África contada por africanos en decenas de miles de fotografías
Desde 2022, el Centro Dikan de Acra alberga la mayor biblioteca gráfica del continente, con más de 30.000 libros que narran su historia visual

“Toma la iniciativa”, exclama Paul Ninson desde una pequeña y moderna oficina del barrio de Osu, en Acra. “Eso es lo que significa Dikan en akan, mi idioma”, explica este fotógrafo ghanés. Fue la primera frase que le vino a la cabeza hace algunos años, cuando empezó a buscar un nombre para este proyecto cuyo objetivo era reunir miles de libros de imágenes del continente africano. “Toma la iniciativa, resuelve el problema o cállate la boca. Así es como me educaron mis padres”, agrega.
Hoy, el Centro Dikan, una iniciativa pionera creada con el ánimo de ser un espacio donde confluyen el arte, la fotografía y la educación, es una realidad y se encuentra a pocos metros del lugar de la entrevista de Ninson con este periódico, entre unos arbustos de buganvillas. Según su fundador, el centro, que abrió sus puertas en diciembre de 2022, es la biblioteca fotográfica más grande de África, con más de 30.000 libros que narran la historia visual del continente.
Pero el lugar es también una galería de exposiciones, un lugar donde se proyectan películas y un sitio donde se planean proyectos artísticos y se ofrecen talleres educativos y seminarios relacionados con el fotoperiodismo. Además, en abril, el Centro Dikan lanzó el Instituto Awo, que trabajará para digitalizar y conservar el patrimonio visual africano. Todo eso ha hecho que Ninson y su equipo hayan tenido que alquilar unas oficinas en un edificio cercano para seguir trabajando. “Yo siempre ando buscando nuevos desafíos”, afirma, entre risas.
La exposición fotográfica que recibe actualmente al visitante da buena prueba de esos retos y de los logros de los últimos años: Se titula Common Ground y muestra el trabajo de tres fotoperiodistas formados en Dikan: Abdullahi Abubakar, Writchid Snipes y Joshua Buenortey. “Es una muestra el impacto del compromiso de Dikan con la educación de la próxima generación de narradores”, se felicitan los responsables del centro.
África estaba siendo narrada por forasteros, y la gente local carecía de voz propiaPaul Ninson, fundador del Dikan Center
La idea de crear el Centro Dikan nació durante un viaje de Ninson a Nueva York, donde había ido a estudiar Fotografía. Allí descubrió archivos visuales de África que eran auténticos tesoros. Espacios repletos de libros de fotografía, que incluían también imágenes de autores africanos, cuando él, en su país, poseía tan solo unos pocos libros. “Pensé: ¿cómo es que no existe un archivo así en Ghana? África estaba siendo narrada por forasteros y la gente local carecía de voz propia”, recuerda Ninson, Este fotoperiodista está convencido hasta hoy que para poder resolver los problemas que persisten en Ghana y otros países del continente es indispensable “saber más sobre la historia” y el contexto del lugar donde se vive. Y para ello, la fotografía es un documento esencial.
Un punto de encuentro
Durante la pandemia de coronavirus, Ninson empezó a comprar libros de fotografía baratos y de segunda mano y se puso en contacto con editores que donaron grandes cantidades de libros, que guardaba en su habitación y, más tarde, en trasteros de la ciudad.
Paralelamente, se puso en contacto con Brandon Stanton, un agente de bolsa reconvertido en fotógrafo que cuenta con millones de seguidores en sus redes sociales. Stanton creó Humans of New York, un proyecto fotográfico documental vinculado a una cuenta de Instagram que gira en torno a la ciudad de Nueva York y a sus habitantes más peculiares. Cuando Stanton inició una campaña de micromecenazgo para lo que más tarde se convertiría en el Centro Dikan, sus más de 13 millones de seguidores donaron en poco tiempo 1,2 millones de dólares (1,1 millones de euros).
Con ese dinero, que luego permitió a Ninson fundar Dikan, se comenzó enviando todos esos libros desde el barrio neoyorquino del Bronx hasta Acra. “El racismo en Estados Unidos es realmente un problema para un hombre negro. Comprendí que no debía quedarme en Nueva York, sino volver a casa y montar algo allí, en el lugar de donde soy”, explica Ninson.
En diciembre de 2022, el Centro Dikan abrió sus puertas. “Primero, nos dedicamos a escuchar a la comunidad artística de Acra”, recuerda Ninson. “Comprendimos que tenía que ser algo más que un archivo o una biblioteca. Así que decidimos hacer también un punto de encuentro, un lugar donde disfrutar del periodismo, de la fotografía y del arte. Para mí, Dikan es una especie de campus al estilo de la Universidad de Nueva York, donde las personas pueden aprender, pero también conocer gente”, se felicita.
¿Cómo crear un ecosistema africano para el arte que no sea una réplica de lo que los países occidentales consideran que es o debería ser el arte?
Al llegar a Dikan, el visitante se topa con una gran entrada pintada de negro y luego, a través de un patio lleno de estudiantes que hojean algunos de los libros de Dikan, se llega a la biblioteca, que alberga las decenas de miles de libros que Ninson consiguió enviar a Ghana. Entre los libros hay cámaras, documentos de identidad y otros objetos relacionados con el famoso fotógrafo ghanés James Barnor, cuyas sus fotografías decoran las paredes del centro.
Dikan ha ido adquiriendo una cierta fama y algunos fotoperiodistas de renombre como Pete Souza, que fue fotógrafo oficial de la Casa Blanca durante el gobierno de Barack Obama, y conocidos editores de fotografía han acudido a Acra para ofrecer charlas sobre el oficio.
Ninson tiene aún muchos sueños por realizar, y quiere que Dikan forme parte del panorama artístico de Ghana. “La comunidad artística se está expandiendo, pero el arte es algo difícilmente accesible. La creación de instituciones artísticas no forma parte de nuestra cultura”, lamenta. “Y eso hace de esta tarea un auténtico reto: ¿cómo crear un ecosistema africano para el arte que no sea una réplica de lo que los países occidentales consideran que es o debería ser el arte?”, se pregunta.
Pero pese a todo los proyectos no le faltan, entre ellos, la creación de una escuela de periodismo. “Me considero un solucionador de problemas y en Acra veo aún muchos problemas que podríamos abordar y resolver, al menos en parte. Y sigo pensando que podemos servirnos de la educación visual para empoderar a la gente”, concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.