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“La gente se envuelve en trapos sin saber qué significan”: qué es la Cruz de Borgoña y por qué la usa la ultraderecha

La bandera de aspas rojas sobre fondo blanco llegó a España en el siglo XVI, fue un símbolo del movimiento más reaccionario del siglo XIX y hoy es habitual entre las filas de los ‘ultras’ españoles

Batalla de San Marcial, de Augusto Ferrer-Dalmau colección en el Museo del Ejército (Alcázar de Toledo) y en el que aparece la Cruz de Borgoña
Sara Navas

“Es de una ignorancia absoluta por parte de quienes se vanaglorian de lucir hoy esta insignia histórica”, opina el doctor en Historia y escritor Eduardo Juárez Valero. La insignia a la que hace referencia el historiador es la Cruz de Borgoña, un aspa roja que cada vez se ve más estampada en camisetas, pulseras, gorras y parches o en formato estandarte colgada de algún balcón o enarbolada en diferentes protestas de extrema derecha. Hace un año se descubrió, incluso, en una comisaría de Las Palmas. La emisión de un reportaje de RTVE sobre el trabajo de la policía durante los carnavales destapó su presencia en la comisaría y la polémica llegó al Congreso de los Diputados por considerar que una dependencia policial estaba haciendo uso de simbología ultraderechista. Enrique Santiago, portavoz de Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados, recordó entonces que muchos grupos de extrema derecha usan esta bandera y que hay estudios hechos por policías que la incluyen “como símbolo de odio, precisamente por retroalimentar el mensaje del fascismo o de ideologías nacionalsocialistas, racistas e intolerantes en su utilización y exhibición”.

Pero, ¿qué es la Cruz de Borgoña y por qué se ha puesto de actualidad? En su origen, la Cruz de Borgoña es una representación de la Cruz de San Andrés −un signo heráldico que simbolizaba la crucifixión de este apóstol de Cristo en el año 62 d.C− y su origen se remonta a la Edad Media. Tal y como explica a ICON José Soto Chica, doctor en Historia Medieval e investigador del centro de estudios bizantinos de la Universidad de Granada, la Cruz de Borgoña llegó a lo que hoy es territorio español a principios del siglo XVI de la mano de Felipe el Hermoso, marido de Juana I de Castilla (más conocida como Juana la Loca), y en ese momento no era más que un emblema familiar. “Su abuelo fue el último gran duque de Borgoña y al casarse con Juana lo introdujo en nuestra historia. Aunque fue el hijo de ambos, Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, quien la popularizó. Con él la Cruz de Borgoña se convirtió en la bandera de los ejércitos, la llevaban los tercios [unidad de infantería de élite de la Monarquía Hispánica] y estaba en todas las fortalezas de América”, señala Soto Chica. El historiador granadino considera esta insignia “un símbolo que nadie debería usar en su provecho ni para su ideología porque pertenece a nuestra historia al completo”.

El pasado 24 de septiembre, durante la retransmisión de un partido de fútbol de la Liga en el que se enfrentaron dos equipos madrileños, el Atlético de Madrid y el Rayo Vallecano, pudo verse alguna bandera con la cruz de Borgoña en las gradas del estadio Riyadh Air Metropolitano. Y el Frente Atlético, los ultras del Atlético de Madrid, destaca por su ideología de extrema derecha. En Tik Tok, un vídeo de La flamenca de Borgoña, −tienda online de “moda y complementos patrióticos”, como ellos mismos se definen− anuncia a “todos los amantes de la Cruz de Borgoña y de la historia de España” que tienen una nueva camiseta con esta insignia bordada en el pecho. En la descripción del producto en la web, que venden a 45,95 euros la unidad, aseguran que “ahora está muy de moda” y que “sienta muy bien”. A pesar de la opinión de Soto Chica, ejemplos como los descritos en este párrafo demuestran que quienes hoy lucen esta cruz lo hacen dotándola de un claro significado político. ¿Pero cómo llegó este símbolo desde los ejércitos a la calle y las redes sociales?

