Río de Janeiro y São Paulo estarán unidas por AVE en 2016

Ya hay fecha para la adjudicación de las obras del tren de alta velocidad que unirá las dos mayores y más emblemáticas áreas metropolitanas de Brasil, São Paulo, con casi 20 millones de habitantes, y Río de Janeiro, con 11 millones: será el 16 de diciembre en la Bolsa de Valores de São Paulo, dos semanas antes de que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva deje su cargo.

El AVE era el sueño imposible de cariocas y paulistas, que llevan años sufriendo con el puente aéreo entre los precarios aeropuertos de ambas ciudades. Con el nuevo tren, los casi 500 kilómetros que separan los dos centros industriales se podrán recorrer en 80 minutos por un precio máximo de 200 reales (90 euros). Un pasaje aéreo cuesta hoy hasta 800 reales (356 euros).

La única crítica al proyecto, por parte de la oposición, es que el Gobierno de Lula ha creado una empresa para la realización y gestión del ferrocarril en la que tiene derecho a veto. El Ejecutivo será socio minoritario, pero privilegiado, en la nueva Empresa de Transporte Ferroviario de Alta Velocidad (ETAV), que dispondrá de un capital de 3.400 millones de reales (1.500 millones de euros) y tendrá "acción preferencial de clase especial" en la concesionaria.

El poder de veto no conlleva el derecho a intervenir en la gestión de las obras, sino la potestad para evitar que se creen negocios paralelos. En un futuro podrá poner en el mercado hasta un 49% de las acciones, aunque siempre manteniendo el control.

El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) financiará el proyecto con 19.900 millones de reales (8.860 millones de euros), el 60% de su costo estimado —33.000 millones de reales (14.690 millones de euros)—, los socios pagarán 10.000 millones de reales y lo restante procederá de bancos de fomento internacionales.

Se espera que la construcción del ferrocarril genere 12.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Según Lula, el tren podrá estar funcionando en 2016 con motivo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Para el presidente, el buen tiempo de Brasil hace que se pueda trabajar hasta en tres turnos, además de sábados y domingos, para poder concluir la obra en ese plazo.