Una ONG europea denuncia un ataque “deliberado y sin precedentes” de guardacostas libios a un barco de rescate
La patrullera desde donde dos hombres armados tirotearon al personal humanitario fue donada por Italia a las autoridades libias para controlar las fronteras

La ONG europea SOS Méditerranée ha denunciado que la tripulación de su barco de rescate Ocean Viking fue objeto de un intenso tiroteo el pasado sábado en aguas internacionales del Mediterráneo central cuando transportaba 87 migrantes rescatados por parte de una patrullera de la Guardia Costera libia. Aunque no ha habido víctimas mortales, el miedo fue tangible y los daños materiales, cuantiosos. SOS Méditerranée lo ha calificado como “una agresión deliberada inaceptable y sin precedentes” y ha exigido una investigación al respecto, mientras que Bruselas asegura haber pedido a las autoridades del país africano que aclaren lo ocurrido.
La Guardia Costera libia tiene un largo historial de comportamiento violento e intimidatorio en el mar, y es relativamente frecuente que los agentes libios disparen a los barcos de salvamento humanitario para obligarles a que se alejen. Hasta ahora, según la información disponible, siempre habían apuntado al aire o al agua, pero esta ha sido la primera vez que los guardacostas han disparado a poca distancia y directamente contra la embarcación humanitaria, como se aprecia en los vídeos difundidos por la ONG. Este martes, la policía científica italiana ha inspeccionado la embarcación, que se encuentra atracada en el puerto siciliano de Augusta, donde han desembarcado a los migrantes.
“It is unacceptable that the EU funds and collaborates with extremely violent partners who attack humanitarian workers and survivors, directly threatening their lives.”
— SOS MEDITERRANEE (@SOSMedIntl) August 26, 2025
Ayla, Deputy SAR Coordinator from the bridge where dozens of bullets were found after the Libyan CG attack. pic.twitter.com/67bHoamlDn
La circunstancia agravante de este episodio es que la patrullera utilizada por la Guardia Costera libia en el ataque fue donada por Italia en 2023 en el marco de la misión de la Unión Europea de asistencia y gestión integrada de las fronteras en Libia (denominada EUBAM Libia); es decir, que se trata de una embarcación financiada y equipada por la Unión Europea que, en su política de externalización de fronteras, deja en manos de terceros países como Libia, Túnez o Mauritania el control migratorio. En total, la UE ha desembolsado 91,3 millones de euros desde 2014 a Trípoli dentro de un paquete de 338 millones destinado a la gestión migratoria.
Italia, de hecho, es el principal socio de Libia en la vigilancia de fronteras, pues este país africano es el primer punto de salida de migrantes en su ruta hacia Europa a través del Mediterráneo central: hasta el 31 de julio de este año las autoridades libias, con el apoyo de Italia han impedido que algo más de 13.000 personas zarparan en dirección a Italia. En lo que va de año han llegado al país europeo a través del mar unos 41.000 migrantes, 1.000 más que en el mismo periodo de 2024. Desde 2017, año en el que se firmó el acuerdo migratorio con Libia, Italia ha desembolsado cerca de 300 millones de euros para contener la inmigración, según los cálculos de diversas organizaciones.
Valeria Taurino, directora general de SOS Méditerranée Italia, ha reclamado “una investigación exhaustiva y que los responsables de estos actos que ponen en peligro la vida de las personas sean llevados ante la justicia”. Y ha demandado que Bruselas interrumpa las relaciones con los guardacostas libios. “Pedimos el cese inmediato de toda colaboración europea con Libia. Una entidad que formula reclamaciones ilegales en aguas internacionales, obstaculiza deliberadamente el rescate de personas en peligro de muerte y ataca a operadores humanitarios desarmados y a personas rescatadas no puede considerarse una autoridad competente. No podemos aceptar que una guardia costera reconocida internacionalmente cometa agresiones ilegales”, ha dicho.
Bruselas ha calificado el ataque de “preocupante”, en palabras de la portavoz comunitaria Paula Pinho. Otro portavoz de la Comisión Europea (el de Interior, Markus Lammert) ha indicado que el Ejecutivo comunitario trata de “establecer los hechos”, antes de ver “las posibles consecuencias”. Frontex, la agencia europea de vigilancia de fronteras, lo ha calificado como “profundamente preocupante” y ha exigido una investigación rápida y transparente, pero ningún representante ni institución de la UE ha emitido una condena contundente. El Gobierno de Italia tampoco se ha pronunciado.
El Tribunal de Cuentas Europeo advirtió en una auditoría difundida en septiembre de 2024 que los fondos del Fondo Fiduciario de la UE para África —que superan los 5.000 millones de euros— se han dispersado sin enfoque ni control adecuado, y en algunos casos han terminado reforzando estructuras que cometen abusos contra los derechos humanos en Libia. Numerosas investigaciones de organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional e incluso Naciones Unidas han documentado el brutal sistema de detención de migrantes en este país, con prácticas que incluyen torturas, violencia sexual y trabajos forzados. Pese a ello, la UE sigue financiando a sus equipos de vigilancia de fronteras.
20 minutos de tiroteo
En su reconstrucción de lo ocurrido, la ONG, que tiene sedes en Italia, Francia, Alemania y Suiza, ha explicado que el tiroteo tuvo lugar la mañana del 24 de agosto a unas 40 millas náuticas (74 kilómetros) al norte de la costa libia, mientras el Ocean Viking cumplía con una misión de rescate siguiendo las instrucciones del Centro de Coordinación Marítima de Italia para buscar otra patera en peligro.
Cuando estaban en plena búsqueda, la embarcación libia se aproximó y comenzó a navegar rodeando al barco de rescate mientras los guardacostas apuntaban a los miembros de la tripulación.
Según el relato de los testigos, los libios ordenaron a los trabajadores humanitarios que abandonaran la zona, exigencia que estos aceptaron. Sin embargo, sin previo aviso, dos hombres a bordo de la patrullera abrieron fuego. “Todos los pasajeros temieron por sus vidas”, ha denunciado la ONG.

La lluvia de disparos duró unos 20 minutos y rompió cristales, destrozó antenas, agujereó diversas partes del barco e inutilizó los equipos de rescate. Además, los atacantes les amenazaron por radio: “Si no os vais, os mataremos a todos”.
SOS Méditerranée ha lamentado el silencio por parte de las autoridades, pues aunque el Ocean Viking emitió un mayday y solicitó protección a la unidad naval italiana cercana, esta nunca respondió.
En julio de 2023, el Ocean Viking sufrió otro enfrentamiento violento con los guardacostas libios cuando una lancha patrullera similar disparó cerca de sus lanchas neumáticas durante un rescate, aunque en esa ocasión apuntaron al aire. “A pesar de nuestras peticiones públicas, no se abrió ninguna investigación”, lamenta la organización.
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