El criminal de guerra Gotovina ya estuvo en Canarias en octubre

Ante Gotovina, el criminal de guerra croata más buscado que fue detenido ayer en Tenerife, ya estuvo en Canarias en octubre, según ha informado el ministro de Interior, José Antonio Alonso. Los agentes detectaron entonces su presencia en el archipiélago, pero no pudieron detenerlo. Después huyó a Isla Mauricio, según se deduce del sello que aparece en su pasaporte falso y que corresponde al 25 de noviembre.

En rueda de prensa, Alonso ha precisado que Gotovina visitó además varios paíes -entre ellos Tahití, Argentina, Chile, China, República Checa...- y que el ordenador del arrestado está siendo analizado en estos momentos. Las autoridades españolas entregarán de forma inmediata a Gotovina, que durmió anoche en la cárcel de Soto del Real (Madrid), al Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoeslavia (TPIY). Mañana será trasladado a la ciudad holandesa en un avión militar español.

El furtivo fue detenido el miércoles por la noche en un hotel de Playa de las Américas, al sur de Tenerife, donde llevaba cinco días alojado, cuando cenaba con un amigo en el restaurante. La primera noticia de su arresto llegó desde Belgrado, desde donde la anunció la fiscal del TPIY, Carla del Ponte.

El detención de Gotovina fue muy bien recibido por la comunidad internacional, especialmente por la OTAN y la Unión Europea, que ponía como condición para la adhesión de Croacia el previo arresto del sospechoso. Sin embargo, varias asociaciones de veteranos de guerra croatas ya han anunciado una movilización masiva para protestar contra la detención de un hombre que es considerado un héroe por buena parte de la población del país. Anoche ya hubo choques en el centro de la capital del país, Zagreb, entre manifestantes partidarios del general y las fuerzas de orden.

Gotovina, de 50 años, veterano de la Legión Extranjera francesa, dirigió en 1995 el ala sur del Ejército croata en la ofensiva contra la región de Krajina, de mayoría serbia, durante el conflicto balcánico. Se le imputa la deportación de 200.000 serbio y el asesinato de al menos 150 civiles.