con la lucha y organizar mejor las marchas en 2025. “Usamos las redes sociales para movilizarnos, compartir información y difundir imágenes de lo que estaba sucediendo, porque la brutalidad policial se produjo casi desde el principio”.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NGL32CYOAJHUXLFR4BVPND7YC4.jpg?auth=2aae78c219db678251386b2861a765e9e6c6a77a5a5bef0f48614695b79def8d&width=414)

![Okoth Omondo (27 años) es una de las figuras más destacadas de las protestas. “Empecé explicando informes complejos, que la mayoría de kenianos no entienden por su lenguaje técnico, para que los jóvenes comprendieran mejor temas como el presupuesto nacional o las leyes fiscales y salieran a protestar más informados”, explica desde el puente que pasa por la carretera que une el centro de Nairobi con la ciudad comercial de Thika, la misma por la que miles de personas marcharon el 25 de junio de 2024 en la manifestación más masiva de Nairobi. “Al explicar estos casos de corrupción, mis vídeos empezaron a viralizarse y el Gobierno empezó a marcar mis contenidos como “incitadores”, así que fui perseguido, vigilado y finalmente secuestrado por hombres enmascarados tras una gran protesta”, recuerda Omondo. “Me tuvieron toda la noche dando vueltas; creo que no me mataron porque en ese momento el patrón era secuestrarnos y asustarnos, pero quizás, si hubiera ocurrido ahora, habría aparecido muerto, igual que Albert [Ojwang]”.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LNOA2VP2ONCHTG6WEU2KV5BX4Q.jpg?auth=edb27dd5721caff4c36beddbce79a5c1db9b336ad0a72d099ad3e03cff062631&width=414)







