Bruselas quiere tejer su red antidrones en todos los flancos de la UE y dejarla lista en 2027
“No podemos permitirnos ignorar las amenazas provenientes de otras partes del mundo”, advierte la Comisión Europea en su nuevo plan, al que ha tenido acceso EL PAÍS


Europa busca blindarse ante el crisol de amenazas de Rusia y apuntalar y mejorar su defensa ahora que el aliado estadounidense se aleja. En un momento en el que el Kremlin está empleando aeronaves no tripuladas como parte de su guerra híbrida contra Occidente, la Comisión Europea quiere tejer una buena red antidrones que esté funcionando a pleno rendimiento a finales de 2027 y que pueda servir, además, en todos los flancos de la UE, según indica en su hoja de ruta sobre defensa de la UE, a la que ha tenido acceso EL PAÍS.
En un tablero geopolítico en ebullición, los riesgos son diversos —desde el crimen organizado a la instrumentalización de la inmigración— y pueden llegar a todos los puntos, también al sur, advierte el Ejecutivo comunitario. Y, aunque el flanco este de Europa vive la amenaza más acuciante por su vecino ruso, el sistema cubrirá todos los flancos con un enfoque de 360 grados en el que tanto han insistido los países del sur, como España o Italia.
“La preparación de Europa debe basarse en el contexto global más amplio desde una perspectiva integral. No podemos permitirnos ignorar las amenazas provenientes de otras partes del mundo. El orden internacional está en peligro”, asevera Bruselas en el documento, aún confidencial y sujeto a posibles retoques, en el que desgrana los proyectos paneuropeos con los que busca reforzar la seguridad europea. Desde esa red antidrones a un plan de movilidad militar o el escudo aéreo de defensa antimisiles que busca crear para que sea totalmente interoperable con el sistema de Mando y Control de la OTAN.
Algunos Estados miembros conectan esos nuevos proyectos emblemáticos de defensa con oportunidades presupuestarias, así que la Comisión, que es cada vez más cautelosa para que no se perciba que benefician solo a Europa central y oriental, ha ampliado el foco. Aunque los países del este vecinos de Rusia reclaman que mientras que durante la pandemia de covid-19 la solidaridad financiera apoyó en gran medida a los países del sur, ahora es momento de que ese sostén viaje en su dirección.
“Desde Gaza y Oriente Medio hasta diversos conflictos latentes o abiertos en África, desde las crecientes tensiones en Asia-Pacífico hasta el Ártico, los focos de crisis y de tensión geopolítica se multiplican. Los Estados autoritarios buscan cada vez más interferir en nuestras sociedades y economías”, avisa el Ejecutivo comunitario gestionado por Ursula von der Leyen.
Para tratar de alejarse de un lenguaje bélico y ser más digerible para los Estados miembros con otras sensibilidades, la Comisión ha llamado a su hoja de ruta Preservando la paz - preparación para la defensa. El plan remarca que ese sistema antidrones —o “muro de drones”, un concepto polémico porque evoca de alguna manera amurallarse frente a esas aeronaves, lo que es poco factible en un territorio tan amplio y que no es el objetivo del programa, según explican fuentes comunitarias— se ideará no solo para enfrentar amenazas relacionadas con la defensa, sino también para proteger infraestructura civil estratégica.
Un paraguas que podría aplicarse por ejemplo a los aeropuertos. Y más tras los últimos episodios en los que la incursión de drones ha inutilizado aeródromos en Dinamarca (que aún investiga quién está detrás de una acción que ha provocado una gran crisis de seguridad), Noruega y Alemania.
En esa arquitectura más amplia con la que la Comisión busca apuntalar su defensa y seguridad de aquí a 2030, el sistema antidrones también abordará “otros peligros comunes a todas las fronteras de la UE, como la protección fronteriza, la militarización de la migración, la protección de las infraestructuras esenciales o la delincuencia organizada transnacional”, dice el documento, que debatirá el jueves el Colegio de comisarios.
“Buque insignia”
“Las capacidades antidrones se diseñarán como sistemas multicapa tecnológicamente avanzados con capacidades interoperables para la detección, el seguimiento y la neutralización, así como para alcanzar objetivos terrestres mediante la tecnología de drones para ataques de precisión”, explica la Comisión Europea en su hoja de ruta que presentará la próxima semana a los líderes de los 27 Estados miembros de la UE en una cumbre en Bruselas.
Una planificación en la que habla de impulsar coaliciones de países dentro del club comunitario para que desarrollen proyectos clave y hagan compras juntos y que estarán lideradas por uno de los Estados miembros (algo que puede derivar en cierta pelea y polémica para determinar quién los encabeza y cómo funciona). La meta es que al menos el 40% de las adquisiciones de defensa se hagan de forma conjunta para finales de 2027.
El sistema antidrones contará con las enseñanzas de Ucrania, que ha desarrollado una floreciente industria basada en su experiencia en la guerra lanzada por Rusia. Aunque en la UE ya hay industria para tejer esa red.
El sistema para combatir las aeronaves no tripuladas enemigas será el “buque insignia” de otro de los proyectos emblemáticos que Bruselas identifica como parte de su estrategia para apuntalar la defensa y la seguridad europeas: la “vigilancia del flanco oriental”, que busca fortalecer la capacidad de los Estados miembros del este para hacer frente a una amplia gama de amenazas que llegan por tierra, mar y aire; desde las operaciones híbridas, las incursiones con drones, la flota en la sombra de Rusia y el riesgo de agresión armada, dice la Comisión Europea.
“El objetivo es establecer una capacidad integral de defensa fronteriza europea con sistemas de vigilancia multidominio, capacidades de control de drones y contra drones, capacidades de guerra electrónica, sistemas de ataque de precisión y una coordinación operativa ágil”, explica el documento, que incide en la estrecha cooperación con la OTAN. La Comisión quiere que el sistema de vigilancia del flanco oriental esté en funcionamiento a finales de 2028.
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