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¿Por qué es importante que los niños se cepillen los dientes en el colegio?

Mantener la higiene bucal durante las horas que el menor está en el centro escolar previene problemas dentales como las caries y afianza este hábito como una rutina necesaria para la salud

Cepillar dientes niños
Carolina Pinedo

Muchos niños comen en el colegio y no se lavan los dientes después. Y deberían hacerlo porque limpiarse la boca previene afecciones asociadas a una escasa higiene como las caries. “Y, lo más importante, favorece la adquisición de este hábito”, explica Iván Carabaño, jefe del Servicio de Gastroenterología y Nutrición Infantil del Hospital Universitario La Paz, en Madrid. El experto también destaca la importancia de observar a los menores cuando realizan su higiene bucal para comprobar que lo hacen correctamente: “La clave está en la repetición (dos o tres veces al día), en dar ejemplo y supervisarles. Ellos aprenden por imitación, así que ver a sus padres y hermanos mayores cepillarse los dientes es fundamental para convertirlo en parte de la rutina diaria e interiorizarlo sin esfuerzo, como lavarse las manos o ducharse”.

Unos hábitos incorrectos de higiene oral en la infancia son los cimientos para una boca adulta enferma. “Si el pequeño no tiene una rutina adecuada de cepillado dental suele mantenerse en la vida adulta, con el consiguiente aumento del riesgo de tener enfermedades periodontales”, continúa Carabaño.

Cepillarse en el colegio tras la comida es valioso, sobre todo para los menores que tienen la boca especialmente delicada. “Es el caso de los niños propensos a tener caries o con ortodoncia. Es recomendable que los padres pidan un informe al dentista para que el niño pueda lavarse los dientes si no está permitido hacerlo en el centro escolar”, aconseja el dentista José Manuel Fernández, director de la Clínica Oporto Dental en Madrid. Este especialista también recomienda la implicación de los progenitores. “Se pueden cepillar la boca con sus hijos para que sepan cómo hacerlo, asuman que forma parte del día a día y aprendan a hacerlo bien solos en el colegio”, reitera.

El uso de accesorios adecuados en el colegio para limpiarse los dientes favorece una higiene oral correcta, que para los niños tiene ciertas particularidades con respecto a los adultos. “Hay cepillos y pastas especialmente ideados para diferentes edades. Lo recomendable son las que llevan flúor, eso sí, a partir de los dos años, por el riesgo de que lo ingieran”, añade el dentista. “De dos a seis años, es suficiente aplicar el tamaño de un grano de arroz, y, a partir de esa edad, el tamaño de un guisante”, aclara, mientras señala la importancia de elegir el dentífrico adecuado acorde a la edad del menor. “Según los años del niño, la concentración de flúor es mayor o menor, así que hay que fijarse en las indicaciones del envase”, puntualiza Fernández. “En cuanto a los cepillos, también están adaptados a la edad. Los cabezales son más pequeños y las cerdas más suaves para adaptarse a la boca y las encías”, destaca por su parte Carabaño.

La higiene oral debe comenzar desde el primer diente, que aparece alrededor de los ocho meses, según señalan los especialistas. “Al principio se usa una gasa o un cepillo aplicados con suavidad, para limpiar las encías y los dientes. A medida que crecen, se introduce un cepillo infantil pequeño, y se comienza a enseñar el hábito desde el inicio para que sea parte de la rutina diaria, incluso en el colegio”, continúa Carabaño.

Lo fundamental para una buena higiene oral es la técnica, la frecuencia y la constancia.

Pero, ¿cómo enseñar al niño a que se lave bien los dientes para que lo haga también cuando está solo, como en el colegio? “Hay que indicarle que debe realizar al menos 10-15 movimientos por toda la superficie de cada diente, con movimientos circulares suaves para no dañar las encías”, explica Carabaño. “Con los cepillos eléctricos”, prosigue, “se puede lograr una higiene más completa, sobre todo si el menor tiene menos destreza manual, pero con el clásico bien usado se consiguen los mismos resultados”. Para él, lo fundamental es la técnica, la frecuencia y la constancia, “no tanto el tipo de cepillo”, incide.

Sin embargo, es habitual que los menores no tengan interés por su limpieza bucal y les dé pereza dedicarle un tiempo, por lo que conviene buscar motivaciones. “Hay que intentar convertirlo en un momento divertido y positivo. Por ejemplo, usar canciones o juegos mientras se cepillan puede ayudar a que el tiempo pase volando y que lo hagan con ganas”, añade el experto. “También se pueden utilizar cepillos con personajes de dibujos o colores llamativos, o hacer pequeñas recompensas, como pegatinas por cada día que se cepillen bien en el colegio”, pone Carabaño como ejemplos.

Los menores españoles suelen acudir al dentista, sobre todo por las caries. “Se cepillan poco o nada. También influye que comen mucho azúcar en chucherías, batidos o zumos envasados. Estos azúcares transformados en ácido por las bacterias de la boca son los que provocan las caries”, explica Fernández. “Recomiendo el uso de hilo dental [se puede empezar a utilizar cuando los dientes de un niño comienzan a tocarse entre sí, generalmente entre los 2 y 6 años, aunque los menores suelen necesitar ayuda de un adulto hasta los 8 o 10 años]”, continúa el dentista, “conviene utilizarlo por las noches antes del cepillado para eliminar los restos de zonas poco accesibles a los cepillos”. También los colutorios o enjuagues son útiles para aportar el flúor, según explica, porque fortalece el esmalte dental y previene la aparición de caries, además de refrescar el aliento.

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Sobre la firma

Carolina Pinedo
Periodista desde hace 30 años, gran parte de los cuales los ha ejercido en varias secciones de EL PAÍS, en la actualidad colaboradora en Mamás&Papás y Estilo de Vida. Licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en radio y televisión, además de publicar varios cuentos infantiles y dos poemarios.
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