Primera prueba protocolaria importante para Carla Bruni

Con abrigo largo, de un gris formal, apenas visible el cuello, y con guantes negros y gorro, Carla Bruni ha aterrizado en Londres como primera dama francesa. Agarrada a su brazo izquierdo, el presidente francés, Nicolas Sarzoky. La ex modelo y el mediático mandatario han bajado las escaleras del avión a su llegada al aeropuerto de Heathrow para ser recibidos por el sempiterno príncipe Carlos y su esposa Camila Parker Bowles.

La atención es máxima. La nueva primera dama francesa ha preparado minuciosamente su visita a la capital británica al tratarse de su segundo viaje oficial, y el más importante, tras su paso por Sudáfrica. Pero también el eco de la polémica está presente en este viaje, después de que se conociese esta semana que un retrato desnudo de Bruni será subastado en Nueva York, más de una década después de que la modelo italiana posara para la instantánea. De ahí, la necesidad de cuidar cada pequeño detalle.

La prensa gala ironiza hoy con la estricta etiqueta de la realeza británica. Seguramente, los responsables franceses de protocolo han aconsejado debidamente a la primera dama para que muestre una imagen más seria y recatada en su visita a la Corte de Inglaterra, pero por si acaso el diario Le Figaro pedía hoy que Bruni ofreciese su faceta más "sobria".

Sin embargo, el diario Le Parisien ha ido más allá y ha ofrecido a la ex modelo diez consejos para comportarse correctamente: no hablar antes que la reina, evitar familiaridades, no hacer preguntas personales, no tocar a su majestad, no caminar ni fumar delante de ella, no vestir colores chillones, no quejarse, no levantarse de la mesa y, por supuesto, no olvidar la reverencia.

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