La Corte Penal Internacional abre una investigación sobre crímenes de guerra

La Corte Penal Internacional (CPI) ha decidido abrir una investigación sobre los presuntos crímenes de guerra cometidos en Malí a partir de enero de 2012. El propio Estado africano ha pedido a la Corte que aclare la autoría de los siguientes delitos: asesinato, mutilaciones, torturas, ejecuciones, pillaje, ataques premeditados contra objetos protegidos (ya sean religiosos o artísticos), ejecuciones sumarias, pillaje y violaciones. Fatou Bensouda, fiscal jefe de la CPI, ha asegurado que sus pesquisas serán “imparciales y completas y harán justicia a las víctimas al identificar a los máximos responsables”.

La Corte se centrará en los crímenes cometidos en las tres regiones del norte de Malí, “donde la población sigue en peligro de sufrir todavía más violencia”. “La comunidad internacional y las organizaciones regionales piden que se haga justicia para acabar con la crisis del país. Los crímenes allí registrados han sacudido la conciencia de la humanidad”, ha añadido Bensouda.

Aunque la revuelta se inició hace un año, desde el golpe de Estado de marzo de 2012, Malí se ha visto sumida en el caos. Las investigaciones de la CPI se ocuparán también de la destrucción del patrimonio cultural del país, considerado idólatra por los militantes de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). A las lapidaciones y amputaciones, amparadas en su visión del islam, este grupo ha añadido la voladura de santuarios sufíes.

La Corte Penal Internacional es la única instancia permanente facultada para juzgar el genocidio y los crímenes de guerra y contra la humanidad. Su tarea consiste en señalar, arrestar y llevar ante los jueces a los responsables de los delitos. En el caso de Malí, “espera la cooperación de las autoridades, y también de la comunidad internacional, para poder actuar lo antes posible”, han asegurado sus portavoces en La Haya, su sede oficial.