Así es como acaba el mundo
Lo más probable es que no sea por un estallido, sino por un acto individual arbitrario, casi banal, un meme


El asesino de Charlie Kirk no es un “radical de izquierda”. No es transgénero, no es inmigrante, no es musulmán y no es negro. No corresponde al perfil demográfico esperado. Sus padres son mormones republicanos, y él no ha votado nunca. Estoy convencida de que hay un foro, un grupo de Telegram o un canal de Discord donde jóvenes con afición a las armas como Charlie Kirk o Thomas Crooks, el chico de 20 años que atravesó la oreja de Trump con un rifle en Pensilvania, buscan demostrar su superioridad táctica e intelectual ejecutando un atentado de alto perfil sin ayuda de nadie. Un reto extremo en un mundo ballardiano de gente “extremadamente hardcore”.
Hay foros que animan a adolescentes a suicidarse en directo. Falsas comunidades de apoyo con los mismos sistemas de recompensa de una red social (followers, me gustas...) que usan algoritmos para atraer a jóvenes vulnerables con contenidos que romantizan el suicidio. Es una idea infecciosa. Los suicidas son como los carpinteros, escribía la poeta suicida Anne Sexton. “Quieren saber con qué herramientas. No se preguntan por qué”. Los usuarios comparten instrucciones y siguen los suicidios por streaming como si fueran conciertos, animando al músico a seguir hasta el final. El NYT descubrió que los fundadores del foro de suicidios más conocido administraban al menos otras dos páginas para incels [hombres célibes involuntarios], para “garantizar la libertad de expresión”. La mitad de los usuarios tienen menos de 21 años. Hay foros que animan a hombres muy jóvenes a invertir todo lo que tienen en estafas de criptomonedas. Un suicidio financiero disfrazado de épica para veinteañeros que solo quieren pertenecer e impresionar.
El pistolero que deja mensajes en los casquillos de bala también es otra idea infecciosa para un adolescente mal socializado que encuentra su sitio en una comunidad extrema de desconocidos online. Brenton Tarrant, el hombre que mató a 51 personas hace seis años en la mezquita de Christchurch, en Nueva Zelanda, dejó un manifiesto lleno de memes del foro 8chan, pero estaba claramente motivado por una ideología ultraderechista, supremacista blanca y xenófoba. Las balas que mataron a Charlie Kirk llevaban referencias a un videojuego satírico y juegos de rol. Uno de los mensajes incluye el combo de movimientos en el joystick que descargan una bomba Eagle 500kg en el videojuego Helldivers 2, un artefacto tan destructivo que se ha memetizado como gesto desproporcionado que solo genera caos. Otros dicen “Si lees esto, eres gay LMAO”, y “Nota el bulto OwO ¿qué es esto?”. También había un extracto del himno antifascista Bella Ciao, aparentemente irónico. Guiños a una audiencia de foreros online.
Ignoramos el impacto de estos oscuros ecosistemas digitales, pero podría ser tan desproporcionado como la Eagle 500kg Bomb. Quién sabe si Trump hubiese ganado en 2016 sin el apoyo de los macedonios que inundaron la Red de noticias falsas favorables a su campaña, solo para ganar dinero con anuncios de Google. Si las criptomonedas habrían explotado si un subforo entero de Reddit no hubiese apostado en corto contra Gamestop. Todavía no sabemos qué impulsó a Tyler Robinson a matar a uno de los líderes del movimiento MAGA, pero sabemos que Trump está buscando una excusa para declarar el estado de emergencia y dar un golpe irreversible a la democracia estadounidense. En esta era oscura de retrocesos, visiones apocalípticas, conspiraciones masivas y transición geopolítica, lo más probable es que la chispa sea un acto individual arbitrario, algo casi ridículamente banal.
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