La policía de Los Ángeles visita al psiquiatra

El porcentaje de suicidios en Los Ángeles ha descendido un 20% desde 1998, pero aún así no es suficiente, y los agentes de policía de la ciudad californiana tienen serios problemas para sobrellevar su enfrentamiento diario con la realidad. Cara a cara con los criminales y sus víctimas, con la tasa de criminalidad que sacude la ciudad californiana por las nubes desde hace décadas, la Policía sufre las consecuencias indirectas de la violencia que rodea muchas de sus intervenciones a lo largo y ancho de la ciudad. Resultado: casi el triple de suicidios en diez años que de muertes en acto de servicio. 19 policías que desde 1998 han decidido quitarse la vida por siete que la han perdido en acto de servicio. Esta es la conclusión a la que ha llegado el servicio de Psiquiatría del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) en un estudio hecho público el lunes y coordinado por su director, Kevin Jablonski.

Entre 1998 y 2007 la agencia especial para la prevención del suicidio de la Policía en Los Ángeles ha tenido más trabajo del que desearía. Y atendiendo a las conclusiones del estudio, las razones son "identificables". La elevada cifra de suicidas radica, según Jablonski, en que "día tras día, hora tras hora, los agentes" de la ciudad californiana "interactúan con los autores y la víctimas de los crímenes y comienzan, por lo tanto, a pensar que el mundo es peligroso y violento". Por tanto, "el elevado número de suicidios", según el criterio del jefe del Departamento de Psiquiatría del LAPD, "se apoya en la angustia que se vive cotidianamente en las calles de la ciudad".

Mensajes y post-it, una terapia de urgencia

Los psicólogos encargados de elaborar el estudio han calculado también que la tasa de suicidio de las autoridades angelinas supera a la de otras grandes ciudades, como Nueva York o Chicago, en los últimos 10 años. Aunque el índice más elevado corresponde, según el equipo de Jablonski, a otra ciudad californiana: San Diego.

Como soluciones acorto plazo Jablonski y su equipo planea poner en marcha una mejora del programa de prevención de suicidios que incluya desde pequeñas tarjetas y post-it con mensajes a modo de terapia dirigidos a los agentes para recuperar la calma en momentos de tensión y angustia.