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El autor de los atentados de Minnesota acudió esa noche a casa de otros dos congresistas

Los fiscales acusan a Vance Boelter de asesinato, acoso y delitos relacionados con las armas de fuego, condenados con cadena perpetua e incluso pena de muerte

Vance Boelter, sospechoso de los atentados contra congresistas de Minnesota, tras ser detenido, en una imagen compartida por la Oficina del Sheriff del Condado de Ramsey.
Miguel Jiménez

Vance Boelter será acusado por delitos que están castigados con cadena perpetua o incluso con pena de muerte por el asesinato de una congresista estatal demócrata de Minnesota y su marido y por el tiroteo contra otro senador estatal y su mujer. El acusado, de 57 años, acudió a casa de otros dos congresistas entre el primer tiroteo, que dejó herido a un senador estatal y su mujer, y el segundo, en el que mató a una congresista de Minnesota y su marido, según explicaron este lunes las autoridades en una rueda de prensa.

Tras el primer tiroteo, Boelter se dirigió a la casa de otro congresista, pero este se hallaba de vacaciones. Después acudió a la vivienda de otro senador en Newville, pero la policía apareció antes de que pudiera cometer otro atentado. Finalmente, se dirigió a la casa de la congresista asesinada.

El fiscal federal interino de Minnesota, Joe Thompson, afirmó que Boelter planeó cuidadosamente sus ataques. Investigó a sus víctimas y a sus familias y vigiló sus casas. En su vehículo, los investigadores encontraron cuadernos con una lista de más de 45 cargos electos.

Los fiscales federales acusan a Boelter de acoso, asesinato y delitos relacionados con armas de fuego. Varios de los cargos incluidos en la acusación conllevan una pena de cadena perpetua y los asesinatos incluso de pena de muerte, según ha dicho el fiscal, que ha matizado que era demasiado pronto para decir si el Departamento de Justicia solicitaría la pena capital llegado el momento.

El sospechoso está también acusado de dos delitos estatales de asesinato en primer grado y otros dos de intento de asesinato en primer grado. El asesinato en primer grado, con premeditación, está castigado con cadena perpetua.

La policía detuvo en la noche del domingo a Boelter, tras desplegar un fuerte dispositivo de búsqueda. Tras 43 horas de trabajo policial, la detención se produjo en el condado de Sibley, en Minnesota, en una zona rural cerca de su casa de Green Isle, a una distancia de aproximadamente una hora en coche de donde tuvieron lugar los atentados. El sospechoso estaba armado, pero se entregó al verse acorralado. Las autoridades creen que actuó solo, pero investigan aún si alguien le proporcionó alguna ayuda.

En los atentados, la expresidenta demócrata de la Cámara de Representantes de Minnesota, Melissa Hortman, y su marido, Mark, fueron asesinados en su casa de Brooklyn Park. El senador estatal John Hoffman, también demócrata, y su esposa, Yvette, resultaron heridos en su domicilio de Champlin, a unos 15 kilómetros de distancia, en lo que el gobernador de Minnesota, Tim Walz, calificó como actos de violencia política.

El fiscal Thompson ha hecho un relato detallado de lo ocurrido esa noche. Boelter llegó a la casa del senador Hoffman disfrazado de policía en un todoterreno negro con las luces de emergencia encendidas y con una matrícula que decía “Policía”. Llevaba un chaleco táctico negro, un chaleco antibalas, una linterna, una pistola Beretta de nueve milímetros y una máscara de silicona.

El senador Hoffmann tenía una cámara de seguridad. “He visto las imágenes de esa cámara y son escalofriantes”, dijo el fiscal. Boelter llamó a la puerta principal del senador Hoffman y gritó repetidamente: “¡Policía, abran la puerta!“. El senador Hoffman y su esposa acudieron a la puerta. Cuando la abrieron, Boelter les iluminó la cara con la linterna, les dijo que se había producido un tiroteo en la casa y les preguntó si tenían armas.

Al bajar la linterna que les había estado apuntando a la cara, se dieron cuenta de que no era un agente de policía. “No eres policía. No eres agente de policía”, le dijeron. Boelter dijo entonces que se trataba de un robo y entró por la fuerza en la casa cuando el senador Hoffman intentó empujarlo y evitar que entrara. Boelter disparó a ambos y huyó. La hija de los Hoffman llamó al 911 hacia las 2.00 de la madrugada y sus padres sobrevivieron. Eso sirvió además para movilizar a la policía y enviar agentes a casa de otros congresistas.