Con Felipe el Hermoso y la guardia que trajo de Flandes, que ya lucía este aspa, la Cruz de Borgoña se incluyó en los escudos de armas y en las banderas de tierra y de mar. Y bajo el reinado de su hijo Carlos I se convirtió en la bandera de los ejércitos del rey de España hasta que, a finales del siglo XVIII, Carlos III la eliminó de sus enseñas navales y empezó a usar la rojigualda, bandera que Isabel II convertiría en emblema de España en 1843. Durante la primera guerra carlista (1833-1840) algunos carlistas empezaron a usar el aspa roja, pero seguía siendo la bandera de los ejércitos y no tenía aún un significado político. No se asentó como emblema carlista hasta la reorganización del Requeté, un grupo paramilitar clandestino formado por tradicionalistas carlistas y monárquicos alfonsinos que hizo de la Cruz de Borgoña su bandera en 1935.

Un año después, cuando comenzó la Guerra Civil de España, se convirtió oficialmente en la bandera del bando sublevado. “La Cruz de Borgoña representaba entonces una monarquía donde las mujeres no reinaban. Los carlistas defendían la monarquía absoluta frente a la monarquía liberal de Isabel II, que tenía la bandera rojigualda. Por eso eligieron una bandera asociada a la monarquía española que nada tiene que ver con ellos. Representa la monarquía del pretendiente al trono, la de Carlos María Isidro, el tío de Isabel II, que bajo ningún concepto aceptaba que una mujer reinara”, matiza Juárez.

El problema de las banderas, explica el doctor en Historia, es muy actual. Según Juárez Valero, su uso se enmarca en un proceso de desinformación total: “La gente se envuelve en ellas sin ningún tipo de ideología. Se enrolla en trapos para ir en contra de algo o de alguien pero esos trapos de colores, como los llama Evaristo Páramos [vocalista de La polla records], representaban ideologías claras, precisas y bien definidas. Los que llevan hoy la Cruz de Borgoña carecen de la ideología real que ha simbolizado en el siglo XX y en buena parte del siglo XIX”.

Este símbolo estaba asociado al señorío de los Habsburgo y representaba quién era el señor de esos territorios. Simplemente. No es hasta el siglo XIX, tres siglos después de que se introdujera en España, cuando surge su uso político e ideológico con los carlistas. “En el siglo XX evolucionan el Requeté y el Carlismo, una de las bases del partido único que crea el general Franco: la Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Fue así cómo la Cruz de Borgoña terminó convirtiéndose en algo ultraconservador”, argumenta Juárez, y continúa: “Hoy el que pone esta bandera en su casa no sabe que lo que dice es que es monárquico, ultraderechista, que no cree en el modelo democrático y parlamentario o que defiende el nacionalismo tradicionalista... La gente se envuelve en las banderas sin saber realmente lo que está haciendo. Porque la realidad es que la Cruz de Borgoña tiene un carácter profundamente sectario en el siglo XX e incluso en el XIX. No olvidemos que no había nadie más conservador en el espectro de la derecha de la España del XIX que los carlistas”.

Por su parte, José Soto Chica considera absurdo querer radicalizar un símbolo, según él, tan falto de conexión con cualquier idea radical. “Nos dejamos arrebatar el pasado por ideologías. Es una pena privarse de algo que es de todos para concedérselo a quienes tergiversan su historia”, se lamenta el doctor en Historia Medieval, que no cree que la Cruz de Borgoña deba ser condenada porque algunos la utilicen en su favor. “No es más que un claro ejemplo de desinformación y manipulación de la historia”, añade Eduardo Juárez Valero. Por lo menos ahora quien la lleve lo hará con fundamento...

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Sobre la firma

Sara Navas
Redactora de ICON desde 2016, año en que llegó a EL PAÍS. Es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid y ha escrito el libro ‘La monarquía al desnudo. Del rey que nació en un retrete al soberano playboy’.
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