La UE acuerda emitir eurobonos para financiar a Ucrania
La Unión desbloquea un salvavidas financiero de 90.000 millones para Kiev pero fracasa en movilizar los activos rusos congelados

Italia 2-Alemania 0. La cumbre europea más decisiva de los últimos tiempos ha terminado de madrugada, con un significativo acuerdo político para Ucrania y una patada hacia adelante en el pacto con Mercosur. Tras más de 16 horas de conversaciones, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, reunidos en Bruselas, han pactado emitir eurobonos por importe de 90.000 millones de euros para financiar las necesidades de Kiev. Sin ese dinero —que solo tendrá que devolver a sus socios europeos cuando Rusia pague por los daños causados en su guerra imperialista— el país invadido podría quedarse sin fondos en marzo del año próximo. Es una solución rápida. Se trata de dar respuesta a lo más urgente. A la larga, los líderes acuerdan seguir explorando el “préstamo de reconstrucción” usando los activos rusos congelados por las sanciones en la UE. El rechazo de Bélgica, el país donde se custodia la mayoría de esas reservas, y las dudas del resto de socios para ofrecerle el cheque blanco que el Gobierno belga requería para mutualizar el riesgo de la operación, descarrilaron la medida.
El canciller alemán, Friedrich Merz, sale como claro perdedor de esa reunión; también la presidenta de la Comisión Europea, la conservadora Ursula von der Leyen: Europa, claramente, está cambiando. Y los Gobiernos nacionalpopulistas se salen con la suya. Berlín patrocinaba el uso de los activos rusos como palanca para asegurar la financiación de Ucrania, en contra de los deseos de la Hungría del ultra Viktor Orbán y de la Bélgica del nacionalista flamenco Bart de Wever. Y Berlín quería cerrar el pacto comercial con América Latina. Finalmente, ese acuerdo con los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) se pospone para enero, y serán el contribuyente europeo, y no los activos rusos, quien asegure que Ucrania puede seguir guerreando en el frente.
“No habrá eurobonos mientras yo viva”, dijo la excanciller Angela Merkel hace unos años. “El objetivo es usar los activos rusos” y no emitir deuda común, ha repetido en los últimos días el conservador Merz. No será así: la UE acude a los eurobonos por segunda vez en menos de un lustro. La primera vez fue con la pandemia. Ahora, con ese riesgo existencial que suponía la quiebra de Ucrania, su derrota en el campo de batalla a manos de la Rusia de Putin.
La cumbre se ha prolongado a lo largo de todo el jueves y deparaba grandes sorpresas. Con Bruselas paralizada por los agricultores, Francia y Polonia se oponían a Mercosur, pero fue finalmente la italiana Giorgia Meloni la que presionó para retrasar el acuerdo hasta enero. Meloni habló con Luiz Inácio Lula da Silva, le aseguró que está de acuerdo con apoyar Mercosur, pero le pidió unos días, un plazo máximo de un mes, para ahogar las presiones internas contra ese acuerdo. “Después de casi 26 años de negociación, creo que un retraso de tres semanas es tolerable”, justificó Von der Leyen, que tiene las competencias comerciales de la Unión.

Pero el plato fuerte del día era Ucrania. Kiev tendrá su dinero pero no todo el simbolismo que se pretendía: que quisiera o no sería Rusia quien pagara por los daños causados. La UE no ha logrado movilizar los activos del Banco Central de Rusia que permanecen congelados en la UE por las sanciones. Sin embargo, los Estados miembros pedirán un préstamo de 90.000 millones de euros en los mercados de capitales, garantizado con el margen presupuestario de la UE, para financiar a Ucrania durante los próximos dos años.
Los caballos de Troya del Kremlin, además, logran una salida y no participarán en ese esquema financiero. El plan “no tendrá ninguna obligación financiera de la República Checa, Hungría y Eslovaquia”, acordaron los líderes.
Ucrania tendrá los fondos. Evita la bancarrota. Pero la cumbre de antes de las fiestas, la última reunión de un año extremadamente difícil para la UE, en la que ha despertado a un nuevo mundo en el que el Estados Unidos de Donald Trump ya no es el aliado que era, acaba con un cierto sabor agridulce. El objetivo claro de la mayoría de los socios era crear ese simbólico salvavidas financiero con las reservas rusas inmovilizadas por las sanciones en la UE. Y, aunque afirman que se seguirá trabajando en ello, no se ha logrado.
“Hemos cumplido con el compromiso de financiar a Ucrania para los próximos dos años con 90.000 millones de euros, y acordado que Ucrania solo devolverá ese dinero cuando Rusia pague por los daños causados por la guerra. Además, mantendremos inmovilizados los activos rusos hasta que Rusia pague”, ha remarcado el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, en una rueda de prensa, de madrugada, junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La alemana también habló del deber cumplido.
Como el canciller Merz. “Creo que esta es una solución pragmática y buena que tiene el mismo efecto que la solución que discutimos durante mucho tiempo [movilizar los activos rusos], pero que claramente es demasiado complicada”, lanzó después de la maratoniana cumbre.
En otra sala del Consejo Europeo, mientras, el belga De Wever aseguraba que la UE había evitado el “caos y la división” al apostar por la deuda común para ayudar a Ucrania, es decir, los eurobonos, en lugar de recurrir a los activos congelados rusos. “Hemos permanecido unidos”, ha declarado el nacionalista flamenco, que se enrocó al máximo en su negativa y en sus peticiones de garantías “ilimitadas” al resto de socios para que compartieran el riesgo de la operación: la inmensa mayoría de los activos soberanos rusos congelados en la UE se encuentran en Euroclear, en Bruselas.
Bélgica (y no es el único) teme las represalias del Kremlin. No solo económicas, también la guerra híbrida. La italiana Giorgia Meloni —junto a otros como Austria o Bulgaria— también habían manifestado su preferencia por la emisión de deuda conjunta. Francia, donde hay activos rusos en bancos privados, no se ha movido a fondo para respaldar la via de las reservas soberanas rusas.
La UE cumple con lo prometido, no deja caer a Ucrania. Y envía a EEUU el mensaje de que se seguirá haciendo cargo de la factura. “La ausencia de una decisión habría sido un desastre”, resumió el presidente francés, Emmanuel Macron, tras la cumbre.
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