Este domingo, la senadora por Minnesota Amy Klobuchar compartió un mensaje de Yvette Hoffman en el que expresaba su agradecimiento por el gran apoyo recibido. “John está pasando por muchas operaciones en este momento y cada hora que pasa está más cerca de salir del peligro”, dijo Yvette Hoffman en un texto que Klobuchar publicó en la red social X. “Recibió nueve disparos. Yo recibí ocho y ambos tenemos una suerte increíble de estar vivos. Estamos destrozados y devastados por la pérdida de Melissa y Mark. No tenemos palabras. No hay lugar para este tipo de odio político”.

Tras atacar a los Hoffman, Boelter se dirigió a la casa de otra representante del Estado de Minnesota en Maple Grove. Las cámaras de vigilancia grabaron que llamó al timbre de la casa aproximadamente a las 2.24 de la madrugada, con los chalecos, la pistola, la linterna y la máscara. La congresista no estaba en casa porque se había ido de vacaciones con su familia.

A continuación, el acusado se dirigió a la casa de un senador estatal de Minnesota que vive cerca. Aparcó en la calle en el mismo todoterreno negro con matrícula policial alrededor de las 2.36 de la madrugada. La policía había enviado a una agente tras conocer el tiroteo del senador Hoffman. Cuando la agente llegó al lugar, vio a Boelter y creyó que era un policía. La verdadera agente se detuvo junto a Boelter en su coche, bajó la ventanilla e intentó hablar con él, pero no respondió, sino que se quedó sentado mirando al frente, por lo que la agente se dirigió a la casa de la senadora estatal y esperó a que llegaran otros agentes de la ley. Para cuando llegaron, Boelter ya se había marchado del lugar.

El atacante se dirigió entonces a Brooklyn Park, a la casa de la congresista Melissa Hortman, aproximadamente a las 3.30 de la madrugada. Aparcó en la entrada y dejó las luces de emergencia de su todoterreno encendidas, como si fuera un agente de policía. Entonces, llegaron dos agentes de policía de Brooklyn Park, enviados para comprobar el estado de la representante Hortman. Cuando llegaron, vieron a Boelter de pie frente a la casa, a varios metros de la puerta.

Cuando el agresor vio a los agentes salir del coche, sacó su arma y comenzó a disparar. Entró corriendo en la casa por la puerta principal, disparando hacia ella. Disparó repetidamente hacia el interior de la casa y, cuando entró, asesinó a la representante Hortman y a su marido Mark. Los agentes de policía de Brooklyn Park dispararon hacia Boelter cuando entró corriendo en la casa, pero este escapó al interior y salió por la parte trasera.

Cuando la policía registró el vehículo de Boelter, encontró tres rifles de asalto AK-47, una pistola de calibre 9 milímetros y una lista con nombres y direcciones de cargos públicos. En registros posteriores en la zona se encontró un chaleco antibalas, un arma de fuego de 9 milímetros desmontada, una máscara y una placa de policía dorada. Cuatro de las armas de fuego recuperadas por la policía habían sido compradas por Boelter.

En la lista de potenciales objetivos estaban los dos legisladores atacados junto con otros congresistas demócratas, médicos y activistas en favor del aborto. Las autoridades fueron contactando con las personas que aparecían en el listado para ponerles sobre aviso. En esos papeles había algunas anotaciones, pero la policía aclaró este domingo que no se trataba de un manifiesto como tal. Boelter es un cristiano evangélico extremista. Los atentados se produjeron en el día en que estaban convocadas protestas contra Donald Trump por todo el país.

Aunque los objetivos eran demócratas y cargos electos, el fiscal Thompson dijo que era demasiado pronto para especular sobre cualquier tipo de ideología política que pudiera explicar sus motivos, aunque el FBI no dudó en calificar la muerte de Hortman de “asesinato político”.

La mujer de Boelter consintió que las fuerzas del orden analizasen su teléfono, según una declaración jurada del FBI que cita un mensaje de texto enviado por Boelter a un chat familiar: “Papá fue a la guerra anoche. No quiero decir más porque no quiero implicar a nadie”.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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