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Bruselas quiere cerrar la puerta a que Rusia recupere el dinero inmovilizado por las sanciones

La Comisión plantea dos opciones para financiar a Ucrania: usar activos rusos congelados por las sanciones o recurrir a un préstamo de la UE

Ursula von der Leyen
Manuel V. Gómez

A pesar de los obstáculos que se está encontrando, la Comisión Europea mantiene su apuesta por utilizar los activos rusos para financiar a Ucrania en los próximos dos años. Incluso, sube la apuesta. En la propuesta legal que ha presentado este miércoles plantea que sea cual sea la fórmula final con la que se le preste apoyo financiero al país invadido “se prohíba cualquier transferencia de los activos inmovilizados del Banco Central de Rusia a Rusia”.

La Comisión ha puesto sobre la mesa dos propuestas: coger ese dinero inmovilizado ahora por las sanciones contra Rusia, que se encuentra sobre todo en Euroclear, una empresa belga dedicada al depósito de valores financieros, o pedir un préstamo respaldado con garantías de los Estados miembros para hacerle llegar el dinero a Ucrania. El país invadido necesita, según los cálculos de Bruselas, unos 136.000 millones en los próximos dos años para alimentar su maquinaria defensiva contra el ejército ruso y para el funcionamiento propio del Estado (sueldos de funcionarios, pensiones, prestaciones...).

“Dado que Rusia sigue sin mostrar signos de voluntad de comprometerse con una paz justa y sostenible, la presión sobre los recursos de Ucrania sigue aumentando, lo que hace aún más vital el apoyo sostenido de la UE”, explica la Comisión para justificar la propuesta que lanza justo un día después de que concluyera sin avance alguno la reunión entre Estados Unidos y Rusia para negociar un plan de paz. Con las dos opciones planteadas, queda fuera una de las tres planteadas hace unas semanas: la transferencia directa de los Estados miembros a Kiev.

Que Bruselas plantee vetar el regreso de los activos rusos a Moscú también cambia el escenario de negociaciones futuras sobre este tema, que estaba recogido en los 28 puntos del plan de paz que Estados Unidos puso sobre la mesa hace dos semanas. Washington quería usar 100.000 millones de dólares para reconstruir Ucrania y quedarse con los beneficios. Para el dinero restante, planteaba crear “un fondo conjunto EE UU-Rusia para proyectos bilaterales que aumenten los incentivos a evitar un retorno al conflicto”.

Aunque la Comisión lance dos propuestas, queda claro, incluso en el lenguaje administrativo de su comunicado, cuál prefiere: “Con estas propuestas legales, la Comisión presenta dos posibles soluciones: un préstamo de la UE, que se basaría en el presupuesto de la UE, y un préstamo de reparación, que facultaría a la Comisión para pedir prestados saldos de efectivo a las instituciones financieras de la UE que mantienen activos rusos inmovilizados”.

Más claro queda en las palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que acompañan al comunicado: “Proponemos crear un préstamo de reparaciones, utilizando los saldos de efectivo de los activos rusos inmovilizados en la UE, con sólidas salvaguardias para nuestros Estados miembros. Estamos aumentando el coste de la guerra de agresión de Rusia”. No hay una mención especifica y concreta a la otra propuesta.

“Estas propuestas establecen una serie de salvaguardias para proteger a los Estados miembros y a las instituciones financieras de posibles medidas de represalia dentro de Rusia y de expropiaciones ilegales fuera de Rusia, en particular en jurisdicciones favorables a Moscú”, abunda el comunicado.

A pesar de esto, hay elementos de este planteamiento que no van a gustar en algunos países. Bélgica, el país en el que está Euroclear, destaca entre ellos: “El texto que la Comisión presentará hoy [por este miércoles] no aborda nuestras preocupaciones de manera satisfactoria. No es aceptable utilizar el dinero y dejarnos solos ante los riesgos”, ha señalado el ministro de Asuntos Exteriores, Maxime Prévot, a su llegada a la sede de la OTAN horas antes de que Von der Leyen y el comisario de Economía y Finanzas, Valdis Dombrovskis, presentaran sus opciones.

“Hemos dicho repetidamente que creemos que la opción del préstamo [basado en los activos rusos congelados] es la peor de todas. Es arriesgada y nunca se ha hecho antes”, ha añadido Prévot. “Es una preocupación legítima. Nuestra puerta siempre ha estado abierta y sigue estándolo, sin embargo, tenemos la frustrante sensación de no haber sido escuchados. Se están restando importancia a nuestras preocupaciones”.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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