La suspensión de la pena capital desata el escepticismo en Internet
Muchos chinos critican el doble rasero a la hora de juzgar a los dirigentes políticos

La condena a muerte con suspensión de sentencia durante dos años —lo que en la práctica significa cadena perpetua— a Gu Kailai, esposa del exdirigente chino Bo Xilai, ha provocado este lunes un alud de comentarios en los microblogs, a pesar del estricto control que ejerce Pekín sobre lo que pueden ver, oír y escribir sus ciudadanos. Más de un millón de entradas relacionadas con Gu han sido volcadas en Sina Weibo, el servicio de mensajes cortos en Internet más popular de China.
Hace varios días, la noticia difundida por la agencia oficial Xinhua, en la que se aseguraba que Gu había sido acusada de envenenar al británico Neil Heywood, se convirtió en una de las más reenviadas por los internautas, pero quienes intentaban comentarla recibían un mensaje que decía que no podían hacerlo, debido a las “políticas y leyes pertinentes”. Las búsquedas de su nombre o incluso de sus iniciales eran bloqueadas.
Los controles parecen haber sido relajados. Aunque algunas búsquedas no han dado resultados, en otras era posible emplear el nombre de Gu Kailai y las opiniones críticas no desaparecían con la rapidez de otras ocasiones. En todo caso, los internautas juegan continuamente al gato y el ratón con los censores, y los mensajes con frases alternativas sobre la condena se propagan como la pólvora. Uno de los métodos más utilizados era referirse al caso con la frase “sentencia de muerte con suspensión”.
La pena dictada no ha convencido a muchos ciudadanos, en este país en el que el escepticismo y la desconfianza en el Gobierno son moneda corriente, a pesar de las repetidas promesas de las autoridades de que serían transparentes desde que se produjo en 2003 la crisis del SARS (síndrome respiratorio agudo y grave), que Pekín ocultó durante varias semanas.
Imaginemos que un ciudadano común hubiese asesinado a un extranjero para obtener ventajas económicas, ¿cuál hubiera sido el veredicto?”
Liu Xiaoyuan, abogado
Algunos critican lo que consideran el trato de favor recibido por Gu, en una clara respuesta a la posición oficial repetida por las autoridades de que nadie está por encima de la ley en China. “Imaginemos que un ciudadano común hubiese asesinado a un extranjero para obtener ventajas económicas, ¿cuál hubiera sido el veredicto?”, ha escrito Liu Xiaoyuan, un abogado, en su cuenta verificada en el servicio de microblogs de Tencent. En el mensaje, escrito unas dos horas después de conocerse la sentencia, Liu se refería a Gu no por su nombre sino como la “mujer abogada”, profesión de la condenada.
“El pez gordo recibe pena de muerte con suspensión de sentencia por asesinato, mientras que gente corriente es ejecutada inmediatamente. ¿Dónde está la justicia?”, afirma otro bloguero en Sina Weibo, servicio que cuenta con 350 millones de usuarios registrados, la mayoría en China continental. “Si un asesinato bien planificado no merece la pena de muerte, entonces qué otro criminal merece la ejecución inmediata”, señala un tercero.
Otros ciudadanos se preguntan si la sentencia no conducirá más adelante a la libertad bajo fianza por razones médicas. Durante el juicio, Gu Kailai argumentó que no estaba en plena posesión de sus facultades mentales cuando envenenó a Heywood.
China ejecutó en diciembre de 2009 a un ciudadano británico por tráfico de drogas, a pesar de las alegaciones de sus abogados de que padecía trastorno bipolar o enfermedad maniaco depresiva y de la intermediación del Gobierno de Londres. Pekín se negó a realizarle unas pruebas médicas de evaluación mental.
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