¿Quién gasta más en defensa? Del retroceso de la OTAN al auge de China
Desde 1990, el peso de la OTAN en el gasto militar global se redujo del 75% al 55%. Mientras tanto, Rusia dobló su importancia y China la multiplicó por seis
La OTAN aprobó este miércoles elevar el gasto en defensa al 5% del PIB, el mayor aumento de su historia. El objetivo es una organización “más fuerte, más justa y más letal”, en palabras de su secretario general, Mark Rutte, para enfrentar las amenazas al orden mundial y en especial a Rusia, una “amenaza a largo plazo”.
¿Qué peso tiene la OTAN en el gasto militar global? Ahora mismo, la organización supone casi el 55% del dinero dedicado a la defensa en todo el mundo. El presupuesto de EEUU es un 36% del gasto global, seguido del resto de países de la OTAN (que suman otro 18%), de China (12%) y Rusia (5,7%).
En este ránking militar aparecen otros países como India (3,1%), Arabia Saudí (3%) y Ucrania (2,5%). El país atacado por Rusia dedica al esfuerzo bélico un 37% de todo su PIB a la defensa, más que ningún otro país del mundo. También entran en esta lista dos vecinos de China —Japón (2,2%) y Corea del Sur (1,8%), así como Israel: su gasto militar es el 1,7% del total mundial, pese a tener una población 15 veces más pequeña en proporción.
La carrera armamentística se acelera
Esta fotografía actual esconde una transformación profunda. La hegemonía occidental en gasto militar se ha reducido en las últimas décadas. En 1990, al final de la Guerra Fría, la OTAN controlaba cerca del 75% del gasto militar mundial. Hoy esa cifra ha bajado al 55%.
El cambio se explica en parte por el ascenso de China, que ha multiplicado por seis su peso en defensa, pasando del 2% al 12% del gasto global. Rusia también ha crecido, especialmente desde 2010, aunque su esfuerzo es mucho menor que en la época soviética. Este reequilibrio refleja el nuevo mapa geopolítico mundial. Mientras EEUU sigue siendo la superpotencia militar indiscutible, China se ha consolidado como su principal rival estratégico, y la guerra en Ucrania ha acelerado el rearme tanto en Europa como en Rusia.
La evolución del gasto militar mundial muestra tres etapas. El primero, en 1991, cuando el fin de la Guerra Fría redujo la tensión y el gasto occidental. El segundo, alrededor de 2008-2010, cuando China aceleró su expansión militar coincidiendo con la crisis financiera occidental. Y el tercero, desde 2022, con la guerra en Ucrania ensanchando el peso de Rusia. Ese conflicto transformó la percepción europea sobre la seguridad y abrió el debate sobre los incrementos del gasto militar que ahora podrían materializarse.
¿Cuánto gasta cada país de la OTAN?
Una clave en la negociación de estos días es el peso del gasto militar estadounidense respecto a sus socios. Dos de cada tres euros dedicados a defensa por los países de la Alianza salen de EEUU (66,4%). Es más que su peso por población (35%) o por PIB dentro de la organización (53%).
En la lista le siguen Alemania (5,9%), Reino Unido (5,3%), Francia (4,3%), Italia (2,6%), Polonia (2,4%), Canadá (2%), España (1,6%), Turquía (1,5%) y Países Bajos (1,5%).
El gasto que hace cada país también tiene un peso relativo muy diferente. Los países del Este (Polonia, Estonia, Letonia) gastan más del 3% de su PIB en defensa. Son los que más temen a Rusia y los más preparados para el salto al 5%.
En el extremo opuesto, España, Bélgica y Luxemburgo están por debajo del 1,5%. No cumplen ni siquiera con el compromiso actual del 2%, que se fijó en 2014 tras la anexión de Crimea por parte de Rusia.
El salto al 5% del PIB supondría un cambio radical. Un reto político y presupuestario enorme. España tendría que triplicar su presupuesto militar en diez años para cumplir el nuevo objetivo, de 20.000 a 65.000 millones. Eso incluye una parte dedicada a armamento militar (3,5%) y otra de gastos relacionados (1,5%), como ciberseguridad y protección de infraestructuras críticas. El Gobierno de Pedro Sánchez está convencido de que podrá alcanzar los objetivos de capacidades militares que pide la OTAN llegando solo al 2,1% del PIB. Sin embargo, Rutte dijo el lunes en La Haya que “La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar el 3,5%”.
Otros países como Alemania, Reino Unido o Italia tendrían que duplicar su gasto para llegar al 5%.
Los países de la Alianza volverán a evaluar este acuerdo en 2029, cuando se hará un balance de los esfuerzos de cada país y se tendrá en cuenta la situación internacional en ese momento.
El acuerdo para aumentar el gasto militar de la OTAN es un “salto cualitativo”, subrayó Mark Rutte. Pretende servir de garantía de seguridad, además de lograr el respaldo de Estados Unidos, que desde la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca había insinuado amenazas de desvincularse de la Alianza si no se repartía más la carga de gasto.
Si todos los países de la Alianza cumplen el compromiso del 5%, el gasto militar de la OTAN se elevaría de nuevo hasta suponer el 69% del total global. Pero eso asume que el resto de países congelan sus presupuestos. Por eso es clave la respuesta de China y Rusia a este anuncio: nos dirá si estamos ante el inicio de una espiral armamentística o ante una estrategia exitosa de disuasión occidental.
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