Holanda guarda 22 bombas atómicas estadounidenses en una base militar

Holanda guarda 22 bombas atómicas estadounidenses del tipo B-61 en la base militar de Volkel, al sur del país. El armamento nuclear fue instalado durante la guerra fría y su potencia (50 kilotones, o 50 millones de kilos cada una) es cuatro veces superior a las lanzadas contra las ciudades japonesas de Hirosima y Nagasaki durante la II Guerra Mundial. Así acaba de revelarlo Ruud Lubbers, antiguo primer ministro democristiano que estuvo en el poder entre 1982 y 1994. Hasta ahora, todos los Gobiernos holandeses habían negado la presencia de las bombas, que formaban parte del denominado Secreto de Volkel.

“No creí que esas cosas idiotas siguieran allí en 2013. Son una tradición sin sentido del pensamiento militar”, ha dicho Lubbers, durante la grabación de un programa sobre la guerra fría para el canal de documentales National Geographic. “Si vas a Volkel, ahí siguen esas piezas locas”, ha añadido. A principios de la década de los Sesenta, el político era un alférez que cumplía el servicio militar en la base militar, dedicada hoy a aviones de combate F-16. Entonces supo que las bombas estaban enterradas en once cajas de seguridad. En 2010, una de las filtraciones de Wikileaks sugería su existencia, aunque el entonces ministro de Exteriores, el liberal Uri Rosenthal, lo negó.

Wikileaks indicó la presencia del armamento en 2010, pero el Gobierno holandés lo negó

El año pasado, la mayoría del Congreso pidió la devolución de cualquier arma nuclear instalada en territorio nacional a Estados Unidos. Según Wikileaks, podría haber también en Bélgica, Alemania, Italia y Turquía, todos miembros de la OTAN. Las declaraciones de Lubbers han soliviantado al Parlamento holandés. De momento, socialistas radicales, liberales de izquierda, democristianos y el partido de los pensionistas han pedido que el Gobierno se deshaga de las bombas.